15+ Personas contaron qué cosas maleducadas escucharon alguna vez en su dirección

Historias
hace 1 año

La comunicación con las personas generalmente incluye un intercambio de experiencias, puntos de vista sobre la vida y consejos. Pero no es posible tener una conversación agradable sin un mínimo sentido del tacto. A menudo justificamos nuestra falta de educación con un deseo de ayudar o la calificamos de una curiosidad inofensiva. Sin embargo, no debemos olvidar que no tenemos derecho a decirle ni siquiera a una persona cercana cómo debe lucir, con quién comenzar una relación, cuándo tener hijos, etc.. A menos, por supuesto, que nos haya pedido nuestra opinión al respecto. Es una pena que haya tanta gente que no entiende esta simple verdad.

En Genial.guru valoramos el tacto y el respeto por los límites personales, por lo que esperamos que la desagradable experiencia de los protagonistas de nuestro artículo te recuerde una vez más que en algunas situaciones el silencio no es oro, sino un verdadero diamante.

  • Mi hermana es maestra de primaria. Un domingo, la llamó una madre: “Mi hijo está enfermo, graba un par de lecciones en video para nosotros. Así estudiamos en casa”. ¡¿Qué?! Se tarda aproximadamente una hora en grabar una lección de 15 minutos. Pero ella continuó: “Bueno, ¿acaso haces algo importante ahora? ¡Seguro que no, así que solo grábalo!”. Claro, por qué no, ¿verdad? ¡Para eso es una maestra! © larisa1 / Pikabu
  • ¿Qué clase de broma retorcida es cuando tus familiares primero te dicen que has subido de peso y luego, cuando te pones a dieta, cambian a: “Bueno, come unas papas, una vez no te hará nada”? Y cuando te atrapan por la noche con un plato de requesón sin grasa: “Oh, ¿no estabas tratando de perder peso? ¿Eso no es mucho?”. Parece una especie de esquema complejo para volverte loca. © marshallmigrain / Twitter
  • Dos meses después de enviudar, me hice cargo de la empresa de mi esposo y me mudé con los niños a otro departamento, porque me habían “expulsado” del anterior. Estaba hablando con un vecino jubilado, quien insistía en que yo necesitaba urgentemente un nuevo marido, a pesar de mis intentos de cambiar de tema. Finalmente le pregunté: “Bueno, dime, ¿para qué lo necesito tan pronto?”. La respuesta me mató: “¡Para que alguien tome decisiones!”. Han pasado casi 5 años y todavía lo recuerdo con estupor. © Natalia Schiele / Facebook
  • Cuando tenía 16 años, iba a conseguir trabajo en una pizzería que acababa de abrir en nuestra ciudad. Y mi padre me dijo: “Pensé que solo contrataban a chicas hermosas como camareras”. A menudo recibo cumplidos sobre mi apariencia, pero esas palabras de mi padre quedaron grabadas para siempre en mi memoria. Desde entonces nunca me he sentido lo suficientemente atractiva, ni siquiera cuando la gente me decía lo contrario. © laurieali / Reddit
  • Tengo 36 años. Debido a unos problemas de salud, me negué deliberadamente a tener hijos para no poner en riesgo mi salud y la del bebé. No tengo remordimientos sobre este tema, y hasta mis familiares ya dejaron de preguntar: “¿Cuándo tendrás hijos?”. Pero están los empleadores. En este momento estoy buscando trabajo y, por supuesto, los empleadores me preguntan sobre mi estado civil. Digo: “Casada, sin hijos, no voy a tomar licencia por maternidad”. Los hombres generalmente reciben esta información y continúan con la entrevista. ¡Pero las mujeres! Inmediatamente sigue una mirada directo a los ojos y la pregunta: “¿Por qué?”. Respondo: “Bueno, simplemente es así”. Y empieza... desde la lástima hasta los consejos. “Todavía eres joven, aún puedes tener hijos. Tengo una hermana/ tía/ abuela que dio a luz a los 40/ 50/ 60”. No soy estéril, pero en una entrevista me gustaría hablar de otra cosa. Con las mujeres la conversación siempre termina siendo sobre la importancia de tener niños, desviándose del curso previsto, que es cerrar la vacante. © eluzabetta / Pikabu
  • Toda mi vida soñé con tener un perro como el de la película La máscara. Una semana después de haberme mudado con mi esposo a nuestro propio departamento, trajimos a un cachorro. Gastamos mucho en buena comida para él, en juguetes, collares, camas. Todos los días luchamos contra la pereza y lo llevamos a correr por el bosque, y en verano también a nadar en el río (afortunadamente, el área lo permite, todo está cerca). En resumen, no nos arrepentimos de nada, somos felices. Pero mis padres piensan que simplemente estamos reprimiendo nuestros instintos: “Tienen que tener un hijo, no perder el tiempo con un perro”. ¡Me saca de quicio! © Oído por ahí / Vk
  • Una vez, fui a una farmacia con mi hijo adolescente, había una pequeña fila de gente. Mi hijo se acercó a la farmacéutica y le preguntó en voz baja qué le podía recomendar para los pies sudorosos. Ella se alejó de él y a viva voz, de modo que escuchara todo el salón, preguntó: “¿Querías algo para los pies sudorosos?”. Mi hijo se escapó de la farmacia, yo estaba confundida, también me fui. Calmé a mi hijo en la calle. Sí, estas pequeñas cosas se me graban en la mente. © Tatiana Shabliy / Facebook
  • No como muchos alimentos. Algunos por recomendación del médico o por alergias, pero la mayoría simplemente porque no me gustan. Pero es más fácil para mí decirle a algunas personas que soy alérgica a todo en vez de escuchar sobre lo necesario que es comer pasta y cerdo. “¿En serio? ¿Y qué es lo que comes entonces? Pruébalo con ketchup, ¡es delicioso! Te pondré un trozo en tu plato, ¡ni siquiera te darás cuenta!”. © Wizard_Severus / Twitter
  • Mi hijo se sometió a un trasplante de hígado y después de la operación le quedaron unas cicatrices grandes en el abdomen. Un día, fuimos a un patio de juegos con pequeñas fuentes y escuché a un padre decir: “Deberían haber vestido a este niño para que los demás pequeños no vieran las cicatrices”. Afortunadamente, otro padre respondió: “El hecho de que este pequeño haya pasado por muchas cosas no significa que deba esconderse para que te sientas cómodo”. Inmediatamente comencé a sonreír. Por cierto, cuando los niños le preguntaron a mi hijo sobre las cicatrices, él simplemente respondió: “Me operaron”, y siguieron jugando. Los adultos son mucho más crueles. © Italophilia27 / Reddit
  • Un día, fui a una fiesta en casa de un amigo y me topé con una mujer a la que no había visto en muchos años y que era una persona extremadamente desagradable. Entonces ella espetó: “Pensé que te habías muerto”. Me acerqué a ella y susurré: “Así es. Eres la única aquí que me ve. Regresé para vengarme de ti”. © Karen Anderson / Quora
  • Cuando tenía 16 años, iba sentado en un tren junto a dos chicas adolescentes. En algún momento, la canción en mis auriculares terminó y pude escuchar su conversación. Una de ellas me señaló y dijo: “Este es tu nuevo novio”. Y la otra le respondió: “Guácala, no, ¡es el tuyo!”. © overbread / Reddit
  • El verano está en pleno apogeo y ya empezaron las interminables propuestas de ir a acampar. Siempre me niego, explicando que simplemente no me gustan este tipo de actividades. Qué irritante es la frase: “Ay, miren a la princesa, ¡qué niña mimada!”. ¿Qué quieres decir con “niña mimada”? Solo no me gusta congelarme en una carpa y comer pasta medio cruda. Ni disfrutar de las garrapatas, los mosquitos y la falta de un baño. © Oído por ahí / Vk
  • Cuando mi hijo tenía 3 meses, yo, como todos los padres, a menudo lo paseaba en una carriola por el parque. Una vez, una pareja de unos 18 o 20 años venía caminando hacia mí. Estaban hablando dulcemente, tomados de la mano. Al acercarse, el chico me señaló y le dijo a su novia con desprecio: “Mira, ahora estarías caminando como ella. ¡Pero hicimos un aborto y somos felices!”. No estoy en contra del aborto, y me importa un pepino si la gente se lo hace o no, pero ¿¡qué clase de descaro es ese!? © Oído por ahí / Vk
  • Constantemente escucho en mi dirección frases como “Eres bajita, pero...” que supuestamente deberían animarme. “Eres bajita, pero tienes linda figura”, “Eres bajita, pero tienes unas piernas bonitas”, etc. Nunca escucharás en tu dirección “Eres alta, pero...”, siempre será “Eres alta y...”. © Natalie Bailey / Quora
  • Hace unos años trabajaba en una tienda sin aire acondicionado. Era verano, hacía mucho calor. Naturalmente, me vestía lo más ligero posible para no morir sofocada. Fui a un supermercado a almorzar en un overol de pantalones cortos y espalda abierta. Había un espejo allí, me puse de espaldas para ver si el borde del overol no se había enrollado y si no se veía el brasier, cuando apareció una señora que yo no conocía, me miró y dijo: “Tienes razón, no te queda bien”. Pensó que me lo estaba probando. ¿Quién le pidió su consejo y opinión? © Olga Bondar / Facebook

¿Qué cosas maleducadas has oído alguna vez en tu dirección? ¿Sueles poner a los descarados en su lugar o prefieres solo cambiar de tema?

Imagen de portada Oídoporahí / Vk

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