5 Razones por las que este mundo no necesita la igualdad

Psicología
hace 5 años

El mundo de hoy necesita justicia más que igualdad. Aunque las palabras igualdad y equidad a menudo se usan indistintamente, tienen diferentes significados. Si bien la igualdad es tratar a todos del mismo modo, la justicia es darles a todos lo que necesitan para tener éxito.

Dado que la igualdad y la equidad pueden parecer difíciles de delinear conceptualmente, Genial.guru decidió explicar en 5 puntos simples cómo difieren la una de la otra.

Cada uno tiene sus propias fortalezas y debilidades

Hacer que un gran maestro de ajedrez enfrente a un alpinista en una competición de escalar montañas puede parecer un ejemplo de igualdad de oportunidades, ya que la montaña y las dificultades son las mismas para los dos participantes. Pero, en realidad, el concurso no es justo. Mientras que el alpinista tendrá una ventaja en las competiciones que prueban la resistencia física, el gran maestro tendrá ventaja cuando se ponga a prueba la materia gris.

Es tóxico comparar las debilidades de uno con las fortalezas del otro, o viceversa.

Tratar a las personas de manera justa es más importante que tratarlas por igual

En una sociedad que es intrínsecamente desigual, proporcionar las mismas oportunidades para todos no es hacer justicia. Los fuertes y los débiles deben ser apoyados de distinta forma, adaptándose a sus capacidades; por ejemplo, las necesidades de una persona enferma serán diferentes a las de una persona sana. Tratar a todos por igual puede interpretarse como injusto. Este concepto fue apoyado por Karl Marx, quién dijo: “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad” y argumentó que esto implica que las personas requieren “cosas diferentes en diferentes proporciones para florecer”.

La igualdad no se puede lograr incluso en una sociedad utópica

Una utopía para todos, no importa cuán maravillosa sea como idea, es simplemente imposible de llevar a cabo. No porque no se pueda proporcionar un inicio igual para todos, sino porque hacerlo no garantizaría un final igual al esperado. Por otro lado, intentar forzar a todos a ser iguales sembraría el descontento en una sociedad.

Los profesores Lise Bourdeau-Lepage y Jean-Marie Huriot opinan que una sociedad utópica no puede lograr la justicia social. Suponen que las reglas que acompañarían la realización de la utopía, de hecho, bloquearían el camino hacia el logro de la justicia y la equidad.

La equidad impulsa a las personas; la igualdad, no

Tomemos el ejemplo de una fábrica de montaje de lámparas. Tratar a todos por igual significaría que a la totalidad de los trabajadores se les pagaría el mismo salario, independientemente del número o la calidad de las lámparas que producen. Esto también implicaría que no se puede despedir a un tabajador por hacer muy pocas lámparas que tengan una calidad aceptable. Si se implementara este sistema, los trabajadores perderían interés en el trabajo, porque no habría aprecio por lo producido por cada uno. A este sistema se le puede oponer otro, en el cual se paga a los trabajadores en función de la cantidad y calidad de su trabajo.

Mark Sheshkin, un científico cognitivo de la Universidad de Yale, señala que, aunque los lemas para la igualdad dominan las redes sociales y muchas de las protestas que se llevan a cabo en el mundo, la mayoría de las personas aprecia un poco de desigualdad. Como lo expresa Sheshkin, “deberíamos aspirar a una desigualdad justa, no a una igualdad injusta.”

La gente está bien con la desigualdad mientras sea justa

Los psicólogos Alex Shaw y Kristina Olson realizaron un experimento para probar esta hipótesis. Reunieron a un grupo de niños entre las edades de 6 y 8 años. Se les dijo que dos niños, Dan y Mark, habían limpiado la habitación. Como recompensa, les darían 5 borradores, por lo que una división uniforme era imposible. Los niños apoyaron abrumadoramente la eliminación del quinto borrador, en lugar de tener una división desigual. Lo hicieron incluso cuando les dijeron que ni Dan, ni tampoco Mark, sabrían cuántos borradores obtuvo el otro.

Puede parecer que estas respuestas reflejan un ardiente deseo de igualdad, pero es más probable que reflejen un deseo de equidad. Es solo porque los niños asumieron que Dan y Mark hicieron el mismo esfuerzo para limpiar la habitación. Y así, cuando los psicólogos Shaw y Olson les dijeron que Dan trabajaba más duro que Mark, se sintieron bastante cómodos al darle 3 a Dan y 2 a Mark. En otras palabras, estaban bien con la desigualdad, siempre y cuando fuera justa.

¿Estás de acuerdo en que la equidad es más importante que la igualdad? Expresa tu opinión en la sección de comentarios.

Ilustrado por: Leisan Gabidullina para Genial.guru

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