Lectores de Genial contaron historias sobre personas cuyas acciones eran demasiado extrañas para ser verdad

Historias
hace 2 años

Quizás todos tengamos algunas particularidades de comportamiento que puedan parecerles extrañas a los demás. Por ejemplo, algunas personas no prestan dinero los lunes, mientras que a otras les gusta que su ropa cuelgue ordenada por colores en los ganchos. Pero a veces la gente hace cosas tan extrañas que ni siquiera tienen explicación lógica.

Los lectores de Genial.guru compartieron algunos casos de los que nos tomó mucho tiempo recuperarnos.

  • Me lo contó una amiga. Un compañero de clase de su hijo de 8 años fue a su casa para jugar con él. Este niño se metió al baño y gritó desde allí que acababa de hacer popó y llamaba a alguien para que lo limpiara. Resultó que el niño no sabía hacerlo, y en su casa su madre o su abuela lo hacían por él. Mi amiga le dijo que esperara a su mamá sentado en el inodoro. Llamó a la mamá del niño y le pidió que fuera a limpiarlo. Además, le dijo que no volviera a llevarlo de visita hasta que aprendiera a limpiarse él mismo. © Elena Akodus / Facebook
  • Fui a casa de una amiga. Además de que el departamento olía a animales, había heces de gato en el lavabo del cuarto de baño. ¿Y qué? El gatito está acostumbrado a hacer sus necesidades allí. Ya no quiero volver a visitarla. © Elena Suryadna / Facebook
  • Un compañero nos invitó a su departamento nuevo, acababa de terminar la remodelación y lo había amueblado a su gusto. Compramos fruta y un pastel para celebrar. Llegamos y nos quedamos boquiabiertos en la puerta. El departamento se veía muy bonito y moderno, pero solo había dos colores: blanco y negro. ¡Solo blanco y negro! Muebles, vajilla, componentes del cuarto de baño, cortinas, incluso lomos de libros.
    Dejé las manzanas rojas en la mesa de la cocina, pero ordenó quitarlas, porque el rojo rompía la armonía del color trastornando la percepción. Apenas puedo decir que la pasamos bien con él... Algo andaba mal. © Iva Cuina / Facebook
  • Una mujer fue al salón de belleza donde me hago la manicura con su cuenco para humedecer las uñas. Me tropecé con ella varias veces. Las manicuristas ya están acostumbradas. © Irina Subbotina / Facebook
  • Una vez fui a casa de una amiga mía. Estábamos tomando el té en la cocina, y la chica se quejó de que sufría una depresión severa. Intenté consolarla. Pero cuando me invitó a entrar en su dormitorio, me quedé paralizada en la puerta porque todos los muebles allí eran negros: la cama, los armarios, la mesa. Le dije que yo misma había caído en depresión con solo abrir la puerta. Me recuperé solo después de haber regresado a la cocina. © Ekaterina Austin / Facebook
  • Una vez, nuestros compañeros nos invitaron a su casa para celebrar el Domingo de Resurrección. Pues, tenían los cascarones de huevo pintados con pintura al óleo sobrante de la remodelación. © Tatjana Kogan / Facebook
  • Una vez, estando en Inglaterra, fui a pescar. Bueno, no me importó el hecho de que el pez fuera capturado y liberado. Pero cuando mi esposo sacó un tubo de ungüento antiséptico para el pez, me quedé sin palabras. Le untó la herida de anzuelo y solo entonces lo soltó. Una especie de sadismo bondadoso. © Svitlana Moroz / Facebook
  • Tenemos unos familiares que vinieron a visitarnos desde otro país con la bacinica de su hija de 7 años. La llevaron consigo en todas las excursiones. Y no me contestaron cuando les pregunté: “¿La niña irá a la escuela también con su bacinica?”. © Iren Soleil / Facebook
  • Recuerdos de la infancia. Teníamos parientes lejanos que venían a visitarnos con su comida enlatada. Se sentaban en la mesa puesta, abrían sus latas, colocaban su contenido en platos y comían. Parecía que no confiaban en la comida de nadie, solo en la enlatada, porque visitaban a todo el mundo de esa manera. © Oksana Gerasimova / Facebook
  • Tuve una compañera de clase que solía atribuir un cierto color a todos los días. Por ejemplo, el lunes era rojo. Y los lunes, usaba solo ropa roja, así como los platos, ropa de cama, cuadernos. ¡Y que no se le ocurriera a ninguno de sus compañeros de habitación en la residencia estudiantil colocar su taza verde en su estante! También tenía sus tazas y toallas ordenadas por colores, de claro a oscuro. Ella misma es una muy buena persona con un alto nivel de inteligencia.© Katya Rubenchik / Facebook
  • Mi amiga no lava calcetines. Deja que se aireen y se los vuelve a poner. © Inna Nudel / Facebook
  • Una de mis compañeras tuvo la visita de su suegro. Después de comer, lamió la cuchara y la volvió a meter en la caja con las limpias, aunque no había problemas con el agua© Ekaterina Austin / Facebook
  • Conocí a un chico, fuimos a su casa, decidimos cocinar ravioles congelados. Él puso el agua, tomé el paquete y lo abrí con un cuchillo. ¡Fue todo un shock para él! ¡Para eso son las tijeras! La misma noche terminamos... © Julia Golovacheva / Facebook
  • Conozco a una pareja casada que, para ahorrar dinero, se bañan por turnos en la misma agua y luego la usan en el inodoro durante toda la semana. Además, estas personas no son pobres. © Iren Soleil / Facebook
  • Una vez, fui a visitar a una amiga a su casa de campo. La casa estaba equipada con todo lo necesario, incluido el baño. Andaba mal del estómago y le pregunté a la dueña dónde estaba el baño. Entonces, ella me llevó a un cobertizo, me dio una pala para cavar un hoyo, hacer mis necesidades y luego enterrarlas. Nunca volví a visitarla. © Elena Kalistrova / Facebook
  • Conozco personas que descargan el inodoro solo una vez al día, por la noche. Para ahorrar dinero. © Inna Nudel / Facebook
  • Una vez estábamos tomando té en la casa de mi compañera de clase. Cuando terminamos, miró dentro de mi taza y dijo: “¿Por qué no te comiste las hojas de té?”. Pensé que estaba bromeando. Entonces tomó hojas de té de su taza con la cucharita, se las comió y me preguntó de nuevo: “¿De verdad no te comes las hojas de té?”. No volví a visitarla. © Maria Varlamova / Facebook
  • La amiga de mi mamá no lava los calzones por completo, sino solo una zona. Ella dice que así es como ahorra agua. © Tatiana Zakharova / Facebook
  • Una de mis conocidas se sorprendió mucho de que las hojas de té sirven para preparar la bebida una sola vez. Ella dijo que en su familia suelen añadir agua hirviendo a la infusión mientras que el té siga teniendo color. Y si aparece moho, lo quitan y siguen añadiendo agua. “Pero si es penicilina, ¿qué tiene de malo?”. © Liudmila Vasilevskaya / Facebook
  • Mi maestra contó que una vez la invitaron a una casa donde no lavaban los platos, sino que simplemente los lamían y los volvían a poner en el armario. © Alexandra Raly / Facebook
  • Uno de mis conocidos y su esposa tampoco lavaban los platos después de comer. Los lamían y luego volvían a usarlos. Creo que ponían los mismos platos para los invitados ... © Nina Kushnareva / Facebook
  • Una amiga me contó que, de niña, fue a visitar a una amiga. De postre, su madre les ofreció un plato de huevos crudos. Tuvieron que mojar un trozo de pan y comérselo. No se recuperó nunca del shock© Elena Haritonova / Facebook
  • El piso del pasillo del departamento de mis amigos solía estar cubierto de periódicos para no ensuciarlo, a pesar de que todo el mundo se estaba quitando los zapatos. Pero en la cocina de estas personas los platos se limpiaban con una camiseta vieja, aunque tenían un paño de cocina que les servía de adorno. © Marina Merkulova / Facebook
  • Fui a visitar a un amigo que era de una familia adinerada. Tenían todo el departamento cubierto con alfombras. Sin embargo, en la entrada de cada habitación, había pedazos de sábanas cubriendo las alfombras, y en la cocina, una sábana grande tapando toda la alfombra. No pude resistir y le pregunté: “¿Pero para qué?”. Me respondió: “Para que no se ensucien las alfombras”. Yo: “Es que, apenas se ven las alfombras, nada más que trapos”. Su respuesta: “¡Pero si no entiendes nada, son caras!”. © Vika Berezinets / Facebook
  • Mientras tanto, nuestros vecinos compraron muebles barnizados, una alfombra, un sofá y los cubrieron con polietileno para que no se dañaran. Así vivieron. © Liubov Frolova / Facebook

¿Recuerdas haber sido testigo de excentricidades humanas que no tenían ninguna explicación lógica?

Imagen de portada Ekaterina Austin/Facebook

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas