17 Ocasiones en que los invitados se tomaron al pie de la letra la frase “siéntete como en casa”

hace 2 años

Con la llegada de las redes sociales, las personas experimentan cada vez menos comunicación en vivo, por lo que una visita común es capaz de convertirse en toda una fiesta. Pero no siempre esa fiesta incluye a los dueños. Después de todo, a algunas personas no les cuesta nada dejar una montaña de basura, manchar el baño o expresarle sus emociones al jabón.

Genial.guru envía rayos de bondad a todos los que tuvieron que lidiar con invitados maleducados, pero te invita a cuidar tus células nerviosas y simplemente reírte de las barbaridades armadas por esas personas. Y el bono al final del artículo les será útil a los dueños que tienen vergüenza de expresar sus sentimientos cara a cara.

1. “Hice una fiesta, me desperté al día siguiente y vi que alguien había mordido mi jabón”

2. “La exnovia de mi hermano finalmente se mudó de la casa de nuestros padres. Esto es solo la mitad del desastre que dejó”

3. Imponer tus principios no es el mejor método para llegar a tener una cita

Una niña estudiaba con mi hijo en la misma clase. Eran amigos. Tenían 10 y 11 años. Su madre quiso visitarnos. Por cierto, era la primera vez que la conocía. Tan pronto como entró a nuestra casa, dijo que mis muebles no estaban ubicados de acuerdo al feng shui. Y comenzó a reorganizar todo. Desde entonces, he tenido más cuidado con las personas poco conocidas y no volví a tener prisa en invitarlas a nuestra casa. © Alla Boyko / Facebook

4. “Mi hermano vino y se dio una ducha. Así fue como dejó todo”

5. “Mi fiesta en casa se salió de control”

6. “No asisto más a fiestas de cumpleaños. Hubo lágrimas”

7. Vecina agradecida

Todas las mañanas venía una vecina a desayunar. Una vez le pregunté en broma: “¿Cuándo me invitarás a mí?”. Respuesta: “Estoy pagando el crédito, aún no puedo gastar dinero de más en comida”. Nunca más le volví a abrir la puerta. Han pasado 10 años. © Angelina Çapkan / Facebook

8. “Tuve visitas, alguien tomó mi cargador y dejó el suyo roto”

9. “Es por eso que no les permito a los invitados cargar el lavavajillas”

10. Ni un hola ni nada

Sufro de insomnio: trabajo hasta las 3-4 de la mañana, después me acuesto, a las 6:30 me levanto para llevar a los niños al jardín de infancia y vuelvo a dormir. Ya hace un par de meses que vivo así. Nos vino a visitar mi suegra. Le advertí que al día siguiente estaría en casa y que no dormía por la noche.

Con gran dificultad, me quedé dormida alrededor de las 9. Me desperté a las 10:15 con el ruido del televisor gritando por todo el departamento y los comentarios de mi suegra, que lo acompañaban. Me quedé en la cama, escuchando las puertas de los armarios de la cocina golpearse. Apogeo: mi suegra abrió la puerta de mi dormitorio y se quedó congelada en la puerta. Me dijo:

—¡Oh! Pensé que no estabas en casa. —Se dio vuelta y se marchó. Mientras se iba le grité:

—¿Y qué era lo que quería? —Pero parece que el televisor gritaba más fuerte que yo. © ToryStory / Pikabu

11. “Le prestamos la habitación a una chica y la alimentamos gratis, ya que no podía volar de vuelta a casa. Y así fue como dejó el cuarto”

12. “Uno de los invitados rompió un pedazo de galleta grande en lugar de cortarla como todos los demás”

13. “Invité a una amiga desempleada a quedarse conmigo hasta que encontrara un nuevo trabajo. Y ahora encuentro cosas así por toda la casa”

14. Hay invitados que buscarán excusas hasta lo último, y no hay forma de convencerlos

La hermana de mi exesposa usó mi cuchillo de cocina de 150 dólares para abrir un coco. De alguna manera logró doblar la punta del cuchillo. Después dijo que debía ser un cuchillo barato, ya que su hermana de Tailandia corta cocos muy fácilmente con un cuchillo. Uno de los beneficios del divorcio es que nunca más tendré que soportar su presencia. © multivac7223 / Reddit

15. “Estoy plantando un césped nuevo. Así se aparcaron los invitados de mis vecinos”

16. Dejas que la gente venga a tu fiesta y ellos te destrozan el pastel

17. Vaya parientes

Mamá nos pidió con insistencia que invitáramos a nuestros parientes lejanos a casa por un par de días. Nunca los había visto, pero no pude decirle que no. Entonces llegaron Julio y Lucía, parecían gente correcta. Estuvieron 2 días, y cuando estaban a punto de irse, noté que algo andaba mal: todo el pan había desaparecido, el aceite de girasol no estaba en su lugar, las ollas con comida para una semana por alguna razón estaban vacías.

Intenté bromear: “Vaya, cuánto nos comimos en un par de días”. De repente, Lucía comenzó a explicar nerviosamente que el pan estaba mohoso y se lo había dado a los pájaros. Pero en ese momento, en las manos de Julio se rompió una de las bolsas. De ahí salieron frascos de un litro con mi sopa y mis propios recipientes, en los que los encantadores invitados habían guardado un montón de comida.