Qué es la positividad tóxica y por qué no soportamos la frase “Todo saldrá bien”

Psicología
hace 2 años

Seguramente, todos habremos escuchado esos consejos alentadores que solo empeoran nuestro ánimo. “¡No te preocupes, todo estará bien!”, “No te apenes, alguien lo está pasando peor”, esas frases a menudo no esconden ninguna simpatía amistosa, sino la evasión de problemas y la supresión de los verdaderos sentimientos.

Genial.guru decidió descubrir por qué una actitud exageradamente optimista ante la vida es peligrosa y por qué es tan importante permitirse experimentar algo más que emociones positivas.

Qué es la positividad tóxica

Los psicólogos entienden la positividad tóxica como una manera de vivir según la cual una persona siempre debe mantener una actitud positiva y en ningún caso sucumbir a las emociones negativas. Las personas con este tipo de pensamiento suelen ir a los extremos. Tratando de encontrar el lado bueno en todo, en lugar de experimentar sentimientos dolorosos, los reprimen, lo que de hecho solo agrava su condición.

Al querer apoyar a alguien, estas personas a menudo se comportan de forma tóxica. En verdad no entienden por qué, en respuesta al consejo de no estar triste y ponerse de ánimo, la otra persona solo se enoja aún más. Sin saber que sería mucho más correcto dejar a esa persona desahogarse.

Evitando problemas

Un ejemplo de la positividad tóxica puede ser una situación en la que una persona no solo esconde sus verdaderos sentimientos detrás de lemas estereotipados (“Todo lo que se hace es para mejor”, “La felicidad es una elección”, “Sonríe y el mundo te sonreirá”), sino que también avergüenza a otras personas por el hecho de que no son lo suficiente optimistas con relación a la vida:" ¡Te echaron del trabajo y qué, no es para tanto! Lo más importante es que tienes las manos y los pies en su lugar“, “¿Qué tiene de terrible un divorcio? Hoy una esposa, mañana otra”.

En vez de buscar la salida de una situación difícil, estas personas se engañan a sí mismas. Se comportan como niños pequeños que, tapándose la cara con las manos, creen que son invisibles: si no le presto atención al problema, entonces no existe.

Prohibición de las emociones negativas: propias y ajenas

Al negar y reprimir las emociones negativas, una persona en realidad solo las fortalece. Puede parecer que la capacidad de superar los “malos” sentimientos, como la ira, la tristeza, el desaliento, es un rasgo de una personalidad fuerte. Sin embargo, mentirnos constantemente a nosotros mismos diciendo que todo está bien, cuando en realidad no lo está, finalmente afecta nuestra salud mental.

Los amantes de la positividad tóxica no pueden aceptar tanto sus propias emociones negativas como las de los demás. Ante la manifestación de ansiedad, vacío o depresión de alguien, intentan restar importancia a la experiencia negativa de otra persona y así aislarse de las incómodas sensaciones internas.

Depreciación de los sentimientos de otras personas

La línea divisoria entre apoyar y despreciar las experiencias de otras personas es muy fina. Puede ser insoportable para algunas personas estar cerca de alguien que está pasando por momentos difíciles y dolorosos. Para disimular su incomodidad, comienzan a exigir a la persona comportamientos y reacciones de las que no es capaz: “¡Tranquilízate! ¡Anímate!”, “¡Vamos, sonríe! ¡Dime algo bueno!”. Por lo general, estos consejos solo aumentan los sentimientos de culpa y vergüenza.

Sentimiento de culpa por las emociones negativas

Con la llegada de las redes sociales, la positividad tóxica se ha vuelto más común. Las personas generalmente comparten con los seguidores solo eventos brillantes de sus vidas. El optimismo se considera como norma y se critica el pesimismo. Sin embargo, una profunda insatisfacción interior a menudo se esconde detrás de una hermosa imagen.

Demostrando una alegría constante, la persona cae en una trampa: al ocultar lo que realmente siente, acumula emociones negativas que solo esperan una hora para liberarse. Esto genera una disonancia interna: “¿Por qué me siento tan mal si todo parece estar yendo bien para mí?”. Negar los sentimientos reales a menudo lleva a la depresión y la autocrítica.

En qué se diferencia la positividad tóxica del apoyo saludable

Los psicólogos recomiendan abandonar la división primitiva de las emociones en blanco y negro. De hecho, los sentimientos no son ni buenos ni malos. Son solo señales que ayudan a prestar atención a las cosas que son importantes para nosotros y sirven como una fuente de información para los demás. Aceptar y vivir honestamente las emociones difíciles y desagradables solo ayuda a superarlas rápidamente.

El optimismo saludable, a diferencia del optimismo tóxico, requiere que una persona no reprima los “malos” sentimientos, sino que los trate con atención y simpatía. Para apoyar adecuadamente a una persona, basta con no juzgarla y darle tiempo para “recuperarse”. Y solo entonces, juntos, buscar una salida a la situación.

No hay nada de malo en animar a alguien o repetir para sí mismo afirmaciones positivas. Lo principal es no simplificar demasiado las experiencias difíciles ni reprimir las emociones dolorosas.

¿Hay alguna persona entre tus amigos que siempre sea positiva? ¿Qué frases alentadoras te enfurecen más?

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