Gracias, me gustó las recomendaciones para una mejor educación a la hora del aprendizaje de nuestros hijos. Muy importante, ya que en algunos momentos nos descuidamos de que necesitan de nuestra atención en su momento de estudio.
10 Tips para hacer que las tareas escolares no sean una carga para los niños, sino un placer
Sabemos que la educación de los niños es una prioridad. Cada padre busca las mejores opciones para que sus hijos tengan una buena enseñanza y esta búsqueda también implica lograr que los pequeños realicen sus deberes escolares en tiempo y forma. Aunque esto último pueda llegar a ser una tarea titánica cuando los niños se resisten con todas sus fuerzas a hacerlo.
En Genial.guru queremos ayudar a los padres con algunos consejos útiles que pueden conseguir que la hora de la tarea ya no sea un campo de batalla, sino un momento agradable para niños y adultos.
1. Ayuda a tu hijo a ser organizado
La mayoría de los niños tienden a generar un poco de caos con sus cosas. Dejan los libros, por un lado, los cuadernos por otro, no encuentran los lápices. Y claro que esto hace que se desconcentren y pierdan el objetivo. La organización es la clave para mantenerse enfocado en una tarea, por eso, los padres hacen muy bien en enseñarles a sus pequeños a ordenarse con tres simples pasos:
1. Organizarse: Pedirle al niño que reúna todo lo que necesita para realizar sus tareas.
2. Enfocarse: Aprender a mantener la atención sobre lo que está haciendo evitando cualquier distracción.
3. Hacerlo: Significa terminar la tarea, revisar el trabajo, dar los toques finales, colocar cada cosa en su lugar y chequear que todo esté listo para el día siguiente.
2. Averigua qué lo está deteniendo
Un niño puede estar desmotivado para hacer sus tareas por varias razones. Tal vez no entienda las consignas del maestro o, por el contrario, el trabajo no sea lo suficientemente desafiante para él. Intentar descubrir la raíz del problema hablando con honestidad con los hijos ayudará a los padres a desarrollar un plan para que estos superen las barreras que le impiden enfocarse en sus tareas escolares.
3. Enfócate en sus fortalezas
Cuando un niño empieza a dar vueltas y nunca termina de hacer las actividades escolares, es comprensible que los padres pierdan la paciencia y terminen señalando las debilidades del pequeño. Esto genera desánimo en ambos.
Por el contrario, concentrarse en sus fortalezas es una manera de crear un refuerzo positivo que lo animará a concentrarse y seguir estudiando con ganas. Por ejemplo, antes de reprender al niño por que una cuenta le salió mal, es mejor felicitarlo por su letra prolija.
4. Haz que el aprendizaje sea divertido a través del juego
Este concepto no es algo nuevo, pero vale la pena ponerlo en práctica. Utilizar el juego como herramienta para el aprendizaje no solo ayuda a que los niños desarrollen sus habilidades cognitivas y aprendan más y mejor. También los motiva a querer aprender. En lugar de sentarlos a aprenderse las tablas de memoria, por ejemplo, es posible emplear un videojuego que introduzca estos nuevos conceptos en su mente.
5. Deja que descanse antes de comenzar a hacer los deberes
Hay niños que no tienen problemas en sentarse a hacer sus tareas ni bien llegan de la escuela. Sin embargo, la mayoría necesita un tiempo para relajarse, jugar y despejar la mente antes para poder afrontar los deberes escolares con mayor concentración. Basta con media o una hora, eso dependerá de cada familia.
6. No sobrecargues a tu hijo con actividades extracurriculares
Llegar a casa a las siete de la tarde después de un día de escuela, clases de inglés, natación, piano y tener que continuar con la tarea es agotador para cualquier niño. Si bien, realizar actividades de este tipo tiene sus beneficios, es bueno ser equilibrados y no sobrecargar a los pequeños.
Para darse cuenta si es necesario aligerar sus actividades, hay que preguntarse: ¿Puede seguir haciendo sus tareas escolares?, ¿puede dormir más de ocho horas cada noche?, ¿puede seguir jugando con sus amigos?, ¿sigue formando parte de la familia? Si la respuesta es no a una o varias de estas cuestiones, entonces, el niño está haciendo demasiado.
7. Prepara un lugar adecuado
Mientras que a algunos niños les gusta realizar los deberes en su habitación, lejos del bullicio de la familia, otros prefieren la mesa del comedor donde los padres puedan estar cerca por si los necesitan. Basta con preguntarle a los hijos qué espacio de la casa les parece mejor para estudiar. Luego, hay que analizar las ventajas y desventajas de ese lugar y ponerse de acuerdo.
Una vez seleccionado, es bueno armar un centro de tareas con todos los materiales que el pequeño podría necesitar: bolígrafos, lápices, mapas, diccionarios, papel, etc. Dependiendo de la edad, una computadora. Si el espacio es en una estancia de la casa que también usa el resto de la familia, se pueden colocar los materiales en una caja o contenedor portátil. Si es posible, añadir al sitio una pizarra con un calendario mensual para dar seguimiento a las tareas.
8. Ofrécele descansos entre tareas
Los descansos son buenos para aquellos niños que no logran finalizar sus tareas de un tirón. Para algunos es suficiente con tomar un recreo después de terminar una actividad. Otros prefieren descansar cada 15 minutos. Para establecer un programa de recreos y qué es lo que se hará en ellos (jugar en el patio, llamar a un amigo, usar la consola de videojuegos, etc.), es fundamental hablar y acordarlo con los hijos.
9. Evita utilizar recompensas y castigos como incentivos
Castigar al niño porque no quiere hacer la tarea, o sobornarlo con una recompensa para que la haga es contraproducente y solo se logrará que la motivación del pequeño desaparezca. Es mejor dejar que los pequeños enfrenten las consecuencias de no hacer sus deberes. Esto será mucho más instructivo para ellos que obligarlos a fuerza de incentivos o castigos.
10. Mantente cerca por si te necesita
No hay que limitarse al inculcarles a los niños que hacer los deberes escolares es importante. Hay que mostrarles el ejemplo acompañándolos mientras ellos realizan sus actividades. Esto les da a entender lo valiosa que es, pues ven que sus padres se toman el tiempo para estar ahí, apoyándolos. De hecho, la participación de los progenitores está asociada a un mejor desempeño escolar.
A tus hijos, ¿les agrada hacer la tarea o no quieren saber nada de ella? ¿Qué estrategias utilizas para lograr que se sienten a hacerla?