10 Señales de que estás con una pareja caprichosa que te podría agotar mentalmente y cómo solucionarlo

Psicología
hace 1 año

No es fácil y, por supuesto, tampoco agradable relacionarte con alguien que es inmaduro emocionalmente. Aunque, por supuesto, todos tenemos cosas que trabajar en nuestra persona, este tipo de relaciones suelen ser muy desgastantes y terminan por agotarnos. Es importante saber identificar si estamos inmersos en una relación así; de otro modo, no sabremos cómo ocuparnos de ella.

Es por eso por lo que en Genial.guru te compartimos algunas señales que pueden indicar que una pareja es emocionalmente inmadura, además de contarte cómo trabajar esto a tiempo, antes de que la relación se dañe.

1. Suele ser egoísta

Una de las principales características de las personas emocionalmente inmaduras es que, con frecuencia, son egoístas y egocéntricas. Esto significa que no tienen consideración por el tiempo, las necesidades o las ocupaciones y preocupaciones de los demás. Para ellas, solo existen sus propias cuestiones.

Una cosa es tener una buena autoestima, y otra muy distinta es no preocuparnos por los otros. Una persona con estas características, por ejemplo, no ayudará a los demás, a menos que obtenga un beneficio personal a partir de ello.

2. Se enoja con facilidad

Para una persona emocionalmente inmadura no es fácil demostrar o expresar casi ningún tipo de emoción. Son iracundas, enojonas, viscerales, y suelen explotar con mucha facilidad. Ante una discusión, por ejemplo, suelen tomar posturas bastante defensivas, pues tienden a pensar que todo es un potencial ataque u ofensa.

Siempre es más fácil lidiar con el enojo que con la tristeza; quizá ese sea el motivo de su irritabilidad. Aun así, nada justifica que alguien reaccione de manera enérgica o violenta. Hay que intentar comprender de dónde viene esa ira, pero no debemos permitir que eso nos afecte o que llegue a convertirse en algún tipo de agresión.

3. Jamás acepta sus errores

Otra característica bastante frecuente de estas personas es la dificultad para aceptar sus errores. En su opinión, son los demás los que se equivocan, mientras ellas creen tener siempre la razón. En lugar de reflexionar antes sus propias emociones y errores para reconocer sus faltas, sus fallas, y así poder trabajar en ellas, buscan culpar a otras personas o a circunstancias externas que están fuera de su control.

4. Es impulsiva

Dado que, con frecuencia, se trata de personas que suelen tomarse cualquier cosa de manera personal y, por lo tanto, evitan la responsabilidad y las emociones profundas, una cualidad común en ellas es la impulsividad. Esto quiere decir que no piensan antes de actuar, solo lo hacen. Se comportan de esta forma, la mayoría de las veces, cuando se sienten amenazadas, sea algo real o un simple producto de su imaginación.

Ante cualquier mínima situación de estrés, una persona emocionalmente inmadura tenderá a reaccionar de forma impulsiva. Por lo que no es de sorprendernos que una situación o problema inesperado o fuera de lo previsto la descoloque totalmente.

5. Teme al futuro y al compromiso

Es fácil suponer que una persona impulsiva lo es porque se rige bajo la filosofía de que “hay que vivir el momento”, de modo que hacer planes a largo plazo o comprometerse con un proyecto de vida no le resulta nada sencillo. De hecho, ese tipo de proyectos, nuevamente, se le presentarán como potencial amenaza.

Ni siquiera es necesario que hablemos de planear una boda. A veces son situaciones simples que se vuelven más complejas. Por ejemplo, no poder comprometerse con planes sencillos, como acordar verse la próxima semana. Hay que considerar este tipo de señales como una alarma.

6. Le cuesta profundizar

Para las personas emocionalmente inmaduras no es fácil ir hacia el fondo. Tienen poca o nula capacidad de introspección. Pero no solo les ocurre con ellas mismas, ya que también les cuesta profundizar en sus relaciones amorosas, profesionales o de amistad. Suelen mantener las situaciones a nivel superficial, pues así resulta más fácil para ellas seguir manteniendo el control. Ir más a fondo implica que más cosas se pongan en juego, como sentimientos, pensamientos o compromisos, los cuales temen no poder manejar.

7. Te hace sentir sola o solo

Es difícil imaginar que alguien que teme profundizar en sus emociones y en sus relaciones, que le teme al futuro o al compromiso, o que tiende a ser egoísta, puede realmente acompañarnos en cualquier plan, proceso o dificultad. Es como pedirle peras a un olmo. En el caso de estas personas, emocionalmente no saben, o bien les resulta difícil, acompañar a alguien. Son algo torpes para hacerlo. No están acostumbradas, y dado que suelen tomar decisiones por sí mismas, esperar que sepan o puedan acompañarnos es relativamente difícil, cuando no imposible.

8. Te hace sentir culpable

Es una forma de mantener el control de la situación y de sus relaciones, pero una persona así tiende a provocarnos un sentimiento de culpa con mucha frecuencia. Nos hace sentir mal cuando no nos sentimos bien. Por ejemplo, cuando estamos tristes o molestos, nos culpan por ello y, al hacerlo, nos hacen sentir peor.

Ya sea porque así lo aprendieron o porque tienen baja autoestima y necesitan sentirse mejores o más poderosas que otros, las personas emocionalmente inestables tenderán a hacernos sentir mal u culpables por eso. Sin duda, es una señal de alarma para empezar a movernos de ahí.

9. Es narcisista

En conjunto, estos comportamientos que hemos enunciado pueden resumirse en una palabra: narcisismo. Una persona narcisista tiende a pensar que todo se trata de él o ella. Todo lo que ocurre a su alrededor es una extensión de sí misma.

Le cuesta trabajo pensar, reconocer o considerar a los demás, y, con mucha frecuencia, es egoísta, pues solo piensa en ella. Cualquier cosa que se salga de sus planes o su control es un potencial peligro. Los rasgos principales de una pareja narcisista son que no soporta la ausencia del otro, siente celos, no tolera el rechazo y, por supuesto, no reconoce su narcicismo.

10. Se comporta infantilmente

Estas actitudes son, a todas luces, un comportamiento infantil. Piensa en un niño pequeño que hace rabietas si las cosas no salen como él desea o espera. Un pequeño así de caprichoso puede tirarse al suelo, hacer berrinche y, probablemente, enfadarse con nosotros, dejándonos de hablar o dejándonos hablando solos, encerrándose en su cuarto o haciendo un gran drama. ¿No es así cómo reacciona una persona emocionalmente inestable?

Bono: Cómo superar una relación emocionalmente inmadura

En resumen, para una persona emocionalmente inmadura, resulta muy difícil manejar sus emociones. Un buen primer paso sería investigar y descubrir de dónde proviene esa dificultad. Tal vez tuvo una infancia y una crianza difíciles, con una historia de abandono.

Por nuestra parte, si es que ya identificamos que estamos inmersos en una relación emocionalmente inmadura, podríamos fomentar la comunicación. Si bien muchas personas se niegan a hablar, y lograrlo puede ser difícil, también hay algunas que sí están abiertas y dispuestas al diálogo. Como parejas, debemos escuchar y fomentar esos espacios de sana comunicación.

Pero, por supuesto, lo mejor siempre será buscar ayuda profesional, ya sea tanto de manera individual como en pareja, para superar estos pequeños baches. Nunca hay que olvidar que la salud mental es importante, y buscar una opinión profesional siempre es señal de un avance.

¿Qué rasgo de tu pareja ha hecho más difícil la convivencia?

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas