Aunque es una situación incómoda, no debe ser ignorada, sino, por el contrario, valerse de algunas estrategias que pueden ayudar a hacer que episodios así no pasen a mayores:

Sentar las reglas desde un comienzo: es fundamental pensar a largo plazo y tener en mente el tipo de relación que se quiere forjar con la suegra a futuro, para, desde el inicio, poner límites que ayuden a alcanzar ese objetivo en la relación.
Ser asertivos al comunicar: esos límites deben comunicarse con claridad para evitar que luego haya conflictos al respecto o herir susceptibilidades. Para ello, puedes hacerle saber a tu suegra, de manera cortés pero firme, qué es lo que quieres y por qué es importante para ti que se haga de esa manera.
Intenta ponerte en su lugar: ver las cosas desde su punto de vista puede suavizar la situación. Imagina cuáles podrían ser los motivos de su comportamiento desde una mirada objetiva e indaga si puede que tenga alguna razón válida para ello. Considera la posibilidad de que sus acciones tengan intenciones amorosas o si se deben a algún asunto sin resolver con su hijo. En ese caso, ambos deben solucionarlo para que no acabe trasladándose a terceros.

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