Cómo criar a un mentiroso. Un maestro escribió instrucciones para los padres que hay que leer entre líneas

hace 5 años

Todos los padres quieren que su hijo sea honesto. Pero a veces, los métodos educativos utilizados por ellos no funcionan como se esperaba. El maestro Dima Zicer describió situaciones paradójicas pero reales que, desafortunadamente, ocurren en las familias muy a menudo.

Genial.guru quiere compartir con los lectores los pensamientos y “malos consejos” de este maestro.

Cómo crear a un mentiroso

Creo que la teoría en este caso no nos va a ayudar. Vamos a mirar la opinión experta de los practicantes.

Una madre estaba terriblemente preocupada por el rendimiento académico de su hijo. En particular, esto se expresó en el hecho de que ella regularmente y sin preguntar metía las narices en sus apuntes y comprobaba cómo le iban las cosas. Después de eso, resultó que el propio niño también practicaba buscar en las bolsas de otras personas y sacar varias pequeñas cosas divertidas de allí.

Obviamente, no lo confirmó de ninguna manera hasta que fue capturado con las manos en la masa. Pero en ese momento dijo que solo estaba buscando su pluma, que, al parecer, había caído accidentalmente en la bolsa de otro niño. Sin embargo, su mamá nunca pudo encontrar una conexión entre su propio comportamiento y el de su hijo. Y puedes y debes entenderla. Estaba llena de motivos nobles, por lo tanto, sus acciones, a diferencia de las de su niño, no podían ser consideradas deshonestas.

Otra amiga también estaba muy interesada en el nivel de educación de su hijo. Su interés puede ser ilustrado por una historia que ella misma ha contado. Una vez, su pequeño de 8 años estaba escribiendo algo, y en el proceso le hizo una pregunta: “Mamá, ¿cómo se escribe correctamente la letra ‘jota’?”. Según relató esta mujer, ella se horrorizó, apenas pudo controlarse, y gruñó: “¿Qué? ¿A los 8 años no sabes cómo escribir esa letra?”.

Cabe destacar que ella no respondió a la pregunta de su hijo. Pero armó un gran escándalo. Después de un tiempo, la madre descubrió (ese fue el motivo de su consulta) que el pequeño dejó de hacer las tareas relacionadas con el idioma y, mientras tanto, comenzó a contarle el sorprendente éxito que había logrado en el campo de la lingüística. ¡Un mentiroso irreparable!

La tercera me reveló su propia teoría pedagógica, la cual consistía en el hecho de que es necesario controlar cada paso de un niño, porque él es naturalmente propenso al engaño, lo cual ella hizo, aplicando de vez en cuando torturas sofisticadas en forma de privación de cosas dulces y acostando a su hija 3 horas antes de lo previsto. De esta manera, la madre reaccionaba ante pequeñas contradicciones que notaba en las historias de su pequeña sobre los acontecimientos del día. La pobre estaba sinceramente sorprendida de que su amada niña se volviera más mentirosa y astuta con el paso del tiempo (las palabras exactas de la mujer).

El cuarto padre, al encontrar el juguete de otra persona en casa (que, sin embargo, después de una breve investigación resultó ser de su hijo), armó un terrible escándalo, y cuando todo se aclaró, no encontró nada mejor que decir: “¡Esto será una lección para ti!”. ¿De qué se trataba ese aprendizaje? Sigue siendo un misterio... Pero el niño, aparentemente, aprendió la “lección”, ya que comenzó a traer a casa montañas de cosas de otras personas que, según decía, le regalaban. “No solo se convirtió en un mentiroso, sino también en un ladrón... Probablemente esto sea algo innato, porque yo nunca me llevé cosas ajenas a casa”, lamentaba el pobre padre...

La quinta madre compartió que interrogaba a su hija todas las noches sobre qué comía y cómo lo hacía en la escuela y, comparando su testimonio con datos de inteligencia, descubrió con sorpresa que su hija la engañaba: cuando estaba llena, decía que no comía nada, y si no probaba bocado, decía que estaba llena. Cuando le pregunté por qué lo hacía, ya que si una persona tiene hambre seguramente pedirá comida, la madre se quedó profundamente pensativa...

