10 Cosas que debes dejar de hacer para no odiar tu trabajo
Una frase sincera “Amo a mi trabajo” a menudo se convierte en una práctica diaria de autosugestión. En cierta medida, nosotros mismos somos culpables, y no el empleador exigente. Lee en este artículo sobre cómo entrenar el cerebro y por qué es útil dormir en el trabajo.
1. Trabajar en desgaste
Si estás acostumbrado a medir tu trabajo únicamente por el grado de fatiga, entonces es probable que tu esfuerzo sea extremadamente ineficiente. Los psicólogos llaman a este enfoque “ilusión de trabajo”: en lugar de dedicar un par de horas intensas a tareas importantes, pasas 10 horas al día luchando de manera monótona con una lista interminable de asuntos pequeños. Esto en especial afecta a los artistas.
- Comienza un día de trabajo con un experimento mental: imagina que solo tiene medio día de trabajo a tu disposición. ¿Qué tareas resolverías y cuáles rechazarías? ¿Cómo abordarías exactamente la tarea, sabiendo que tienes solo un par de horas para realizarla? El significado del trabajo no es agotarte, sino cumplir con la parte planificada a tiempo y con un cierto resultado.
2. No hacer pausas
Los autores del libro Máximo rendimiento establecen un curioso paralelismo entre los deportes y los ejercicios mentales. En su opinión, el cerebro es como un músculo que deseas entrenar. Cuanto más tiempo se activa el músculo, más resistente se vuelve. Pero también tiene que descansar, de lo contrario, se lesionará fácilmente. Es por eso por lo que cualquier ejercicio se hace con pausas, y los entrenamientos están programados.
- Según la ciencia, el tiempo óptimo para el trabajo continuo es de 90-120 minutos. Al explotar sin pensar el “músculo cerebral”, obtendrás la misma lesión, por ejemplo, el agotamiento en el lugar de trabajo. Entonces, después de un intenso trabajo cerebral, como se describe en el párrafo anterior, puedes distraerte con la conciencia tranquila y leer algunos artículos más en Genial.guru, por ejemplo.
3. Trabajar durante las vacaciones
Hablando de descanso... De ningún modo trates de combinar el trabajo y el descanso: los científicos dicen que esto es literalmente peligroso para la salud. La propiedad curativa de las vacaciones, especialmente cuando se trata de viajar, es que debes cambiar por completo y no volver de ninguna manera a la rutina de trabajo. Incluso una hora al día dedicada al trabajo durante tus vacaciones afecta profundamente su efectividad: tu cerebro simplemente no notará un cambio de escenario si igual tendrá que resolver problemas de trabajo.
- Si no puedes permitirte desvincularte por completo de tu trabajo durante las vacaciones, intenta que la situación sea lo más fácil posible, por ejemplo, no lleves ningún dispositivo contigo, excepto el teléfono: con una computadora portátil o una tablet al alcance de la mano, es mucho más fácil sumergirte en la solución de asuntos de trabajo.
4. Descuidar el sueño durante las horas de trabajo
Según un estudio de la NASA, 26 minutos es la duración óptima del sueño diurno, capaz de refrescarte y devolverte la eficacia en tu lugar de trabajo. Sin embargo, hay otras opiniones de expertos que aseguran que en 26 minutos se puede entrar a la etapa de sueño profundo, y para “reiniciar” el cuerpo se necesita de 10 a 20 minutos de siesta. Parece que la duración exacta de esta “autorrenovación” es individual, pero, indudablemente, útil.
- Trata de encontrar tiempo para tomar una siesta o simplemente sentarte durante 20 minutos con los ojos cerrados durante la hora del almuerzo: los científicos garantizan que va a volver la concentración y vas a sentirte fresco y vivo.
5. Ignorar los biorritmos
De acuerdo con los experimentos científicos, algunas personas realmente logran adaptarse al trabajo nocturno sin mayores problemas para su salud. Sin embargo, el porcentaje de tales personas afortunadas es comparativamente bajo. Además, el problema inmediato es que, incluso si estás bastante cómodo en este momento, trabajando de noche, los investigadores igual te aconsejan que pienses en consecuencias a largo plazo: presión alta, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, signos del envejecimiento prematuro del cuerpo.
- Si la situación lo permite, rechaza categóricamente trabajar de noche. Si esto no es posible, asegúrate de tomar una larga siesta durante el día y también piensa bien en tu menú durante el horario de trabajo. Harás un gran favor a tu cuerpo si comes alimentos livianos por la noche en lugar de sándwiches que haces estando en apuro.
