10 “Malos” hábitos de los niños pequeños que en realidad reflejan su comprensión del mundo

Crianza
hace 2 años

Muchos padres se frustran al ver que su niño pequeño ha adquirido un mal hábito y se esmeran para que su hijo deje de hacerlo. Sin embargo, esta tendencia a hurgarse la nariz o a jugar con la comida es su manera de aprender sobre el mundo que lo rodea y sobre sí mismo. Antes de regañarlo o de castigarlo, ten en cuenta que este comportamiento es normal debido al funcionamiento del cerebro en la infancia.

En Genial.guru queremos entender los beneficios de estas prácticas repetitivas para el desarrollo de los niños. Consulta con tu pediatra cualquier duda o inquietud que tengas sobre el cuidado de los pequeños.

1. Paran la oreja cuando mamá y papá hablan

Muchos padres cuidan su lenguaje cuando su hijo está cerca, sobre todo cuando son temas privados y los pequeños no están a la vista. Los niños hablan y hablan y, en ocasiones, repiten ciertas partes de conversaciones privadas en momentos realmente inconvenientes. A partir de los 12 meses, están fascinados por el universo de los adultos, sin dejar de estar igualmente comprometidos con su mundo infantil.

Su naturaleza curiosa hace que observen las interacciones que no los involucran directamente. Así, el aprendizaje temprano no se limita al aula escolar, sino que también interpretan las interacciones sociales ajenas para usarlas de guía en su propio accionar.

2. Insisten en hacer las cosas solos

Dejar que los niños hagan las cosas por sí mismos crea una sensación de pánico en el corazón de muchos padres. Papá y mamá están acostumbrados a tener cierto grado de control al guiar y corregir a sus hijos. Y aunque es un desafío, cuando los adultos se hacen a un lado, los pequeños logran adquirir las habilidades necesarias para ser autónomos.

3. Se llevan todo a la boca

En los primeros años de vida, los recién nacidos exploran su entorno a través de sus sentidos: ver, tocar, oír, oler y saborear. Si bien los bebés aprenden a dominar los movimientos de sus manos, no son tan hábiles para usar los dedos. Y esto a menudo significa llevarse el chupón, la manta o el muñeco a la boca. Así, se encuentran con diferentes formas, texturas y sabores.

Además, la exposición a distintas bacterias en una etapa temprana produce anticuerpos e inmunidad a ciertas enfermedades. Por ello, cuando los pequeños chupan o colocan objetos en su boca, refuerzan su sistema inmunitario y reducen el riesgo de desarrollar alergias o asma.

4. Juegan con la comida

Las frases típicas de los padres, como “No juegues con la comida” o “No mastiques con la boca abierta”, buscan mejorar los modales en la mesa. Pero dejar que los niños usen todos sus sentidos para explorar nuevos alimentos les brinda experiencias positivas. Así, jugar con la comida puede hacer que un niño quisquilloso esté dispuesto a probar nuevos sabores o platillos que no son de su agrado.

5. Trepan a lugares altos

Los niños pequeños tienen una tendencia natural a trepar todo tipo de cosas, desde muebles para el hogar hasta construcciones de parques infantiles y árboles. Además de divertirse, ponen a prueba sus habilidades motrices y cognitivas; así, los niños aprenden a buscar ramas estables, a coordinar sus movimientos, a superar desafíos, a resolver problemas, a tener cuidado con las alturas, a planificar la ruta que deben seguir, etc.

6. Preguntan lo mismo una y otra vez

A menudo, los preescolares repiten la misma pregunta varias veces seguidas. Los niños pequeños hacen esto para buscar información, y no solo para llamar la atención de sus padres, niñeras o familiares. Este comportamiento ocurre más frecuentemente cuando las respuestas son evasivas o poco precisas, pero cuando los adultos se toman el tiempo de explicarle a su pequeño el tema, los niños satisfacen su sed de conocimiento.

7. Hacen rabietas

Un minuto el pequeño está feliz y sonriente y al siguiente, se retuerce en el suelo gritando, llorando y completamente fuera de control. En la infancia temprana, los niños aprenden sobre su mundo a un ritmo rápido, pero no pueden verbalizar completamente sus intenciones o deseos. Por ello, los padres deben adquirir ciertas habilidades para manejar las conductas desafiantes de sus hijos.

Los expertos en desarrollo infantil recomiendan prevenir las rabietas intentando evitar los desencadenantes más comunes, como el hambre, la fatiga y las enfermedades o lesiones en el cuerpo.

8. Se distraen con facilidad

En los últimos años, ha habido un mayor interés en la evaluación y el tratamiento de niños en edad preescolar que presentan problemas de atención. Sin embargo, los padres no tienen nada de qué preocuparse, pues estos síntomas no necesariamente indican un trastorno y, con mayor frecuencia, representan una variación normal en el desarrollo típico de un niño.

9. Olfatean aromas de todo tipo

Las moléculas de olor viajan por el aire hasta los receptores de la nariz, que envían impulsos al sistema límbico del cerebro, donde se encuentran las emociones, el placer y la memoria. A menudo, los niños obtienen información sobre los alimentos, el medio ambiente y las personas a través de su sentido del olfato. También, pueden evocar recuerdos agradables que les resultan reconfortantes.

10. Desafían las reglas

Tan pronto como mamá y papá ponen una regla, su niño intentará evadirla. Estas prácticas de disciplina tienden a confundirse con el castigo y el control por parte del adulto. Por otro lado, los hijos buscan autoafirmación e independencia y se sienten frustrados al darse cuenta de estas limitaciones. Para prevenir los arrebatos de mal genio, los padres deben tener expectativas realistas y establecer con tranquilidad los acuerdos necesarios.

¿Qué consejos sigues para cuidar de tus hijos? ¿Cómo disfrutas el tiempo en familia?

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