17 Historias honestas sobre cómo el embarazo es una aventura extraña

Historias
hace 2 años

Para algunas, el embarazo es fácil. La vida sigue como de costumbre, solo crece la barriga. Se las puede llamar afortunadas. Pero con las protagonistas de nuestra selección, sucedió algo extraño: o les dieron ganas de roer ladrillos o de mirar series de televisión sobre maníacos y echarse a llorar.

En Genial.guru advertimos que, después de este artículo, es posible que también den ganas de comerse algo raro, no necesariamente betún para calzado, sino algunas papas fritas o una jugosa hamburguesa con queso.

  • Sí, el olor a betún para calzado durante el embarazo es lo mío. Lo escogía en la tienda militar, lo olía y decía: “Este no, este es bueno”, y los ojos de la vendedora se abrían cada vez más. © Tamara Chernushenko Nezhurbida / Facebook
  • Estoy embarazada ahora y lloro cuando mi esposo se va a trabajar. Me da tanta lástima que me parte el corazón. La casa es tan calentita, tiene una almohadita, una mantita, un gatito a tu lado y una esposa amorosa, pero él tiene que ir a trabajar, por la mañana, cuando todavía está oscuro, por el aguanieve, en metro y tener que trabajar todo el día, brrr. © Marygun / Pikabu
  • Durante el embarazo, sentía náuseas todos los días: después de cada comida, después de despertarme, incluso por los olores de comida. Pero un día, a los 5 meses aproximadamente, de repente me dieron enormes ganas de comerme una hamburguesa con queso y tocino. Mi esposo estaba encantado, inmediatamente arrancó el auto. Cuando regresó, me dio una bolsa de comida. La abrí y grité desesperadamente: “¡Cebollas, pepinos y mostaza! ¡¿Dónde está el tocino?! ¿Te estás burlando de mí a propósito?”.
    Mi maravilloso esposo me miró espantado por un par de segundos, y luego en silencio volvió a la tienda por la hamburguesa con queso “correcta”. Ya tenemos 3 hijos, todavía seguimos juntos. © Maya Ferguson / Quora
  • Recuerdo la vez cuando fui a hacerme algún tipo de análisis, el pasillo estaba lleno de mujeres embarazadas. Entré en pánico, temía olvidar detrás de qué persona estaba en la fila. Es difícil acordarse del lugar en la fila incluso en el estado habitual, y para una mujer embarazada peor aún. Parpadeas, preguntas la hora, y ya está, todo se reinicia, no reconoces a nadie. El consultorio se desocupó, entró la mujer que estaba sentada en la silla junto a la puerta. Y toda la fila se movió a un asiento más cerca. Los que estaban de pie, como una serpiente, se acercaron a un paso, así que, yo hice lo mismo. Solté un suspiro de alivio: éramos de la misma especie. © k0za / Pikabu
  • Cuando estaba embarazada, fui a una cafetería de comida rápida. Pedí agregar 4 porciones de cebollas fritas a una porción de papas. Gracias, amable mujer, por ponerme más de esa cebolla para llevar. Te recuerdo cinco años después con gran gratitud. © Alek-Ra Sel-Va / Genial.guru
  • Mi novio golpeó accidentalmente la puerta del dormitorio y me despertó. Normalmente, volvería a dormirme, pero entonces estaba embarazada. Así que lloré durante 30 minutos, quejándome de que lo había hecho a propósito. Se disculpaba mucho. © Heather Stevenson / Quora
  • Mi mamá come tizas. Antes de tener a mi hermano mayor, cuando quedó embarazada por primera vez a los 20 años, comenzó a pedir tizas en la escuela. Luego mi padre compraba tizas escolares en paquetes. Mi hermano ya tiene 36 años, mi madre perdió esa costumbre, pero a veces se puede comer una cucharadita de tiza. Sus análisis son normales, hasta estuvo consumiendo calcio. © Oídoporahí / VK
  • Todos los 9 meses me sentía mal con tan solo oír la palabra “mayonesa” o “kétchup” en la televisión. Me daba náuseas hasta ver personas vestidas de rojo o naranja© lieve / Genial.guru
  • Mi esposa estaba en el sexto mes de embarazo. A eso de las 3 a. m., me desperté por sus sollozos. Había estallado en llanto. Estaba tremendamente asustado: ¿tal vez había empezado dar a luz? Tantos pensamientos pasaron por mi cabeza. Y ella dijo: “¡Me gustó mucho el olor del nuevo asfalto caliente! Lo siento, es que tengo tantas ganas de olerlo”.