La sexta me contó que ella advirtió a su hijo de 3 años que, si se portaba mal, en algún momento de su vida podría aparecer el “Coco”. (Debo admitir que durante bastante tiempo no supe de la existencia de ese sujeto. Hace poco me enteré de que este personaje está firmemente integrado en los procesos educativos de muchos niños). A pesar de su corta edad, el pequeño se dio cuenta rápidamente de lo que estaba sucediendo y comenzó a mentir sobre todas las cosas. Sus intereses, actividades, amigos y juguetes. Es comprensible, ya que mamá era amiga de una criatura desagradable. En lugar de averiguar se existía ese monstruo peligroso en realidad o era el fruto de la imaginación de la madre, era mejor simplemente “confundir al enemigo”.

La séptima me reveló su propia teoría coherente: quien no estudia (de acuerdo con su comprensión del estudio), no recibe nada bueno en la vida. Ella misma estudió muy bien, al menos según sus palabras, pero no pudo trabajar para subsistir mientras vivía con su madre y su hijo en un apartamento de 1 ambiente. Sin darse cuenta de una cierta contradicción entre sus fantasías y la realidad, continuó diciendo esta tontería, hasta que ella misma dejó de distinguir las mentiras de su hijo de la verdad. El éxito superó cualquier expectativa: cuando ya era adulto, su chico le contó a su madre que asistía a la universidad mientras que, al mismo tiempo, trabajaba de camarero en un restaurante.

La octava estaba indignada por las historias de su hija, que decía que era la mejor alumna, que todos querían ser amigos de ella, que sus maestros la alababan todo el tiempo, etc. “¡Todo esto es una mentira descarada!”, gritaba ella, volviendo de la reunión de los padres. “¿Por qué me miente? Siempre le dije: ¡Solo necesito la verdad, la mentira es lo único que no puedo perdonar!”. Sin embargo, ella, día tras día y mes tras mes, respondía a cualquier historia de su hija diciendo: “¿Lo hiciste mejor que otros? ¿Y qué dijo la maestra? ¿Y quién terminó la tarea primero?”. La niña resultó ser inteligente: ¿por qué no hacer algo agradable para mamá y contarle las historias que quiere escuchar? Por amor todo se puede...

La novena, de la misma manera que la octava, también exigía la verdad, y cuando la escuchaba, hacía que la vida de su hijo fuera verdaderamente insoportable, castigándolo por esos actos y calificaciones escolares que ella misma tanto buscaba que él le contara. La pérdida del registro de notas de alumnos que fue enterrado en el cubo de basura más cercano fue el menos dramático de los hechos que ocurrieron después de toda esa presión.

El número de ejemplos podría aumentar fácilmente a 100, 200, 300. La cantidad de métodos de crianza de un mentiroso son inagotables e infinitamente monótonos, por lo que podemos detenernos aquí y permitir que el lector curioso continúe esta investigación por su cuenta. A pesar del hecho de que los principios generales de educación en el marco de la tarea establecida son claros, probablemente no resulten perjudiciales algunas recomendaciones simples y generalizadas.

Bueno, no le creas al niño, cuestiona todo lo que dice. A la primera oportunidad, atrápalo en una mentira. Incluso si se trata de incoherencias simples, ¡lo grande crece de lo pequeño!

No lo dejes soñar: la diferencia entre la fantasía y la mentira es tan pequeña que es mejor no comenzar a dudar sobre este tema.

Recuerda que nuestro comportamiento y el que exigimos a un niño son dos cosas muy diferentes. Este principio debe convertirse en un ideal total: en la vida cotidiana, en la educación y en los descansos.

Controla cada paso del niño. Permítile tener una sensación persistente de que, si quiere al menos algo de vida personal, necesita robársela a sus propios padres.

Amedréntalo con un castigo indefectible. En su imaginación, conviértete en algo como Sauron, con el ojo que todo lo ve.

Eso es todo. El trabajo está hecho.

Dima Zicer

Imagen de portada zicer / livejournal.com

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