Solía trabajar en un centro de detención juvenil en un pueblo pequeño. Trabajaba por las noches, y en esta noche entré a las 9 p.m. Cuando llegué a trabajar, mi supervisor me preguntó qué hacía allí. Dije: “Trabajo esta noche”. Y él dijo: “Pero dijeron que llamaste a reportarte enfermo hace unas horas”. Estaba un poco confundido y dije: “Debe haber sido otra persona, y entendieron mal el mensaje”. Entonces las cosas se pusieron más raras.
Después de contarle al guardia de turno y quedarme a pasar la noche, miré el mensaje que decía que llamé. Me dijo que había llamado a las 6:50 y que había enfermado. Llamé a mi esposa en casa. Después de 2 timbres, un hombre levantó el teléfono y dijo: “¿Hola?” No supe qué decir durante unos segundos. Dije: “Hola. ¿Quién es?” “Soy Taylor. ¿Quién es?” aquella persona me dijo. Me quedé impactado. ¡Mi nombre es Taylor! Respondí casi gritando, “¿Dónde está Ann?” Él dijo: “Ann está en la cama. ¿Quién es?” Corrí hacia mi auto y manejé a casa. Mi esposa estaba sentada viendo la televisión y le sorprendió verme en casa. Le pregunté quién estaba allí y ella no dijo nada. Más tarde, descubrí que la línea telefónica de mi área había sido interrumpida la noche anterior por una tormenta. Esto es absolutamente lo más extraño que me ha pasado.

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