    Está bien, fui por la noche y encontré donde colocaban el asfalto. Fui con el jefe: “¿Me podría dar un poco de asfalto fresco?”. A lo que me respondió: “¿Tu esposa está embarazada?”. Me sorprendí tanto, pero él se rio y dijo que cada noche vienen varios muchachos con el mismo asunto. © rezinoviimagnat / Pikabu
  • Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, planté un bulbo de flor en una maceta. Pero el bulbo permaneció en la tierra durante meses, negándose a germinar. Un día, entré a la cocina y comencé a llorar histéricamente: “¡Esta maldita flor ni siquiera floreció!”. Era algo personal, como si la misma Madre Naturaleza me maldijera, como si mi “flor” tampoco fuera a florecer. Afortunadamente, di a luz a una hermosa hija y la planta finalmente floreció. © Amy Kline / Quora
  • Una amiga embarazada me invitó al parque. Estábamos paseando, y de repente su rostro cambió, dijo con una voz temblorosa: “Olvidé ponerme la ropa interior”. Entonces fuimos de vuelta a su casa, y ella sufría por la vergüenza de caminar por el parque sin ropa interior. Le dije: “Pero si llevas un vestido playero y no se ve nada”.
    Y ella, casi llorando, dijo: “¡¿Acaso me he vuelto mensa y quedaré así para siempre?!”. © Sociopathiya / Pikabu
  • Durante el segundo embarazo, tenía muchas ganas de roer ladrillos rojos. Se estaba construyendo un edificio frente a nosotros y me quedaba babeando mientras observaba la obra. © Elena Kostakova / Facebook
  • Estaba embarazada y mi esposo y yo buscábamos un regalo para una amiga. Me gustó una blusa. Mi marido dijo, sí, es bonita, tal vez mejor te la compramos a ti. Me negué y seguimos adelante. En casa, comencé a llorar histéricamente. Mi esposo entró corriendo a la habitación y preguntó si había comenzado el parto.
    Yo:
    —Ya no me amas. Ni siquiera me compraste la blusa.
    —¡Pero te ofrecí comprarla!
    —¡No insististe lo suficiente! © Neha Saboo Kabra / Quora
  • Nunca había sido aficionada a la comida, pero una vez, estando embarazada, realmente se me antojó helado con papas fritas. Ese día estuvo lloviendo mucho y nadie podía ir a la tienda, entonces me puse a llorar. Afortunadamente, los vecinos nos echaron una mano y me alegré tanto al recibir mi extraño pedido. © Jazz Sanjeev / Quora
  • Una amiga, durante el embarazo, no podía dejar de ver historias de detectives sobre maníacos. Además, se volvió muy sentimental, por lo que lloraba terriblemente por el destino de las víctimas. Nadie en la familia era capaz de calmarla.
  • Estaba en el séptimo mes de embarazo y se me antojaba comer algo rico. Mi esposo siempre me compraba algo especial cuando iba a la tienda. Pero un día no lo hizo. Dijo que se le había olvidado. Bueno. Nos fuimos a la cama, no podía dormir así que fui a poner la ropa a lavar. Entonces encontré en el bolsillo de mi marido un recibo que decía: leche, queso... ¡Barra de chocolate! Entré corriendo al dormitorio y prendí la luz:
    —¿Te lo comiste? —estaba explotando de ira. Mi marido levantó la cabeza:
    —¿Qué? Amor, son las tres de la mañana. ¿De qué estás hablando?
    —¡No olvidaste comprarme el chocolate! ¡Te lo comiste!
    Una mirada culpable lo reveló. Estaba tan enojada que por primera vez en mi vida lo mandé a dormir al sofá. Tres años después, a veces lo miro y le digo: “¿Cómo pudiste?”. Pone los ojos en blanco porque sabe a qué me refiero. © Sheree McDonald / Quora
  • Mi esposa tiene 6 meses de embarazo. No se ha puesto muy extraña, solo cosas insignificantes: antojos de frutas y bebidas. Pero hoy sucedió. Quiso saborear mi ojo, es decir, solo tocarlo con la lengua. Cuando le dije que no, se puso a llorar y aún me lo sigue suplicando. © bombilius099 / Pikabu

¿Qué cosas extrañas te han sucedido a ti o a alguien que conozcas durante el embarazo?

Imagen de portada Sociopathiya / Pikabu

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