6. Obsesionarse con la búsqueda de la solución
Parece lo más natural resolver una tarea, confiando en la experiencia anterior y los esquemas familiares, pero, lamentablemente, esta es una decisión equivocada. Donde se requiere creatividad, la experiencia comienza a llevarte a un callejón sin salida. Estanislao Bachrach, autor de del libro Ágilmente, dice que a veces es mejor dejar un problema insoluble sin resolver. Fortalecer la concentración no te sacará del estancamiento, sino que solo aumentará la ansiedad.
- Distráete, ocúpate de algo agradable o interesante, saca el problema de tu cabeza, pero para luego regresar a él con nueva fuerza e inspiración. Recuerda que la persistencia está lejos de ser la única estrategia de trabajo.
7. Desordenar el lugar de trabajo
Nos referimos al escritorio que ves en la pantalla: su limpieza no es menos importante que la limpieza de la mesa de trabajo frente la cual estás sentado. Para mejorar la productividad, los psicólogos aconsejan el minimalismo: no llenar con carpetas y accesos rápidos cada centímetro cuadrado, y no abrir un montón de pestañas en el navegador.
- La imagen en el escritorio debe ser estética; los colores pueden ser profundos, pero no muy brillantes, las líneas deben ser suaves, y todos los íconos tienen que sobresalir bien.
- Que sea una regla para ti entrar en las redes sociales sólo si las usas directamente, en lugar de tenerlas abiertas de fondo durante todo el día.
8. Ser inconsistente en el trabajo
Observa tus períodos de actividad: es absolutamente normal que alguien esté listo para generar ideas por la mañana, y para otros el momento más fructífero es la noche. Idealmente, debes hacer una lista de tareas para hacer de tal forma que las que consumen más energía caen en la hora de tu actividad máxima.
Si te ves obligado a ajustarte al modo estándar de horas de trabajo (de 9 a las 18 horas), tu jornada laboral debería comenzar con la tarea más difícil e incluso desagradable.
- Independientemente de tu crono-tipo, solucionar la tarea más difícil te llena de energía y motivación por el resto del día. Incluso si la actividad de tu trabajo, después de esto, bruscamente va para abajo, aún sentirás una profunda satisfacción por la tarea realizada.
9. Mantener una lista de tareas
Tener una lista de cosas que tienes que hacer delante de tus ojos, por supuesto, es práctico. Pero al mismo tiempo, es capaz de molestar exactamente de la misma manera que una lista de problemas que nunca se termina que necesitas resolver lo más rápido posible.
- ¿Por qué no, como alternativa, mantener una lista de tareas ya resueltas? Esto te alegrará y te recordará que el día no fue desperdiciado.
10. Comer de todo debido al estrés
Cuando estamos estresados, el cuerpo produce tres hormonas principales: adrenalina, norepinefrina y cortisol. A esta última se le debe prestar especial atención, ya que su sobreabundancia afecta la formación de depósitos de grasa. Después del aumento de energía que nos proporciona la liberación de hormonas, nos volvemos lentos y necesitamos nutrientes para reanudar el funcionamiento normal del cuerpo.
- Haz que las comidas en el trabajo sean lo más saludables posible: ten en el cajón del escritorio almendras o nueces sin sal, cítricos o galletas integrales.
Bono: pequeños trucos para relajarte detrás del escritorio
Incluso si tienes una agenda muy apretada y además de esto una vigilancia estricta de tu jefe, se puede reducir el grado de estrés en el trabajo de manera muy sencilla, sin salir del lugar de trabajo.
- Masaje. Masajea suavemente la parte superior de las orejas y el lóbulo para recuperarte durante el día de trabajo pesado. Para hacer un favor a tus manos cansadas presiona ligeramente con un ligero movimiento circular un músculo que se encuentre entre el pulgar y el índice.
- Respiración. Si sientes que hoy tu energía está cerca de agotarse, cierra los ojos y respira de la siguiente manera: cuenta hasta 4 durante la inhalación, ya hasta 3 mientras exhalas. Hazlo durante 2 minutos, se recomienda iniciar el temporizador. Esta práctica estimula el sistema nervioso simpático, que te devuelve a la vida.
- Saca los zapatos. Quítate los zapatos que te molestan en la oficina, mientras estás sentado en la mesa, al menos durante el almuerzo. Sientes alivio, ¿verdad? No es de extrañar, ya que la posibilidad de tocar el suelo con los pies descalzos te permite sentirte como en casa y contribuye a la relajación total.
- Mastica chicle. Sí, esto es bueno no solo para tu respiración, sino también para tus nervios. Esta investigación ha revelado una conexión entre la disminución de la ansiedad y el chicle. Solo no olvides que este proceso debe ser silencioso y no llamar la atención.
¿Tienes tu propio secreto que te ayuda a hacer frente a la rutina diaria? ¡Tal vez tu comentario puede salvar a docenas de trabajadores!