10 Consejos para educar con amabilidad, pero con firmeza, a nuestros hijos

Psicología
hace 2 años

Actualmente, el término de crianza positiva se ha popularizado entre los padres de todo el mundo. De hecho, la UNICEF la describe como un estilo de crianza firme pero amorosa con niñas, niños y adolescentes. Esto quiere decir que existen buenas maneras para formar y educar a nuestros hijos, y que con amor y respeto podemos obtener mejores resultados.

En Genial.guru, creemos en las virtudes de una crianza positiva, por lo que compartimos diez puntos esenciales sobre cómo y por qué utilizarla.

1. Establece límites, pero con buen trato

La crianza positiva no fomenta la permisividad, por el contrario, busca establecer límites de manera firme, pero sin perder nunca de vista el objetivo principal, que es el adecuado desarrollo del niño. Por lo tanto, tratarlo bien no solo es importante, sino indispensable.

2. Respeta la individualidad del niño: intereses, pensamientos y formas de aprendizaje

Entender que cada niño se desarrolla y aprende de modo diferente es uno de los pilares de la crianza positiva. Alentar la individualidad es uno de los propósitos principales, y esto puede conseguirse celebrando significativamente sus pequeños triunfos y reforzando sus habilidades.

3. Nunca hacer uso de la fuerza física o verbal

De ninguna manera está permitido el maltrato físico ni psicológico de los niños. Para ello, es primordial que como adultos regulemos primero nuestras emociones y, en caso necesario, pidamos ayuda para manejarlas antes de hacer uso de disciplina violenta, la cual se ha demostrado que tiene consecuencias graves en el desarrollo infantil.

4. Forma la autonomía con vigilancia y amabilidad

Promover que los pequeños alcancen cierto grado de independencia, según su edad, es fundamental. Todos los niños nacen con algún sentido de libertad y, para ello, el adulto debe saber reconocer en qué áreas hay oportunidad para que el niño tenga algo de control de decisión. Por ejemplo, involucrarlo en pequeñas tareas domésticas o en elegir el menú de la cena en alguna ocasión.

5. Entiende que los niños merecen respeto

Este estilo de crianza se enfoca en educar con dignidad y respeto, basado en un sentido de amor, sensibilidad y tolerancia. El buen trato puede ir de la mano con una educación firme, respetuosa y amorosa que genere seguridad emocional, promueva el aprendizaje y fortalezca el vínculo entre padres e hijos.

6. Pedir disculpas siempre que sea necesario

Reconocer que, como padres, también nos equivocamos, es un signo de humildad. Aunque los errores no desaparecen con decir “lo siento”, mostrarse vulnerable ante los hijos no solo es realista, sino también sano. Al pedirles perdón, los pequeños aprenden que las equivocaciones son válidas y siempre se puede hacer algo para mejorar.

7. Distingue que todo mal comportamiento esconde una necesidad detrás

Los niños no se comportan mal por naturaleza; en realidad, detrás de un mal comportamiento hay una necesidad no cubierta. Para reconocerla, hay que tener mucha paciencia. Desde la crianza positiva, lo primero que hay que hacer ante un escenario así es actuar desde la calma. Entonces, como padres, podemos preguntarnos ¿qué es lo que mi hija o hijo está queriendo comunicar en realidad con esa conducta inadecuada? Quizá ese “berrinche” no sea nada más que una forma de decir que necesita más tiempo de calidad con nosotros.

8. Fomenta la expresión de los sentimientos

Las niñas y los niños experimentan muchas emociones en diferentes momentos del día, pero parece que nadie se detiene a preguntarles cómo se sienten al respecto. En su lugar, intentamos que actúen y resuelvan de acuerdo a nuestros deseos. Alentar y ayudar a los pequeños a expresar sus emociones es bastante liberador para ambas partes (padres e hijos), pues solo al nombrar cómo se sienten y por qué se sienten así se puede obtener una comunicación sana.

9. Los padres se vuelven ejemplo

Todas las cosas positivas que los padres deseemos enseñar a nuestros hijos comienzan con el ejemplo. No podemos pedirle a un niño que permanezca calmado si se lo exigimos gritando, tampoco podemos decirle que sea amable si se lo pedimos de manera grosera. Toda transformación de conducta comienza con los padres.

10. Sé congruente con la realidad, no con las expectativas

Tener expectativas no está mal, pero es mejor si son realistas. Todos los padres desean hijos perfectos, pero la realidad es que ningún ser humano lo es. Admitir que en el camino de la crianza siempre habrá errores da una mejor oportunidad para aprender más y adquirir experiencia en el complejo trabajo de la paternidad.

¿Qué otros consejos darías a los padres que desean educar a sus hijos bajo el estilo de la crianza positiva?

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Los padres somos ejemplo, el espejo en el que nuestros hijos miran para aprender

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