Por qué, después de conocer a alguien, creemos haber dejado una mala impresión

Psicología
hace 4 años

Es difícil saber qué piensa de nosotros alguien que acabamos de conocer, y eso nos llena de incertidumbre. Solemos pensar que no estuvimos a la altura de lo que la otra persona esperaba, así que nos reprochamos gestos, frases e incluso hasta la ropa que elegimos vestir para la ocasión. Nos gustaría regresar el tiempo atrás para corregirnos, para decir lo que decidimos callar o viceversa. Pero no te preocupes, es normal sentirse de esa forma. Son fantasmas que todos tenemos en común.

Genial.guru quiere compartir con sus lectores los detalles más importantes de un estudio que, sin duda, arroja luz en este asunto. Si crees que todo está perdido después de un primer encuentro, seguramente estés equivocado, y te contaremos por qué.

La construcción de la realidad

Lo que vemos es, en realidad, una construcción que armamos basados en nuestra experiencia, nuestro imaginario, nuestros anhelos y nuestros miedos. Por lo tanto, hay tantas realidades como personas. El mismo objeto puede tener miles de descripciones, según quién lo observe. Los mismos hechos varían según la persona que los cuenta. La subjetividad, en suma, lo atraviesa todo. Entonces, ¿cuán ciertas son nuestras conclusiones?

Un estudio abordó este tema centrándose en lo que sucede cuando tenemos un primer encuentro con otra persona, y las conclusiones que se obtuvieron fueron muy interesantes.

El estudio

La revista Pychological Science publicó un estudio en el que se analizó cómo interactuaban los nuevos estudiantes de una universidad. Entonces surgió el concepto de “brecha de la simpatía”, que es el trecho que separa lo que creemos que los demás piensan de nosotros de lo que realmente piensan.

Los resultados del estudio fueron reveladores: en los casos analizados, las personas creyeron dejar en los demás una impresión negativa que, en realidad, no era cierta.

Análisis de los resultados

Uno de los coautores del estudio, el psicólogo social Gus Cooney, miembro de la Universidad de Harvard, remarcó la importancia de nuestra experiencia al momento de autopercibirnos. Juzgamos nuestro desempeño en una conversación con alguien que recién conocemos basándonos en lo que pensamos de nosotros mismos. Creemos, entonces, que nuestra visión de los hechos no es subjetiva, y le otorgamos una objetividad que realmente no tiene.

Eso nos puede llevar a que nos reprochemos sin motivos, a que veamos errores en donde no los hubo, y a creer que dejamos, entonces, una mala impresión en alguien más. Pero no es así, de modo que tenemos que ser más indulgentes con nosotros mismos y analizar el modo en que interactuamos con los demás dejando de lado aquello que nos molesta de nuestra personalidad, porque es probable que los otros no lo hayan notado. Incluso es probable que eso que nos molesta ni siquiera exista.

Como dijimos al principio, la realidad es una construcción subjetiva. Por lo tanto, debemos tener eso en cuenta y no creer que lo que percibimos es irrefutable. Nos sentiremos más a gusto y nos relacionaremos con los demás de forma más relajada si somos conscientes de que no nos ven tan mal como nosotros creemos.

¿Alguna vez creíste haber dejado una mala impresión en alguien que pronto te demostró que estabas equivocado? ¿En qué situación fue? ¿Crees que la autopercepción es una construcción? Por favor, cuéntanos en los comentarios.

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