21 Revelaciones que explican cómo realmente vive una persona con depresión

Psicología
hace 5 años

La depresión no es solo un ataque de apatía o mal humor, sino un trastorno mental grave al que se enfrentan millones de personas en todo el mundo. Acerca de lo que pasa todos los días una persona con este diagnóstico, quien mejor te lo puede contar no es un médico, sino aquella que la sufre. El usuario de Twitter Eugenio Velko compartió lo que experimenta un sujeto con depresión y trastorno de ansiedad.

Genial.guru quedó impresionado por la historia de Eugenio y la información útil que le brindó. Si encuentras síntomas de este tipo en ti o en tus seres queridos, no te demores a la hora de visitar al médico.

  • Según mis observaciones, el 99 % de las personas con depresión piensan periódicamente que no están deprimidas. Simplemente, lo achacan a su carácter. Un psiquiatra te diagnostica la depresión, llevas tomando pastillas durante años y aun así te parece que esta es solo una pereza o manipulación bien disfrazada.
  • Una de las sensaciones comunes en un episodio depresivo es el dolor “por todas partes”. No puedes nombrar una parte del cuerpo que NO te duela. Las piernas, la espalda y la cabeza suelen ser las que más se notan, pero a cada uno le da por un sitio u otro. Y este dolor no puede ser paliado con nada, salvo por algunas sustancias nocivas.
  • Una persona con depresión es aquel mismo amigo que en una fiesta se pasa toda la noche en un rincón de la habitación, a veces, mirando el móvil, para luego emborracharse y llorar, reaccionando mal a cualquier cosa y estropeando el ambiente al resto (pero más a menudo él, simplemente, no va a ninguna parte con nadie, por lo que este es un caso especial).
  • La mayoría de las personas con depresión, en principio, no se sienten felices. ¿Gozas de buena salud? Imagina que ganaste un millón de dólares. Y ahora imagina tu alegría por un tuit gracioso. Y redúcela diez veces. Ahora, compara el hecho y la reacción. Así es como nos alegra el mundo que nos rodea.
  • Me di cuenta de que las personas con depresión albergan uno de los dos extremos: o siempre lloran o no lloran en absoluto. Lo primero es un mal menor: al menos, se observan emociones, aunque a veces las lágrimas surgen sin razón aparente, incluso cuando estás más o menos bien.
  • Al contrario del “Todos me miran”, encontramos el “Nadie me ve / oye”. Cualquier frase o gesto de un interlocutor o del grupo de amigos, en cierto modo, puede interpretarse como: “Sobro aquí. No pinto nada y debo irme”.
  • Se congelan constantemente las palmas de las manos, los pies, todos los dedos. Con cualquier temperatura. En mi caso, suelen ser los pies, por lo que a veces duermo con calcetines incluso en verano. Se ve muy lindo (no).
  • A menudo me quedo con la mirada fija en un punto. Al principio, pensaba que era un efecto secundario de los fármacos, pero luego me di cuenta de que esto pasa con la mayoría de mis amigos con depresión. No es simplemente que te quedas pensativo, sino que retienes la mirada, sin pensar en nada en absoluto y alejándote de la realidad, a veces, durante unas horas.
  • ¿Cómo se manifiesta la ansiedad? Volveré a ser metafórico: imagina que dentro de cinco minutos tienes un examen que determinará si serás feliz / exitoso / amado o bien morirás dolorosamente en este mismo momento. Y no estás preparado para esta prueba. En resumen, esto es lo que siento cuando me levanto por la mañana.
  • A veces, absolutamente, sin ninguna razón aparente, puedo sentir con mucha claridad que no reconozco el espacio en el que estoy. La lógica se desactiva y te da MUCHO miedo: parece que te has vuelto loco y perdiste la memoria, o bien que la realidad no existe en absoluto. Esta peculiaridad recibe el nombre de desrealización.
  • Una persona deprimida casi siempre se siente culpable. Especialmente por su comportamiento derivado por la misma depresión. “Perdona porque lloro / me quejo / siento el dolor / me asfixio / sufro un ataque” y similares. Bueno, nos rodean personas adultas: ellas decidirán por su cuenta si aguantarnos así o no. Si aguantan: nos necesitan.
  • Una persona con depresión, o bien no percibe los cumplidos en general, o los percibe de manera contraria (“Sí, lo hice bien, pero a qué precio” y similares). Esto no es un deseo de aparentar ser malo/bueno en su sistema de valores: la persona realmente se odia a sí misma como podría odiar a su mayor enemigo.
  • En este pésimo estado, los sonidos fuertes, los colores vivos y un roce repentino pueden causar un dolor físico real. En mi caso, principalmente, son sonidos. Afuera sonó una alarma: es como si me estuvieran cortando la cabeza, a veces hasta tengo convulsiones por todo el cuerpo. Si existieran competiciones del susto más tormentoso y ruidoso por una cuchara caída, un suelo chirriante, un susurro en el otro extremo del departamento, yo habría ganado los tres primeros puestos y recibido también el premio del público.
  • Algo súper frecuente en una depresión es el síndrome del “sueño agotador”. Te despiertas ya cansado. No importa cuánto duró el sueño: 3 horas o 18, estás tan cansado como si te hubieran sometido a la esclavitud en una plantación durante toda la noche. El cuerpo te duele, la cabeza va estallar y no tienes fuerzas. Y así, cada mañana.
  • Dejar algo inacabado es un clásico en la depresión. No terminaste la discusión, no concluiste el trabajo, no viste toda la película, no llegaste a tu destino y similares. Las fuerzas te abandonan en plena acción y, a menudo, sin razón aparente. Y luego oyes reproches de procrastinación y te machacas a ti mismo aún más.
  • Una persona con depresión, al mismo tiempo, quiere y no quiere atención: necesita que lo cuiden, pero a la vez, que lo cuiden provoca un sentimiento de culpa, finalmente, está solo y continúa soñando con que la cuiden. Por eso no quieres pedir: quieres que tus necesidades sean adivinadas. Pero el sentimiento de culpa aparecerá en cualquier caso.
  • Con una persona pasando por un episodio depresivo, realmente no hace falta hacer casi nada. Las acciones y las apelaciones a la lógica no ayudarán, lo estático sí: abrazar y apoyarla sobre tu regazo, acariciarle la cabeza, así como responder a sus frases autodestructivas con un claro “No, esto no es así”. Y esperar a que termine pensando en mariposas.
  • Entonces, ¿cómo apoyar a alguien con un trastorno mental sin despreciar su estado? Es muy sencillo: “Tus sentimientos me llegan. Te entiendo tanto cuanto puede entenderte otra persona. Sé que es muy doloroso y aterrador. Y me gustaría que no lo sintieses”.

¿Te has topado alguna vez con una depresión o con alguien que necesitaba de tu ayuda para combatirla?

Imagen de portada zh_velko / twitter.com

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Por desgracia conozco a personas cercanas que han pasado por episodios de ansiedad y depresión y la gente de su alrededor no la ha entendido.

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