16 Historias de trabajadores de la industria de la belleza cuyos relatos son dignos de rodar una película taquillera

Historias
hace 1 año

Seguramente, todas las mujeres han ido al peluquero solo a “emparejar” las puntas y han salido con una sorpresa. O también, en ocasiones, la manicura resulta ser muy diferente de la que se había planeado inicialmente. Ahora bien, los profesionales de la industria de la belleza también tienen historias que son absolutamente imposibles de olvidar. Por ejemplo, un intento de acudir a la estética a las 5 de la mañana, aunque la atención en realidad comience a las 10.

En Genial.guru nos sumergimos por completo en las revelaciones de los estilistas. Y una vez más nos convencimos de que la tranquilidad y un buen sentido del humor pueden salvar absolutamente cualquier situación.

  • Soy maquilladora. Por primera vez una bloguera muy famosa sacó cita conmigo. Nos pusimos de acuerdo en que sería a las 5. Preparé todo y estaba esperándola. Pasó el tiempo y no llegaba. Decidí llamarla para preguntarle dónde estaba y en respuesta escuché muchos insultos. Su conferencia había comenzado hacía tiempo, pero yo a las 5 no había contestado el teléfono. Resultó que yo me confundí y no sabía que ella se refería a las 5 de la mañana y no a las 5 de la tarde. Pero ella tampoco se dio cuenta de que mi horario de trabajo era a partir de las 10, y estaba indicado en todas partes. Al final, ella también dijo cosas desagradables sobre mí en su blog. © Oídoporahí / VK
  • Trabajo como peluquero. Un día una mujer y un chico acudieron para cortar el cabello del niño. Todo el tiempo estuve mirando a su madre: me gustó mucho y al parecer no tenía anillo de compromiso. Comencé a imaginarme si podría convertirme en el padre de ese niño. Al final, cuando terminé de cortarle el cabello, le dije al pequeño: “Tu mamá es hermosa”. Su hermana (!) me fulminó con la mirada y nunca más volvió a venir con su hermano. © Oídoporahí / Ideer
  • Una vez vino un hombre con su mujer y su hija para cortarse el pelo. Le corté el flequillo a la hija y el padre me pidió que le hiciera un corte de boxeador. Ese corte es sencillo y muy familiar para todos los peluqueros. Mientras le cortaba el pelo, sonreía y bromeaba con su esposa. Al final se levantó y se negó a pagar, ya que supuestamente él me había pedido un corte “medio” boxeador. Como resultado, el hombre se fue descaradamente sin pagar. Yo le advertí que no se volvería a cortar el pelo conmigo. © Ekaterina Yakimenko / Facebook
  • Trabajo como peluquera. Vino una chica de 30 años: “Quiero cambiar mi apariencia por completo. Dame un consejo”. Le propuse que se tiñera el cabello de un color loco, un corte de pelo masculino, extensiones de cabello y raparle una parte de la cabeza. Como resultado, le corté solo 5 cm de las puntas. © Oídoporahí / Ideer
  • Ayer vino una chica rubia que tenía un lado del cabello teñido de color verde. Le pregunté con qué se lo había teñido. Ella me dijo que con tinte antiséptico de triarilmetano. Le volví a preguntar, ya que creí que había escuchado mal. Pero no estaba equivocada, y ella definitivamente había pintado su cabello con esa solución verde. Ahora quería deshacerse de todo. Pero ¿cómo quitar esa solución del cabello? Yo, la verdad, no sabía, ya que nunca me había pasado algo parecido. Antes la gente inventaba cosas extraordinarias para teñirse el cabello. ¿Pero por qué ahora, cuando tenemos muchos cosméticos disponibles, algunos siguen haciendo tonterías? Tal vez exista una receta para quitar el antiséptico de triarilmetano del cabello, pero me parece que en este caso solo hay que cortar el pelo. © Oídoporahí / VK
  • Trabajo como peluquera. Un hombre vino y me pidió mi máquina “solo” para verla. La tomó y comenzó a raparse. Nos pagó y se fue. ¿Qué fue todo eso? Me quedaron ganas de decirle: “¡Lo esperamos pronto, vuelva a venir!”. © Oídoporahí / Ideer
  • Yo: “Hola. ¿Quiere cortarse el cabello?”.
    Cliente: “Sí”.
    Yo: “Pase, siéntese. ¿Qué corte prefiere?”.
    Cliente: “¿Eh? No quiero un corte, solo quiero que me quite el cabello”.
    Yo: “Muy bien, ¿cuánto quiere que le quite?”.
    Cliente: “Bueno... un 17 % del cabello”.
    Yo tratando frenéticamente de calcular cuánto era eso. © KateSova / Pikabu
