15 Cosas que son completamente normales para la gente de otra generación, pero que nos dejan estupefactos

A veces, las personas de la generación mayor juegan literalmente con nuestros nervios, tanto que queremos pedirles que no lo hagan más: tiran a la basura recuerdos o utilizan extraños métodos de crianza. Los héroes de nuestra selección nos contaron qué acciones de las personas mayores siguen siendo ilógicas para ellos.

• Mi madre conserva mis dientes de leche. Tengo 30 años y todavía no los ha tirado. © obi-gyn / Reddit
• ¡Cómo me cabrea la gente de la generación mayor cuando se trata de trabajar desde casa! Mi esposo trabaja a distancia como traductor, pero para mi suegra es un vago. Ella piensa que como está en casa, no pasa nada por jalearle sin avisar. Porque si estás en casa, ¡no estás ocupado! Y no le importa que ya se acerque la fecha límite ni que él lleve trabajando desde las 6 de la mañana. Trabaja como un burro y gana un buen sueldo, no le pide dinero a nadie. Pero es defectuoso para ella, ya que no está en la oficina.
• De niña, tenía todos los libros de Harry Potter. Terminé la escuela, los guardé cuidadosamente en una caja y di instrucciones para que nadie los tocara. Un día fui a visitar a mis padres, anticipando la nostalgia. Entré en la despensa... ¡y no estaban mis tesoros! Sin entender nada, corrí hacia mi madre, y ella, bajando los ojos, murmuró que se los había dado a los hijos de los vecinos para que jugaran. Fui a ver a los vecinos: un libro estaba roto y tirado en el piso, otro lo trajeron del baño — lo usaban cuando se les acababa el papel higiénico. Decidí no averiguar el destino de los demás. En casa rompí a llorar de resentimiento. Mi madre echó más leña al fuego, diciendo: “¿Por qué lloras, solo son libros, no sabía que eran tan importantes”.

• Mi madre a veces escupía en su dedo para limpiarme la suciedad de la cara. Yo le decía: “Para, es asqueroso”, pero ella seguía haciéndolo. © Carla J. Action / Quora
• Probablemente, todas las madres han recibido el reproche de la generación anterior. ¿Cómo se vivía en los pueblos, sin agua y con 10 hijos? ¿Y ganado y un huerto? Y tenían tiempo para todo. ¿Y tú? Tienes una lavadora, olla programable, pañales desechables, comida instantáneas... Mi abuela me contó el gran secreto de la vida. Nunca lavaba las muselinas con las que arropaba al bebé. Simplemente las secaba. Lo arropaba por la mañana, le daba de comer y se iba al campo hasta la hora de comer. No había sábanas, solo arpillera. Todos comían de un solo plato. Y es inútil explicar por qué trapeo el piso todos los días y plancho la ropita de bebé, tomo a mi hijo en brazos cuando llora, a qué dedico todo mi tiempo y por qué me siento cansada.
• Nunca entendí por qué a mi madre le gustaba tanto comentar lo que pasaba en la pantalla mientras veía una película. A veces incluso se ponía a gritar durante las escenas ruidosas para que se la oyera. © BW_Bird / Reddit

• De niño tenía 24 cómics originales de Marvel. Pero luego mis padres los tiraron. Un día fui a una tienda de cómics y vi que las ediciones de coleccionista, iguales a las que yo tenía, costaban ahora entre 1 500 y 2 400 dólares. Pero lo curioso es que, cuando le dije al vendedor que yo tenía exactamente los mismos, me contestó aburrido y sin levantar la mirada: “¿Sabes cuántas veces al día oigo eso?”. © requisitename / Reddit
• Cuando de niña me portaba mal, mi padre me llevaba a los “gitanos”: me acercaba a su barraca y me empujaba a la entrada gritando “¡Llévensela!”. Una vez, al ver todo esto, una abuela gitana salió a la entrada. Me dijo: “Ven a tomar té y pasteles conmigo”. Así que fui. Al cabo de un rato, mi padre empezó a buscarme. Llamó al departamento y la respuesta fue: “No sé nada. Tenemos a todos nuestros hijos aquí. Los tuyos no están”. Mientras mi padre discutía con los gitanos, me sacaron del departamento por la ventana y me dijeron: “Corre a casa. Y dile a tu madre que si tu padre te vuelve a traer, te llevaremos”. Así lo hice. Mi padre cambió de táctica educativa.
• Toda mi vida, antes de casarme, sufrí lavando la ropa a mano. Primero mi madre no tenía dinero para una lavadora, luego teníamos tuberías viejas, después otras razones. A mi esposo y yo nos costó mucho conectar en casa de mi madre una lavadora moderna. Hasta tuvimos que cambiar las tuberías. Pero mi mamá dice que la lavadora no puede lavar mejor que ella a mano. Así que vuelve a lavarlo todo después de la lavadora. Tal vez la generación anterior se las arregla bien sin todo esto, y somos nosotros los que necesitamos todos estos artilugios?

• Mi madre sigue haciendo comentarios burlones sobre el tamaño de mis pechos en las grandes reuniones familiares y se ríe de sus propias bromas. Ya tengo 40 años, pero sigue haciéndolo. © jayneblonde002 / Reddit
• Mi padre tenía un montón de maneras de avergonzarnos a mis hermanas y a mí si venía un novio de visita. Por ejemplo, les enseñaba viejos álbumes cuando éramos niñas o fotos nuestras de la escuela en las que no salíamos bien, por no decir otra cosa. O bien, bromeaba sobre cómo nos maquillábamos durante horas para estar guapas. Pero pasar tiempo con mi padre siempre era divertido. © Tracy Harris / Quora

• A menudo me encuentro con personas mayores, y me da la sensación de que todos se creen superiores a los más jóvenes. Solo porque son mayores. A menudo me han dicho que por mi edad no puedo opinar y que aún no conozco el mundo. © Tennley Alicen / Quora
• Una amiga me contó que, cuando era pequeña, su madre solía amenazarle con dejarla en un orfanato por sus pequeñas travesuras. Al principio se sentía preocupada. Pero luego empezó a prepararse moralmente, su fantasía infantil empezó a desarrollarse. Y así, una vez más, ante semejante “amenaza”, mi amiga respondió: “Vale. Voy a empaquetar mis cosas, vámonos”. Y realmente fue a empaquetar sus pertenencias. Su madre se quedó de piedra: qué buena manipulación fue aquella.
• No entiendo qué pasa con la costumbre de las generaciones mayores de acumular pilas de platos. Limpiaba el armario de mi madre mientras ella estaba de vacaciones y apenas he podido resistirme a no tirar la mitad de la vajilla, de la que nunca hemos comido ni bebido nada.

• Yo estaba en medio de la lista de los alumnos de mi clase, y la profesora siempre llamaba a los niños por orden alfabético para que recitáramos poemas. Así, cuando me tocaba a mí, ya me había dado tiempo a memorizarlo y obtener la mejor nota. Pero cuando mi mamá se dio cuenta de eso, se lo contó a la profesora y me llamó a mí primera. Mi mamá estaba muy orgullosa de sí misma, contenta con mi suspenso y con el hecho de que yo estuviera triste. Después le pregunté muchas veces por qué lo había hecho. No cambió de opinión sobre el acto, dijo orgullosa: “Para que los memorizaras en casa”.