20 Comentarios de niños que deben haber dejado a sus padres con un tic nervioso

Gente
hace 1 año

No se puede negar que los niños ven el mundo de una manera muy especial, en parte gracias a esa inocencia que tanto los caracteriza. Lo que ellos opinan y piensan suele ser de lo más divertido y sorprendente. Sin embargo, hay veces en que los adultos no sabemos cómo lidiar con los colores que adquiere nuestro rostro cuando no nos queda otra que oír, delante de mucha gente, uno de esos comentarios tan espontáneos como imprudentes que salen por su boca.

¿Qué fue lo más divertido que hiciste en tu niñez? Cuéntanos cuál fue ese comentario que hiciste de niño, y que puso a tus padres a cambiar de colores al mejor estilo de un semáforo.

  • La maestra del kínder de mi niña me llamó para preguntarme si yo trabajaba como bailarina exótica, pues el día en que hablaron de las profesiones, mi hija le dijo a la profesora que me gusta el dinero y trabajar de noche. Resulta que manejo un taxi. ©️ Lali Villanueva / Facebook
  • Cuando mi hija menor entró a segundo básico, le preguntaron por el trabajo de su padre y su madre, entonces dijo que su papá construía piscinas muy lindas y que el trabajo de su mamá era besar a hombres, mujeres y niños. La profesora me llamó y me dijo lo que había dicho mi hija, y entonces le conté que yo soy técnica en enfermería con especialidad en RCP (reanimación cardiopulmonar). ©️ Mariú Escaida / Facebook
  • Soy educadora y, un día, cuando mis hijos tenían tres y cinco años, llegué exhausta a casa y le dije a mi esposo que estaba muy cansada de trabajar. Los niños voltearon a verme y me dijeron: “¡Ay, mamá!, si tú no trabajas, solo vas a la escuela a jugar con mis compañeros”. ©️ Diagui Aediuqro Aglo / Facebook
  • A mi hijo le dijeron en la escuela: “¿Cómo se llama tu papá?”, y él contestó: “¿El que se va o el que se queda?”. La cuestión es que el que se iba era su verdadero papá y el que se quedaba era su abuelo, pero él le decía papá. ©️ Deysi Huerta / Facebook
  • Íbamos en el tren con mi sobrino de 3 años. De pronto se subieron dos chicas a pedir dinero, una con un bebé y otra con uno niño más o menos de la edad de mi sobrino. Él no entendía lo que hacían y por qué la gente les daba dinero. No le había terminado de explicar cuando se levantó y empezó a pedir también. Las chicas le dijeron gracias y le pidieron las monedas. Él dijo: “Noooo, yo pido para mi tía”, señalándome. La mayoría de la gente se reía y otros me miraban con mala cara. Entre risas le dije: “Cariño, dales las monedas a las chicas”, y él volvió a decir: “No, son para ti, para que no te vayas a trabajar y te quedes conmigo”. Entonces todos aplaudieron. Días después, en el colegio, le preguntaron qué era lo que más le gustaba hacer los fines de semana. Dijo: “Pedir dinero en el tren con mi tía”. ©️ Diana Blanco / Facebook
  • Yo vendía ropa interior y llevaba a mi hijo pequeño a surtir mercancía después de dejar a su hermana en la escuela. Un día, cuando mi hija ya estaba dentro del colegio, mi hijo le gritó: “Al rato venimos por ti para ir por los calzones de mamá”. ©️ Olga Morales / Facebook
  • Trabajaba en un hotel de recepcionista con mi cuñado. Y mi hija un día en una reunión familiar les dijo a todos: “Mi mamá y mi tío se la pasan todo el día en el hotel”. ©️ Cristian Santos / Facebook
  • La maestra de mi hijo me llamó la atención porque ella les estaba explicando qué deben ver y qué no, y él me acusó de que yo tenía revistas con hombres y mujeres con poca ropa. Imagínense lo que la maestra pensó. Resulta que en ese momento yo vendía ropa interior por catálogo. ©️ Maritza Flores Alarcon / Facebook
  • Un día fui por mi hija a la escuela y le pregunté cómo le había ido y me dijo que bien. Le dijeron que pasara al frente a decir su nombre y el de sus papás y a qué se dedicaban. Entonces, dijo el nombre de su papá y a qué se dedicaba y cuando se iba a sentar, la maestra le preguntó por el nombre de su mamá y si trabajaba, y ella dijo: “Mi mamá roba bancos”, la maestra le preguntó cómo que robaba bancos y ella le dijo que sí, que era una asaltabancos, porque siempre traía dinero y no trabajaba. ©️ Eliza Leo / Facebook
  • Mi hija tenía unos 3 años cuando me preguntó: “¿Mami, para qué es esto?”, eran unos tampones, y yo, como estaba apurada, le contesté: “Para cuando te sangra la nariz”. Por la noche, cuando llegué a casa, estaban unos amigos de la familia, eran unos diez más o menos. Uno de ellos se me acercó y me dijo: “Mira lo que tiene Abi en la nariz”, pues se había rascado y como le sangró un poquito, andaba con un tampón en la nariz y el hilo colgando, corriendo por la casa. ©️ Malvina Beatriz Yañez / Facebook
  • La maestra le preguntó a mi hijo el primer día de escuela a qué se dedicaban sus padres, y él exclamó: “Mi mamá está en la cárcel”. Una tarde fui a recoger a mi hijo y la maestra, muy asustada, creyó que me había escapado de la prisión. Le expliqué que trabajo como policía en la cárcel. Será una buena historia para mis nietos. ©️ Jessy Garcia / Facebook
  • Cuando mi hijo estaba en el kínder, le dijo a la maestra que su papá me pegaba. La maestra me mandó a llamar y me dijo que si sufría de violencia familiar, podía hablarlo. Le dije que no, que no sabía de dónde había sacado eso mi hijo. Entonces le preguntó frente a mí si era cierto que su papá me golpeaba y mi hijo volvió a decir que sí. Yo me reí y le dije que no era verdad. Mi niño respondió: “Que sí, mami. Una vez mi papá estaba sentado en el sillón y tú pasaste y él te dio una nalgada”. La maestra solo se cubrió la boca con la mano y me pidió disculpas. ©️ Bere Miranda / Facebook
  • La maestra me llamó, antes de hacer las denuncias respectivas, porque resulta que mi hijo no había parado de llorar y estaba muy triste porque yo le había matado a su gato. Para no hacer el cuento largo, lo que hice fue arrugar, sin querer, un dibujo de un gato que él había hecho. ©️ María José / Facebook
  • Un día mi hijo, saliendo de mi casa, me vio hablando con el vecino. Yo le estaba diciendo al chico que revisara su casa, porque tenía una mancha de humedad en la mía de alguna filtración que él tenía. Mi hijo se acercó a nosotros y dijo a viva voz: “¿Qué estás haciendo, mamá, le estás pidiendo perdón porque le robamos el wifi?”. Imaginarán mi cara y mis diez mil explicaciones al vecino para decirle que no era así. En realidad el wifi nos lo prestaba la otra vecina, porque no teníamos internet y hacía poco que nos habíamos mudado. ©️ Lau Bianchi / Facebook
  • Cuando mi hija estaba en el kínder, le dijo a la maestra que su papá ya estaba en el cielo y la maestra me dio el pésame a la salida. En realidad, era que su papá había viajado en avión a otro país, por eso ella dijo que estaba en el cielo. ©️ Diana Ara / Facebook
  • Un día le dije a mi hijo pequeño: “Hoy tengo cita con el dentista”, era una consulta de rutina. Por la noche, muy intrigado, me preguntó: “¿A dónde te llevó a pasear el dentista?”. ©️ Adalia Garza / Facebook
Imagen de portada Mariú Escaida / Facebook

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