15 Profesores que merecen una manzana cada día, pero como la de Blanca Nieves

Historias
hace 4 meses

A algunas personas les gustaba ir a la escuela para pasar tiempo con sus amigos, mientras que a otras les encantaba estudiar y aprender cosas nuevas. Pero, por desgracia, todavía hay profesores que dejan recuerdos desagradables de la escuela en la memoria del niño. Probablemente, todo el mundo, al igual que los protagonistas de esta selección, haya topado en la escuela con la injusticia, la estupidez y el regaño sin razón.

  • Aún me siento indignada cuando pienso en ello. A mi lado pusieron a un estudiante que siempre reprobaba para que mejorara sus notas. Era dos veces más grande que yo. Un día, obtuve una mala nota en un examen que había redactado perfectamente. Me acerqué a la profesora y le pregunté: “¿Cómo es que mi nota es tan mala si lo he hecho todo bien?”. Me dijo: “Porque el chico te lo había copiado”. Yo, por supuesto, me indigné: “¿Qué tiene que ver eso conmigo? Fue él quien hizo trampa, no yo”. Pero la profesora me dijo: “No deberías haberle dejado copiar”.
    Apenas pude contener las lágrimas. ¿Cómo va a enfrentarse una niña tranquila, con lentes gruesos, a un tipo grande que intimida a todo el mundo? Lo siento. Lo he llevado guardado adentro durante 17 años.
  • Ayudé a mi hermano con los deberes. Su profesora de geografía le bajó la nota porque creía que la capital de Turquía no era Ankara, sino Estambul.
  • En la secundaria, un día teníamos que escribir un poema de memoria. Al dedicarle mucho tiempo, lo memoricé y completé la tarea sin ningún error. Cuál fue mi sorpresa cuando vi un aprobado en lugar de un 10. Así como los supuestos errores de puntuación marcados con un bolígrafo rojo, aunque mi versión era idéntica al original. Después de enseñarle eso a mi profesor, obtuve su respuesta: “Puede que no tengas errores, pero escribiste dejando en cada línea un centímetro del borde de la página. Eso está mal, así que por eso tienes un aprobado”. Desde entonces he aprendido que, por muy inteligente o buen alumno que seas, siempre habrá un tipo amargado que no estará contento contigo.
  • Todavía me duele. Era un examen de álgebra. Me tocó el papel número 13. Con las preguntas más difíciles y más voluminosas, pero, de alguna manera, lo presentía y lo conocía mejor que nadie. Lo hice todo sin problemas, con todos los dibujos y la teoría. Y me pusieron un 8 por ello. ¿Sabes por qué? Literalmente, la respuesta de los profesores fue la siguiente: “No podemos poner demasiadas notas de 10: no nos creerán y tendrás que repetir el examen”.
  • En tercer curso de primaria, la profesora llamó a mi madre para que fuera a la escuela. La razón: argumenté con demasiada vehemencia que en un día hay 24 horas, y no 12 como en la esfera de un reloj.
  • Mi hijo está en tercer curso de primaria. Tenía la tarea de colocar las palabras por orden alfabético. Accidentalmente, se le escapó una palabra, pero todo lo demás estaba bien hecho. Pero la profesora le puso un reprobado. © Candace Mack / Quora
  • Nuestra profesora se puso enferma y mandaron a un hombre para sustituirla. Nos dijo que hiciéramos los deberes y que nadie saldría de la clase hasta que sonara el timbre. Tenía muchas ganas de hacer pis, sentía que me lo iba a hacer encima. Pregunté muy amablemente si podía ir rápidamente al baño. Me miró fijamente: “Quédate sentada hasta que suene el timbre”. Era una niña obediente, pero las necesidades del cuerpo no iban a desaparecer. Le mandé un mensaje a mi madre, ella se puso en contacto con la administración de la escuela y 15 minutos después mi problema se resolvió. © Shanna Hilton / Quora
  • Fui una excelente estudiante hasta primero de secundaria. Era una persona amable, solía ayudar a todo el mundo y dejarles copiar mis exámenes a todos los que me lo pedían. Algunos profesores empezaron a practicar el siguiente método: todos los que me copiaban sacaban buena nota, mientras que a mí me ponían 5 y 6. ¿Les dejaste copiar? La culpa es tuya. Pero yo solo quería tener amigos, porque si no les dejaba copiar, se ofendían y dejaban de hablarme. Como resultado, dejé de estudiar bien para que ni siquiera me pidieran que les dejara copiar. Ahora me doy cuenta de que fue una estupidez. Las medidas educativas de algunos “profesores” perjudican la mente de los niños y, a veces, también arruinan su futuro.
  • La peor profesora que he tenido fue una de literatura. Redacté un trabajo para conseguir una beca y me tendió una trampa: dijo que yo había copiado. Lo hizo para desprestigiar a mi jefe de proyecto y ocupar su puesto de jefe de departamento. © Tony Le / Quora
  • Mi profesora de biología nunca me puso un 10, porque ella y mi abuela se conocían de jóvenes y, por lo visto, mi abuela la ofendió de alguna manera. Desde entonces, su enojo se extendió hacia mí.
  • Teníamos una profesora de química que siempre gritaba e insultaba a los alumnos. Por ejemplo, acababa de explicar el tema y preguntaba: “¿Está todo claro? ¿Tienen alguna pregunta?”. Si las había, nos gritaba que somos estúpidos y que no entendemos las cosas sencillas. Si no las había, entonces no teníamos ni idea, obviamente no entendíamos nada, pero no podíamos ni siquiera formular una pregunta.
  • Llegó un nuevo profesor de matemáticas. Yo era increíblemente tímida y nunca hablaba en clase. Por lo que me sentaba atrás, leyendo libros a escondidas. Aquella mañana el hombre estaba en racha: nos gritó, discutió con un chico que le devolvió los gritos y, de repente, sus ojos se posaron en mí: “¡Tú, levántate!”. Afirmó que estaba socavando la disciplina de toda la clase. Al parecer, ya me había prohibido tres veces leer libros en clase. Me mandó a la oficina del director exigiendo mi suspensión inmediata. En ese momento ya estaba sollozando y las secretarias del director pasaron la siguiente hora tratando de calmarme. El director y mis padres se pusieron de mi parte, por lo que al año siguiente este profesor no volvió a nuestra escuela. © McKayla Kennedy / Quora
  • Estudiaba bien en segundo de primaria, pero mi profesora, por alguna razón, decidió que yo tendría que repetir el curso. Mis abuelos, que me criaban, tuvieron que quejarse al director. Después de todo, terminé pasando al tercer grado. © Gabriel Shatunovsky / Quora
  • ¿Qué les parece la siguiente excusa para ponerme una nota de aprobado raso? “No puede ser que hayas logrado redactar el examen para sacar un 10”. Y esto en un examen en el que estás sentado solo en una mesa y los profesores controlan todo el espacio que te rodea. Tengo más de 50 años, pero no lo olvidaré jamás. La primera lección de vida en la devaluación del trabajo de uno.

Está clarísimo que cuando no existe la vocación y acabamos yendo al trabajo solo por obligación, la situación decae y nos encontramos con historias como las anteriores. Casi mejor quedarse en casita. Aunque hay otros, que está clarísimo, que les encanta lo que hacen.

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