  • Por supuesto, en 15 años de trabajo en las estéticas escuché y vi varias cosas. Pero recuerdo una historia en particular. Era domingo por la mañana y una mujer entró bruscamente y de mal humor: “¡Quiero un peinado! ¡Ahora!”. Le sequé el cabello, tomé un cepillo, me echó una mirada horrorosa y comenzó a gritar: “¿Me vas a secar con esto? ¡Es pequeño! ¡Necesito uno más grande, como este! ¡No sabes trabajar!”. Luego ella comenzó a decirle a mi jefa: “¡Su empleada no sabe cómo se debe secar el cabello!”. Mi jefa se quedó un poco asombrada y le respondió: “¡Esta chica ha estado trabajando con nosotros durante dos años y hasta ahora no hubo ninguna queja! ¿Y usted, es especialista en esta área?”. La mujer le dijo que era peluquera. A continuación, mi jefa tomó el cepillo más ancho, se lo entregó a la clienta y le dijo: “Aquí le doy un cepillo y un secador de pelo. Cuando termine, puede pasar a la caja a pagar. ¡Mi colega no va a pagar por esto solo porque usted está de mal humor!”. Por supuesto, yo no le habría respondido de esa manera, porque no soy la jefa. Pero sus palabras me animaron durante mucho tiempo. © Alesia Teplova / Facebook
  • Trabajo como peluquera. Hace unos meses, vino una chica y me dijo: “Terminé con mi novio y renuncié a mi trabajo. Así que córteme el pelo y haga lo que quiera conmigo, de modo que yo misma no me reconozca”. Al final, le corté mucho el pelo. © Oídoporahí / VK
  • Una mujer estaba sentada en mi asiento de peluquera y le gritaba a su esposo por teléfono. Después, ella me explicó por qué le estaba gritando. ¡Fue muy divertido! © hallorbillingham / Reddit
  • Esta es otra historia, pero no sucedió en mi turno de trabajo. Llegó una chica para teñirse el cabello, mi colega la tiñó, ella pagó y se fue. Al día siguiente, vino a gritar con una costra en la cabeza diciendo que tenía alergia. A la jefa se le ocurrió tomar una muestra. Más tarde, los resultados mostraron que esta señora, al llegar a casa, se había lavado el cabello con detergente en polvo y al día siguiente regresó al salón para exigir dinero. © AtatoraMatushka / Pikabu
  • Una vez, mi colega le cortó el cabello a una niña en nuestra estética. Su madre la dejó y se fue a algún lado diciendo que pronto regresaría. La niña tenía el cabello lleno de piojos. Durante una hora estuvimos desinfectando todo el espacio. Luego la madre de la niña volvió y preguntó qué había pasado. Y ella en respuesta solo emitió: “Ah, se dieron cuenta”. © mccannisms / Reddit
  • Trabajé en un salón de belleza durante 8 años. En todo ese tiempo tuvimos diferentes situaciones. Una vez vino una chica para hacerse una pedicura antes de su boda. Cuando me volteé, agarró un cortacutículas y se cortó, según ella, el exceso de piel alrededor de las uñas. Se veía muy rojo. Le advertí que si se le formaba pus o se le inflamaba, no asumiría la responsabilidad. Al final, no regresó para quejarse. © Valeri1975 / Pikabu
  • Trabajo en un salón de belleza. Una vez vino un abuelo para cortarse el cabello. Se sentó en la silla y comenzó a arreglar sus agujetas. Luego vi que las había desatado. Bueno, pensé que tal vez se le habían cansado los pies. ¡Se quitó los calcetines! Me quedé asombrada y le pregunté: “¿Qué está haciendo?”. Él levantó los pies y me dijo: “¿Dónde los puedo poner para que le sea más cómodo cortar? Necesito que me corte las uñas”. Le dije: “Señor, póngase los zapatos, usted necesita otro especialista”. A lo que me respondió: “No puedo cortármelas yo mismo”. Me costó mucho trabajo persuadir a la especialista de uñas para que lo atendiera. © Oídoporahí / Ideer
  • Una vez vino una clienta y me pidió que cortara su pelo largo. Hice mi trabajo y, por cierto, el nuevo corte de pelo le quedó realmente increíble. Pero luego su novio se me acercó con tanta ira que hasta me dio miedo. Traté de tranquilizarlo durante un largo rato y le dije que solo necesitaba acostumbrarse a los cambios. Finalmente se fue. © Mike Eceerr / Quora
  • ¡Una vez vino una clienta con el cabello tan sucio que tuve que lavarlo con champú 11 veces! Y luego aplicarme un agente especial en la nariz para no sentir el apestoso olor. Supongo que ella no se había lavado el cabello durante al menos seis meses. © fg10037 / Reddit

¿Y tú has pasado por alguna situación extraordinaria en el salón de belleza? Cuéntanos en los comentarios.

Imagen de portada Oído por ahí / VK

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