10 Señales de alarma para los padres que quieren criar hijos sanos

Crianza
hace 4 años

Los niños pequeños son seres controvertidos. Un bebé que pesa entre 3 y 5 kilos ​​puede sacar de sus casillas, como mínimo, a dos personas adultas. Al mismo tiempo, con todas sus capacidades, el pequeño humano es increíblemente frágil. A cada paso, los peligros le esperan. A veces, estos están en lugares inesperados tan difíciles de imaginar.

Genial.guru, como la mayoría de las personas en el mundo, no es indiferente a estos pequeños “diablillos” encantadores. Y queremos conservar su vida y proteger su salud. Por eso, elaboró una pequeña recopilación que ayudará a prevenir o, al menos reducir, posibles problemas.

10. Deformación del cráneo en los más pequeños

Muchas madres observan en sus recién nacidos el cráneo como si estuviera inclinado. Los expertos consideran que esto puede ser un precursor de la plagiocefalia posicional. Esto se debe, principalmente, a un defecto estético: la forma de la cabeza puede estar notoriamente distorsionada. Sin embargo, en casos muy graves, es posible la aparición de un retraso mental debido a la deformación de los huesos craneales.

Para evitarlo, los médicos recomiendan cambiar la posición de la cabeza del bebé durante el sueño y, mientras no duerme, llevar al bebé en brazos con más frecuencia: por regla general, para el sexto mes de vida del bebé, el cráneo comienza a ajustarse.

9. Tortícolis

También es común en los bebés y con frecuencia causa miedo y confusión en las madres primerizas. La mayoría de los médicos consideran que la tortícolis puede estar relacionada con una posición incorrecta del feto en el útero o por el uso de dispositivos de vacío durante el parto. Se produce una presión sobre el músculo esternocleidomastoideo del niño, lo que provoca una sobretensión.

Es fácil percibir una tortícolis: el niño prefiere girar la cabeza solo en una dirección. Este inconveniente puede corregirse por tu propia cuenta con la ayuda de ejercicios sencillos: deberás poner al bebé bocabajo y estimularlo para que gire la cabeza con más frecuencia hacia el lado “difícil”.

8. Postura en W

A algunos niños les gusta sentarse de esta manera. Y los médicos prestan cada vez más atención al hecho de que esta postura no es de las más saludables. En la pose de W, se queda fijo. De esta manera, el cuerpo no gira lo suficiente impidiendo desplazamientos laterales de peso (giros hacia la izquierda y a la derecha que efectúa el niño para alcanzar los juguetes). Y estos son necesarios para mantener el equilibrio durante los juegos activos y al escribir.

Además, debido a la postura en W, pueden aparecer problemas en niños que son propensos a las dislocaciones. Especialmente, no se recomienda para aquellos que tengan antecedentes de alteración del tono muscular o displasia articular.

Uno no debe preocuparse si el niño mantiene esta postura durante un breve periodo de tiempo: por ejemplo, cuando de esta manera cambia de una posición a otra. Pero si esta es su pose favorita en la que el niño pasa mucho tiempo, vale la pena pedirle que cambie la posición de su cuerpo con más frecuencia.

7. Andar de puntillas

A veces, los niños, comenzando a caminar, se mueven como si fueran pequeñas bailarinas. Al principio, esto puede parecer divertido, pero si se produce con frecuencia, es mejor someter al pequeño a un examen médico.

A menudo, andar de puntillas es idiopático, es decir, que se desconoce la causa exacta que lo provoca. Los exámenes físicos y neurológicos, en este caso, resultan estar dentro de la normalidad. Sin embargo, esta forma de moverse puede ser una señal de alarma: caminar de puntillas, con frecuencia, revela la presencia de alguna enfermedad grave.

6. Rechinar los dientes mientras duermen

La sabiduría popular señala que la causa del rechineo de los dientes pasa por... lombrices. Cómo los parásitos intestinales pueden afectar el apretamiento de la mandíbula durante el sueño, probablemente, seguirá siendo un misterio. Pero los médicos afirman que el bruxismo en los niños (y es así como se llama) tiene dos causas: psicológica y anatómica.

La causa psicológica del bruxismo pasa por una sobreexcitación y estrés. A menudo, los niños rechinan los dientes durante un sueño después de un día ajetreado o tras algunos acontecimientos emocionantes (una disputa con un amigo, una actuación en público en el kínder o la escuela, y así sucesivamente). La causa anatómica es la formación de una maloclusión. En cualquier caso, vale la pena visitar a un dentista para evitar problemas con los dientes en el futuro.

5. Ausencia del contacto visual

Mucha gente sabe que este es el primer síntoma del autismo. Pero no se debe diagnosticar esta peculiaridad en tu hijo solo por este comportamiento: en realidad, este es solo uno de los síntomas. Por ejemplo, la mayoría de los bebés no miran a los ojos: por regla general, solo giran la cabeza por el sonido de la voz y examinan el rostro. Y esto no significa que sufran de autismo. Para hacer un diagnóstico, se necesitan varios síntomas y la ausencia de contacto visual claramente no es suficiente.

El conjunto tradicional de los síntomas del espectro autista es el siguiente: el niño no mira a los ojos, registra problemas con el habla, le resulta complicado expresar sus necesidades, no es capaz de señalar a los objetos. Pero incluso en estos casos, los médicos no se apresuran por hacer este diagnóstico porque todos los niños son diferentes y alguien simplemente se desarrolla más rápido, mientras que otro lo hace más lento.

4. Juegos en un teléfono inteligente o en una tableta

No, no te vamos a contar lo terrible que resulta que tu hijo juegue en un teléfono inteligente o en una tableta. Te explicaremos lo peligroso que puede ser esto si te tumbas bocarriba mientras juegas.

Un teléfono inteligente, por lo general, pesa hasta 200 gramos, una tableta, hasta 500. No es mucho. Sin embargo, cuando tu hijo está tumbado sujetando el teléfono inteligente o la tableta al aire por delante de su rostro, el riesgo de que el dispositivo se caiga es bastante elevado. Y la gravedad del daño depende solo de la suerte y de la edad del pequeño. Si este todavía no tiene 5 años, sus huesos maxilofaciales aún son bastante blandos y pueden lesionarse de manera notoria. Y en estos casos, ya no hablamos de moretones, cortes y rozaduras.

En los últimos años, estos casos se han vuelto tan frecuentes que ocuparon el quinto puesto en la lista de las lesiones más comunes en el mundo.

3. Globos

Estos juguetes tan populares para nuestros ojos también pueden ser peligrosos, especialmente, para los bebés que se lo llevan todo a la boca. Porque en este caso aparece el riesgo de que el globo explote accidentalmente. “Cuando el globo explota, se rompe en varios pedazos, uno de los cuales puede penetrar fácilmente en la garganta y bloquear por completo la respiración”, explica Mariann M. Manno, doctora en Medicina, docente de la cátedra de Pediatría Clínica y Medicina de Emergencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts en Worcester.

2. Protectores de cuna blandos, edredones mullidos y peluches

Todas estas cosas hacen que la cuna sea cómoda y fotogénica, pero existe el peligro de sufrir una asfixia. Está comprobado que la presencia de ropa de cama blanda, incluidas en estos casos las almohadas, mantas y protectores blandos, aumenta 5 veces el riesgo de muerte de un niño. El bebé no es capaz de quitar de su rostro un objeto que le impide respirar, por lo que un nórdico o una almohada generan un riesgo adicional.

Si los padres temen que el niño sufra por el frío, lo mejor es adquirir para él un saco de dormir especial.

1. Alergia a la silla de auto

A veces, podemos observar en la piel del bebé erupciones cutáneas con picazón, que se pueden atribuir a lo que se denomina como dermatitis de la silla de auto. Por regla general, la erupción roja aparece en la piel al aire libre en la parte posterior de las piernas, los codos y la cabeza del bebé. Esta afección suele aparecer en la estación cálida del año, después del contacto frecuente de la piel del bebé con nylon y otros materiales similares con los que se cubren los asientos del auto.

Se cree que la alergia se produce a la espuma, que se utiliza en sillas de auto recubiertos de nylon, o bien es una reacción a una sustancia retardante de llama, utilizada por los fabricantes de sillas de auto para evitar que ardan durante un incendio.

Si compraste una silla que provocó en el pequeño una reacción de este tipo, simplemente, cúbrela con una tela de algodón para que la piel del bebé no entre en contacto con el nylon.

Y tú, ¿qué piensas de todo esto? ¿En qué detalles vale la pena prestar atención para prevenir o reducir posibles malentendidos y problemas? ¿En tú vida se han producido casos cuando, con los niños, ha ocurrido algo totalmente inesperado? Comparte tu experiencia en los comentarios.

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