Una maestra les propuso a los niños compartir anónimamente lo que les preocupaba, y su historia inspiró a medio millón de personas

Historias
hace 4 años

“¿Qué significa ‘equipaje emocional’?”. Con estas palabras comenzó uno de los primeros días escolares en una escuela secundaria de Estados Unidos. Una maestra de 22 años, Karen Loewe, quien trabaja en el séptimo y octavo grado, decidió ayudar a los niños a sobrellevar el estrés diario. Cuando habló sobre esto en Facebook, más de 500 mil personas compartieron su publicación, y los maestros de otros países, incluidos Australia, China y Pakistán, decidieron repetir el experimento.

Genial.guru decidió contarte sobre los simples pasos que le permitieron a Karen acercarse a sus alumnos y enseñarles una lección de empatía.

Imagina que pasas de 6 a 7 horas al día en una oficina sin siquiera poder ir al baño sin pedir permiso, y tus colegas de trabajo se ríen obsequiosamente de los comentarios “ingeniosos” del jefe dirigidos a ti. Casi todos los días te preocupa no haber preparado un informe a tiempo, y te ves obligado a realizar tediosas tareas repetitivas. Es exactamente así como perciben la escuela muchos estudiantes. Estudios han demostrado que 2 de cada 3 estudiantes de secundaria se aburren en clase todos los días, y muchos niños mayores de 8 años incluso se sienten infelices.

Si a esto se le agregan los problemas familiares, la carga emocional se vuelve demasiado grande para el niño, y este no siempre se atreve a compartir sus preocupaciones con los demás.

Karen Loewe encontró una manera de resolver este problema. El 22 de agosto de 2019, dio una lección que ayudó a los niños a expresar lo que les preocupaba e hizo que la atmósfera en el aula fuera más amigable.

“Les pedí que escribieran en una hoja de papel lo que les molestaba, lo que era una carga pesada para su corazón o lo que los ofendía”, comentó Karen. “No hacía falta firmar la hoja. Arrugaron sus notas y las arrojaron a un rincón del aula”.

Después de eso, los estudiantes se turnaron para tomar los trozos de papel y leer lo que estaba escrito en ellos. Cada niño tomaba la decisión de decirle o no a la clase que esa era su nota.

Lo escrito impactó a Karen. Algunos niños hablaron sobre la muerte de seres queridos, del cáncer, del divorcio de sus padres, y otros sobre el suicidio o el uso de sustancias prohibidas en su familia. Leyendo las notas de otras personas, muchos niños lloraron, porque lo escrito era demasiado emocional. Solo un relato los divirtió un poco: un niño dijo que su jerbo (una especie de roedor) murió porque estaba demasiado gordo.

Después de leer todas las notas, Karen les dijo a los estudiantes que no estaban solos y que eran amados. Y luego colgó una bolsa con los papeles cerca de su puerta, como un recordatorio de que todos tenemos un equipaje emocional.

Karen notó que, después de haber invitado a los niños a compartir su “equipaje”, comenzaron a tratarse entre sí con más respeto. No interrumpían cuando alguien hablaba, no eran groseros y estaban más dispuestos a compartir lo que había en su corazón. En una entrevista con Today, la maestra dijo que los niños pueden ser honestos con los adultos, solo que necesitan más tiempo para abrirse.

En tu opinión, ¿un maestro debería solo tener el conocimiento y ser capaz de explicar su tema a los niños? ¿O también tendría que actuar como un amigo y mentor? ¿Piensas que el sistema escolar está desactualizado y que no solo se necesitan matemáticas e idiomas, sino también aprender a comunicarnos entre nosotros, respetarnos y tolerar a los demás? Comparte tus pensamientos con nosotros en la sección de comentarios.

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas