Científicos durante 75 años buscaron la receta de la felicidad y descubrieron que, para esto, son necesarias dos cosas

Psicología
hace 3 años

¿Qué es la felicidad? Cada respuesta a esta pregunta es diferente. Pero los científicos seriamente están esforzándose por saber sobre este ingrediente secreto que hace al ser humano feliz. Tres generaciones de psicólogos en Estados Unidos estudiaron el camino de la vida de centenas de personas para aclarar el gran misterio. Y, parece que lo han logrado.

Genial.guru está interesado en saber la receta de los psicólogos estadounidenses para la felicidad e incluso nos atrevimos a realizar un pequeño experimento.

Para la felicidad es suficiente tener dos cosas

Durante 75 años, los psicólogos observaron la vida de 268 graduados de la universidad de Harvard, estudiando todos los aspectos de su vida y periódicamente entrevistándolos con ayuda de un cuestionario. Todos estos años los científicos se dedicaron a la búsqueda de la respuesta: “¿Qué precisamente ayuda a una persona a ser feliz?”.

La ciencia de la felicidad resultó ser complicada. Con la edad, los participantes del experimento cambiaban sus visiones, dando preferencia a la carrera, la independencia financiera o la relación con sus seres queridos. Cada uno de ellos pasó el camino de su vida lleno de acontecimientos, pero, finalmente, todos llegaron a una conclusión en común.

Secreto 1. Ser parte de algo grande

Cada uno de nosotros busca en esta vida su lugar, y el que logra unirse de manera afortunada a la corriente vigorosa llamada “sociedad”, se siente más feliz. El ser humano tiene que sentir una conexión con diferentes esferas en su vida, sentir una implicación en todo lo que se lleva a cabo a su alrededor. Esto se trata de la demanda profesional, el bienestar familiar y la relación con las demás personas. “Aquí me necesitan”, este pensamiento hace sentir algo bueno en el corazón.

Secreto 2. “La felicidad es solo una carreta, pero el amor es el caballo que te lleva”

El director de la investigación, George Valliant, al concluir, escribía: “75 años y 20 millones de dólares nos llevaron a una conclusión: la felicidad es el amor. Y punto”. El amor en un sentido amplio es la principal fuente de emociones positivas y significa que también es la clave para la felicidad.

La investigación demostró que la presencia de un apoyo por parte de las personas cercanas está ligada estrechamente con el nivel de estrés, la esperanza de vida y la sensación de bienestar. Es curioso que las dificultades de la vida no influyeron significativamente en la felicidad de los participantes: las parejas familiares que sobrevivieron la pobreza, las enfermedades graves e incluso la pérdida de seres queridos, resultaron ser más felices que aquellos que no se enfrentaron a problemas serios.

Los principales enemigos de la felicidad

Valliant también identificó los vicios, en particular, el abuso de bebidas alcohólicas, que son enemigos del bienestar. El psicólogo destacó que, normalmente, la felicidad es lograda por personas ajenas al narcisismo y pesimismo. Saber resolver cualquier problema en la vida , es, a lo mejor, la cualidad más valiosa que puede tener una persona.

¿Servirá la teoría con nosotros? Vamos a verificarlo

Inspirados en las ideas de los psicólogos estadounidenses, pedimos a los autores de Genial.guru que nos compartieran sus historias de vida de cuando habían sentido un estado de felicidad pura y sincera para comprobar qué tanto las conclusiones de los científicos funcionan entre nosotros aquí y ahora.

Aquí están las historias más brillantes y estimulantes.

  • Mis colegas y yo estábamos pasando unas vacaciones en Turquía y decidimos tomar el recorrido de los tres mares: Negro, Mediterráneo y Egeo. Tuve muchos buenos recuerdos y nadé tanto como para todo el año. Regresamos casi al anochecer. Recuerdo cómo en la parte trasera de nuestro pequeño barquito puse mis piernas de tal manera que tocara el mar. El motor que movía el agua daba cosquillas agradables en los pies y empecé a llorar. Por primera vez lloré de felicidad. Era un estado de cansancio agradable, tranquilidad y una alegría silenciosa, de que en el mundo había tales lugares y la persona podía sentir tales sentimientos: disfrutar de tal naturaleza, del placer de nadar y la unidad de todo lo que estaba pasando.
  • Me quedé paralizado cuando vi a mi esposa (entonces novia) llegar a las puertas del registro civil. Ella salió del auto con su vestido blanco y me sonreía. Se miraba hermosa e iba caminando hacia mí. Yo me quedé viéndola como si levitara sobre la tierra y todo pasara en un modo de cámara lenta hasta que besó mi mejilla.
  • Uno de los días más felices de mi vida fue la culminación del servicio militar de mi novio. Ni antes, ni después había sentido tales emociones. La esperanza como tal cerca de las puertas del destacamento militar, los sentimientos de ansiedad, miedo y nerviosismo cambiaron drásticamente por una ola de felicidad cálida y como música en mis oídos al encontrarme de nuevo con el amor de mi vida. Incluso 6 años después, lo recuerdo y empiezo a llorar.
  • Este año estuvimos en la playa con toda la familia. Hasta ahora tengo un nudo de ternura en mi estómago, y todo pasó cuando mi hija por primera vez vio el mar. Era tarde y las olas eran fuertes, ella corría a lo largo de la costa y decía: “¡Qué bonito! ¡Qué montón de agua!”. Esto ha sido la felicidad más sincera que me llevó hasta las lágrimas.
  • Uno de los acontecimientos más memorables y felices fue cuando canté un solo de una de las composiciones del coro en escena de la Capilla de la Resurrección. Anteriormente, había cantado un solo más de 100 veces en diferentes escenas con el coro, pero en la de la Capilla fue algo especial. Al principio estaba muy nerviosa: en una parte de la canción anterior incluso se me había olvidado un poco la letra: parecía que también se me olvidaría en mi turno. Y después, cuando salí, pasó todo, llegó la euforia y disfrutaba de cómo sonaba mi voz y se iba bajo la cúpula y la vista de esta sala enorme y alta con una multitud de espectadores, me quitó el aliento. Por dos minutos me sentí como mínimo como la cantante de solo de Celtic Woman.
  • Un día, regresábamos de paseo con mi hijo de 2 años y él quiso abrir la puerta del departamento sin mi ayuda. Él quitó las llaves de mis manos y corrió delante de mí por el largo pasillo y, de repente, apareció una sensación aguda del momento: me quedé sin aliento, sentí un nudo en mi garganta. Él es muy pelirrojo y, en ese entonces, llevaba una chamarra azul tan graciosa con el dibujo de un ciervo. Corrió tan relajado y de una forma tan graciosa, era tan estupendo, pensaba en cómo ese momento nunca más se repetiría, y que, cuando él cumpliera 13 años, me dirá con una voz masculina “Mamááá”, esquivando cualquier caricia a su cabello. Pero esto todavía estaba tan lejos y por eso me ponía triste y feliz al mismo tiempo. Ahora él tiene 13 años y recuerdo este momento como si hubiese sido ayer.

Nuestros autores nos contaron sobre importantes acontecimientos, viajes, amistades, encuentros y separaciones, estas historias fueron todas muy distintas. Casi todas estaban llenas de amor, pero absolutamente en cada una había una sensación de pertenencia, sobre la cual escribió George Valliant. Por lo tanto, nosotros, sin mucha modestia, concluimos que es difícil ser feliz en soledad: la felicidad debe compartirse. Con los amigos, la familia, con los transeúntes o simplemente con el mundo a tu alrededor.

Además, sí no quieres contagiarte con el virus de la infelicidad y la apatía, debes disfrutar y recordar cada momento que pasa en tu vida. Créeme realmente funciona.

Estamos felices de poder compartir interesantes descubrimientos y artículos contigo. ¿Y a ti qué te hace feliz?

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