16 Ocasiones en que las personas metieron la pata catastróficamente, pero decidieron reírse a carcajadas y olvidarse de lo ocurrido

hace 2 años

Podemos ser licenciados, tener varios títulos universitarios y multiplicar números de tres cifras en la mente. Pero nadie es inmune al fracaso. A veces es imposible colocar un adaptador en la estufa correctamente o llenar de agua una palangana con la ducha, pero lo principal es tomarse la situación con calma y humor.

Para hacerlo más fácil, los usuarios de Internet contaron cuál fue el fracaso más épico propio o de los demás. Genial.guru tampoco pudo quedarse a un lado.

1. “Compré un adaptador de hornilla para hacer café. Lo giraba y no se ponía”

“Ya había empezado a quejarme, decía: ’Me vendieron uno defectuoso’. Pero vino mi marido y lo colocó con un solo movimiento girándolo en diagonal. Después suspiró y dijo: ’Y esta es la persona que tiene un diploma de ingeniera’. Y bueno”.

2. Esperemos que el perro no haya pasado hambre todo ese tiempo

  • Estaba comprando comida para perros y en la caja descubrí que no traía la billetera. Al día siguiente volví al supermercado, saqué la billetera en la caja, pero me faltaba la tarjeta (se la había llevado mi mujer) y tampoco tenía dinero en efectivo. La vendedora me apoyó con la frase: “Seguro que al tercer intento lo consigues”. © yayacocojumbo / Pikabu

3. “Conocí a un menso en medio de la naturaleza. Era yo mismo”

4. No obstante, se intentó optimizar el proceso

  • Un día en la oficina, me ofrecí a ayudar a un colega ocupado a hacer café, uno para él y uno para mí. Serví café instantáneo en dos tazas y me dirigí al dispensador para llenar las tazas de agua. Se me ocurrió una idea genial. Para llenar ambas tazas más rápido, hay que poner las dos tazas bajo los dos grifos al mismo tiempo. Así que lo hice. © fallenvrag2 / Pikabu

5. “Cortaron el agua caliente. Antes de irnos a la casa de campo, cerré la llave de agua caliente. Cuando volvimos decidí dejar la llave cerrada, ya que igual no había agua”

“Y así un día llegué del trabajo. Por la mañana había llenado la bañera de agua fría para bañarme. Estaba sentado en el borde, acostumbrándome de a poco. Pero tuve que salir, la toalla estaba colgada en la tubería. Agarré la toalla, ¡y estaba caliente! ¡Diablos! ¡Estaba a punto de tomar un baño helado, teniendo ya agua caliente! Era solo que me había olvidado completamente de la llave cerrada”.

6. “Me olvidé de lo que estaba cocinando. Otra vez. Es pasta”

7. Dificultades de la infancia y obstáculos insuperables

  • Cuando era niño, mi madre trajo un regalo impresionante de sus vacaciones: una Nintendo 64 y un juego llamado 007: Golden Eye. Mi hermano y yo jugamos durante horas. Día tras día, durante meses. Pero había solo un nivel. Vencíamos a los enemigos, pasábamos los mapas, pero nos quedábamos atascados en las puertas: no podíamos abrirlas. Parecía que lo habíamos intentado todo, pero no sirvió de nada. En una ocasión, intentamos pasar corriendo el mapa sin luchar con los enemigos. Parecía que si nos apresurábamos, podríamos meternos por el hueco antes de que se cerraran las puertas. Pero ahí también nos encontramos con el mismo problema. No sabía qué hacer, mi hermano tampoco sabía qué hacer. Encima, el juego estaba en inglés y no entendíamos nada. Dejamos de jugar juntos tan seguido, las sesiones de juego se redujeron a un par de intentos cada dos semanas, ya que ¿cuál era el sentido? Pero un día inicié el juego y una vez más llegué a las malditas puertas, fui al interruptor. Y accidentalmente presioné el botón “B” del control. Este hecho me dejó literalmente boquiabierto: la puerta se abrió. Solo había que presionar el botón “B”. La vida se dividió en antes y después de eso. © elleremo / Pikabu

8. “Mi hermano puso esto en la lavadora junto con su ropa”

“Eliminador de olores de arena para gatos”.

9. “Hoy metí la pata. Me puse al volante de un camión y no pensé para nada en la altura”

10. La habitación era confortable, pero el baño no

  • Me fui de vacaciones con mi marido y alquilamos una habitación con todas las comodidades. La ropa se tenía que lavar en una palangana. Así que fui al baño y no había grifo. ¿Cómo cargar agua? Haciéndome la lista, abrí la ducha, puse la palangana en el suelo y el agua salpicaba por todos lados. ¿Qué hago? Levanté la palangana y la sostenía con los brazos extendidos. Llené la palangana de agua, me cansé mucho. Unos días después, le dije a mi marido que no iba a lavar, que tenía las manos cansadas de cargar agua. Mi marido entró al cuarto de baño, me miró atentamente, agarró la palangana, la puso en el suelo, sacó la ducha del soporte y llenó la palangana de agua tranquilamente. Me miró de nuevo y se fue. © glashechka / Pikabu

11. “Solo intentábamos bajarlo por la escalera”

12. Ese momento incómodo en el que eres un hombre adulto y no puedes con un juguete para niños

  • Le compré a mi hijo su primer Lego para los más pequeños. Cuando era niño ya existía Lego, por supuesto, pero no en mi pobre familia. Tenía que encontrar algo que hacer al aire libre, como jugar a la pelota, golpear los arbustos con un palo, etc. Luego llegaron Sega, las computadoras, ya no había tiempo para el Lego. Así que, cuando abrí la caja de Lego, me sorprendí: algunas piezas tenían muchas clavijas, pero otras solo tenían un agujero para la unión. ¡No estoy bromeando, estaba a punto de ir a la tienda y demostrarles a los vendedores que estaban vendiendo una basura defectuosa, pero en el último momento lo entendí! Me imaginé al vendedor uniendo silenciosamente partes de un juego de construcción para niños de un año, y yo, un hombre adulto, golpeándome la cara con la mano. © Maxnrj / Pikabu

13. “Pensé que prender una vela mientras cocinaba sería relajante”

14. “Me costó mucho tiempo aplastar esta mosca, hasta que me di cuenta de que estaba dibujada”

15. “Viernes. Fui a almorzar. Decidí tomar un café. O un té. No sé cómo sucedió”

16. La triste historia de Marina

  • Tuve cuatro años de escuela de arte. Un día me pidieron que dibujara algo relacionado con temática marina (todo lo relacionado con el mar de una u otra manera). Me daba pereza hacerlo por la noche, así que pensé en hacerlo por la mañana. Solo había un problema: por la mañana soy terriblemente mensa. Aunque tenga instrucciones detalladas, no hay que esperar inteligencia de mi parte. Al final, a pesar de mi presencia en la clase y de saber lo que se requería, agarré los pinceles y simplemente dibujé una chica al azar, supongamos que es Marina. Por qué había que dibujar a Marina y no a otra chica, no se me ocurrió. Solo me di cuenta durante la clase, cuando vi los trabajos que llevaban los otros estudiantes. Arrugué silenciosamente a mi fallida Marina y pedí entregar la tarea más tarde. © SunPhlox / Pikabu

¿Te has encontrado en situaciones incómodas debido a tu distracción o a la distracción de otra persona?

Imagen de portada VoblaFish / Pikabu

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