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Comentarios sobre el artículo «15 Historias que demuestran que juzgar a una persona por su apariencia es como juzgar a un libro por su portada»

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En su momento, estaba hospedada en el hotel más caro de la ciudad y quise cenar, así que bajé con mi bolsito hippie, unos vaqueros y una camiseta de la asociación de rescate felino en la que había colaborado.
Entro en el restaurante, antes había mirado el menú del día, que no era caro, y me espeta un camarero '¿Qué quieres?' mi cabeza piensa 'ostras, mal vamos si me tutea', le sigo un momento el rollo, 'cenar'-le respondo. 'este restaurante es caro' me dice él, yo que realmente ya tenía hambre- 'lo sé, estoy hospedada en el hotel'. En ese momento, llegó el otro camarero, le hizo un gesto y ya fue este otro camarero el que me atendió durante la cena. Eso sí, al irme del restaurante fui a despedirme del camarero inicial.
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