10 Empleados de hotel con historias tan fascinantes que merecen su propia serie de éxito

Mantener tu piel renovada y limpia de impurezas es más fácil de lo que crees. Y lo mejor: no necesitas ir al dermatólogo o comprar productos costosos. Genial.guru te da el paso a paso para lucir siempre un rostro radiante.
1. Una mascarilla para cada tipo de piel
Licúa medio aguacate (palta), un huevo y una cucharada de aceite de oliva. Aplica esta mezcla en tu rostro y déjala actuar durante diez minutos. Las propiedades nutritivas de estos alimentos penetran tus poros devolviéndole a tu piel los nutrientes que le hacen falta para estar bien hidratada.
Mezcla el zumo de un limón, un huevo, una cucharada de yogurt sin sabor y una cucharada de miel. Aplica esta mascarilla sobre tu cara y deja actuar durante diez minutos. Estos ingredientes ayudan, hasta cierto punto, a hidratar y regenerar tu piel haciendo menos visibles las cicatrices.
Aplica sobre tu rostro pulpa de aloe vera. Sus propiedades extra nutritivas e hidratantes ayudan a retrasar las marcas que el tiempo deja en tu piel. Puedes hacerlo sobre puntos clave como la comisura de tus labios y el contorno de los ojos. Haz esto antes de dormir y deja que surta efecto durante toda la noche.
2. Rutina de limpieza en 3 sencillos pasos
Estos tres pasos pueden ser llevados a cabo para limpiar cualquier tipo de cutis. Sin embargo, si eres propensa al acné, te recomendamos que no te exfolies. Si lo haces, en lugar de limpiar los poros, activarás las gládulas cebáceas de tu cara favoreciendo la aparición de granitos y barros.
Esta es una sencilla rutina de limpieza que puedes poner en práctica una vez a la semana. Tu piel te lo agradecerá y los resultados saltarán a la vista.
3. Limpia de adentro hacia afuera
A todos los tipos de piel les viene bien renovarse y limpiarse. Desmaquillarte y usar tónicos o cremas ayuda, pero también hay que limpiarse de adentro hacia afuera. Hidrátate lo suficiente a lo largo del día. Toma agua, evita consumir bebidas muy azucaradas, ya que lograrás el efecto contrario a la limpieza: saturar tu cuerpo de toxinas.
Foto de portada: Pexels