Lo voy a intentar para dejar de comer. Pero eso de la nariz no creo... que lo pueda hacer. jajajajajaja
Los expertos comparten 6 pasos para reemplazar cualquier mal hábito por uno mejor
Todos los malos hábitos se pueden romper, afirman los psicólogos. Y suena muy prometedor e inspirador, pero es posible que te preguntes cómo comenzar este cambio inicial. O mejor aún, ¿cómo no rendirse mientras aprendes a practicar un hábito más saludable?
En Genial.guru sugerimos seguir estos 6 pasos que te ayudarán a cambiar cualquier mal hábito, como recomiendan los expertos. También hay una ventaja curiosa al final del artículo sobre el desagradable hábito de hurgarse la nariz.
Paso 1: Sé honesto contigo mismo


Cuanto más honesto seas contigo mismo acerca de tu mal hábito, más probable es que lo puedas cambiar, dicen los psicólogos. Las personas cercanas a ti, que realmente se preocupan por tu bienestar, pueden servirte de espejo y darte una retroalimentación que te permita confirmar si tienes un problema o no. Si alguien dice que levantas la cabeza todo el tiempo, tal vez sea una señal de que tienes un mal hábito.
Si ya te has dado cuenta de que tu hábito es malo, es un gran avance. Has dado el primer paso. El “muro” psicológico se rompe y puedes pasar al segundo paso.
Paso 2: Recopila datos y anótalos
Un psicólogo clínico sugiere que analices tu hábito por tu cuenta. Una buena opción es comenzar tu propio diario. Por ejemplo, es posible que tengas el hábito de presionar los nudillos de tus dedos o de morderte las uñas. Empieza a tomar algunas notas cuando lo hagas, identificando cosas, como por ejemplo, los sentimientos que te produce, cuándo empezaste con este hábito y cuáles son sus ventajas y sus desventajas. De esta manera, puedes volverte aún más consciente de tu mal hábito.
Recopila estos datos al menos por una semana. Lentamente, podrás comprender qué desencadena tu mal hábito; por ejemplo, sentirte ansioso o aburrido.
Paso 3: Manipula tu viejo mal hábito
Por ejemplo, es posible que te hayas dado cuenta de que tienes la mala costumbre de llegar tarde. Has analizado que te gusta la atención que recibes cuando eres el último en entrar a una reunión, o quizás disfrutas de la emoción. En pocas palabras, este mal hábito puede generarte un poco de adrenalina y hacer que tu vida se sienta más emocionante.
Ahora trata de obtener la misma satisfacción a partir de algo saludable. Un ejemplo podría ser realizar ejercicio físico. Simplemente encuentra algo agradable que pueda traer las mismas emociones a tu vida en lugar del viejo mal hábito. ¡Cámbialo!
Paso 4: Sé realista y no te apresures


Existe una gran posibilidad de que hayas estado viviendo con tu antiguo hábito durante años. Es mejor no exigirse demasiado, como por ejemplo, pretender cambiar en una sola semana. No te estreses, disfruta el proceso. Establece una meta razonable.
Si llegas tarde todo el tiempo y a menudo te retrasas 30 minutos, primero establece la meta de llegar 10 minutos tarde. Luego, poco a poco, hazlo cada vez menos.
Paso 5: Utiliza una aplicación
PÉRDIDA DE PESO
Existen algunas aplicaciones útiles que pueden ayudarte a registrar tus resultados. Por ejemplo, puede ser control de peso en línea o monitoreo del sueño, también en línea. Estas aplicaciones te ayudarán a medir tu éxito para que puedas disfrutar viéndolo en números reales, casi como una prueba de que lo estás haciendo bien.
También existe la posibilidad de que tu sistema de refuerzo no funcione o que sientas más “dolor” por romper un hábito y menos placer por adoptar uno más saludable. Esto está bien. Solo regístralo en tu diario. Probablemente debas reconsiderar tu sistema de recompensas para que el placer pueda aumentar. Una vez que dejes de sentir “pesar” por perder tu mal hábito, estarás listo para el siguiente paso.
Paso 6: Busca apoyo adicional
Acude a los miembros de tu familia, a tus amigos o incluso a clubes especiales para obtener apoyo adicional. Por ejemplo, siempre es más fácil perder peso con un amigo. Simplemente hagan un acuerdo en el que establezcan que se apoyarán y se mantendrán pendientes uno del otro. Entre otros casos, podrías pedirle a tu mamá o a un colega que te despierte por la mañana si siempre llegas tarde al trabajo.
También puedes conseguir un entrenador personal si asistes al gimnasio o incluso encontrar allí un nuevo amigo. Ellos pueden presionarte para que no faltes a clases y brindarte estimulación adicional.
Bono: Hurgarse la nariz como hábito


Según una encuesta, el 8.7 % de las personas aseguraron que nunca se habían hurgado la nariz. El 91 % afirmó que todavía lo practica activamente. A pesar de que nuestra sociedad intenta prevenir este hábito, hay científicos que argumentan que tiene efectos positivos e incluso puede servir como “un impulso natural al sistema inmunitario”.
¿Qué mal hábito te gustaría romper? ¿Cuál ha sido tu mayor victoria personal en el camino hacia la adopción de un hábito más saludable? Cuéntanos en los comentarios a continuación.
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