10+ Maneras de tratar con personas difíciles en el trabajo sin perder los estribos

Psicología
Hace 2 semanas

Manejar las relaciones en el lugar de trabajo puede ser un reto, sobre todo cuando te enfrentas a compañeros difíciles. Ya se trate de compañeros que roban créditos, de compañeros pasivo-agresivos o de jefes que microgestionan, mantener la compostura es clave para conservar la profesionalidad y la tranquilidad. Aquí tienes experiencias reales de los lectores, junto con consejos de expertos sobre cómo manejar situaciones difíciles en el lugar de trabajo sin perder la calma.

1. Aborda el robo de créditos con tacto

“Nunca tuve problemas en el trabajo hasta los 50 años. Ahora, me siento anticuada. Una joven compañera descartó mi idea por considerarla ‘de otra época’, así que lo dejé pasar.
Pero una semana después, vi un correo electrónico en su pantalla y me quedé boquiabierta cuando vi que había presentado mi idea a nuestro jefe, incluso utilizando partes de otros proyectos míos como si fueran suyos. No me lo podía creer. Era como si hubiera tomado mis palabras y las hubiera pulido lo suficiente para que parecieran nuevas.
Por supuesto, en la siguiente reunión se llevó todo el mérito y todo el mundo se deshizo en elogios hacia ella. Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía que alzar la voz, no solo por , sino por cualquiera que pudiera tropezar con esta ‘nueva era’ de la política de oficina”.

Lo que puedes hacer:

  • Mantén un registro en papel: documenta siempre tus contribuciones. Envía correos electrónicos después de las reuniones en los que resumas tus ideas, para que quede constancia de cuándo las mencionaste por primera vez.
  • En lugar de hacer acusaciones, di:
    “Me he dado cuenta de que la reciente propuesta de proyecto se parece mucho a mi idea de la reunión de la semana pasada. Me encantaría colaborar la próxima vez”.
    “Veo algunos de mis proyectos anteriores en esta presentación. ¿Podemos aclarar cómo estamos atribuyendo las contribuciones?”.
  • Sé proactivo a la hora de presentar tus ideas: habla en las reuniones de equipo y envía tus sugerencias a un público más amplio, incluidos tu jefe y tus compañeros.
  • Si eso continúa, escala estratégicamente: si un compañero se atribuye repetidamente el mérito de tu trabajo, coméntalo en privado con tu jefe. Enfócalo como un problema de trabajo en equipo y no como una queja personal:
    “Quiero garantizar una colaboración justa. Me he dado cuenta de que algunos de mis trabajos han sido reutilizados sin el debido reconocimiento. ¿Cómo sugieres que manejemos esto de ahora en adelante?”.

2. Tratando con un colega que lo sabe todo

“Cada vez que terminaba un proyecto importante, mi compañero de trabajo hacía comentarios deshonestos. ’Guau! ¿Realmente lo has terminado a tiempo?’ o ’Interesante método, nunca se me habría ocurrido hacerlo así’.
Al principio intentaba ignorarlo, pero con el tiempo se me metió en la piel. ¿Y lo peor? Cada vez que sacaba el tema, ella actuaba como si me lo estuviera imaginando. ’Oh, no quise decir nada con eso’, me decía sonriendo. Pero yo sabía que no era así”.

Cómo manejarlo:

  • No discutas; limítate a exponer tu postura.
  • Utiliza frases como:
    “Escucho tu punto de vista, pero confío en este enfoque”.
    “Es una perspectiva interesante. Veamos primero cómo funciona”.
  • Deja que los resultados hablen por sí solos.

3. El microgestor que no te deja respirar

“Mi jefe me corregía hasta el más mínimo detalle, desde la redacción de mis correos electrónicos hasta los tipos de letra que utilizaba. Empecé a sentir que no podía hacer nada bien. ¡Incluso me preguntó por qué escribí ’Saludos’ en lugar de ’Atentamente’ en mis correos electrónicos! Por muy competente que fuera, nunca parecía satisfecho”.

Cómo establecer límites:

  • Proporciona actualizaciones de manera proactiva — Anticípate a sus inquietudes enviando informes de progreso antes de que te lo solicite.
  • Pide que le aclare sus expectativas:
    “Quiero cumplir tus expectativas. ¿Qué partes de este proyecto te gustaría revisar y cuáles puedo manejar independientemente?”.
  • Planifica una solución en lugar de quejas — Sugiere un compromiso:
    “Para que nuestro flujo de trabajo sea más fluido, ¿funcionaría un check-in semanal en lugar de las revisiones diarias?”.
  • Demuestra fiabilidad — Los microgestores aflojan el control cuando confían en ti. Demuestra coherencia en tu trabajo.

4. La máquina de chismes

“Descubrí que un compañero de trabajo estaba difundiendo rumores de que era difícil trabajar conmigo. De repente, noté que la gente era más fría conmigo. No tenía ni idea de lo que se decía, pero sabía que tenía que abordarlo antes de que dañara mi reputación”.

Cómo manejar los chismes en el trabajo:

  • Enfréntate a la fuente con calma - Di:
    "He oído algo sorprendente y quería aclararlo. ¿Hay algo que debamos discutir?".
  • Dé un ejemplo positivo - No participe nunca en chismes.
  • Establece relaciones directas - Si se extienden los rumores, refuerza tus contactos con los compañeros para que sepan la verdad de ti.
  • Si la situación se agrava, habla con RR. HH. - Los chismes persistentes en el lugar de trabajo pueden ser tóxicos y perjudiciales.

5. El quejumbroso crónico

“Un compañero, Dave, se quejaba constantemente de todo: la carga de trabajo, las reuniones, el café, el tiempo. Su negatividad era agotadora y nunca ofrecía soluciones”.

Cómo mantenerse cuerdo:

  • Redirige la conversación — Si se queja, pregunta:
    “¿Qué crees que ayudaría a solucionarlo?”.
  • Establece límites emocionales — No dejes que su negatividad te afecte.
  • Limita la exposición — Discúlpate educadamente de las conversaciones que te den mucho revuelo.

6. El colega excesivamente competitivo

“No importaba lo que hiciera, un compañero de trabajo, Jake, tenía que superarme. Si yo terminaba un proyecto antes de tiempo, él decía: ’Pues yo he terminado el mío en la mitad de tiempo. Si recibía elogios de nuestro director, enseguida mencionaba algo que había hecho él”.

Cómo manejarlo:

  • Concéntrate en tu propio trabajo — No te dejes arrastrar por la competencia.
  • Reconoce sus éxitos de vez en cuando — A veces, un pequeño reconocimiento puede hacer que se sienta menos amenazado.
  • Establece límites — Di:
    “Prefiero centrarme en el trabajo en equipo que en la competición”.

7. El compañero de trabajo que llega siempre tarde

“Me emparejé con un compañero de trabajo, Mark, en un proyecto importante. Yo cumplí mi parte a tiempo. Sin embargo, Mark seguía incumpliendo los plazos y llegaba tarde a las reuniones. Cada vez que lo llamaba, me daba una excusa: ’Me he liado con otra tarea’, ’No he visto el correo’, ’He tenido una emergencia familiar’...”.
Cuando presentó su parte, estaba tan apurado que tuve que rehacer la mitad yo mismo. Al final decidí que no seguiría cubriéndolo.
En lugar de eso, empecé a poner en copia a nuestro jefe en todos los correos relacionados con los plazos. También le preguntaba en las reuniones: “Mark, ¿crees que necesitarás una prórroga o debemos informar a la dirección del retraso? De repente, empezó a hacer las cosas a tiempo”.

Cómo manejarlo:

  • Fija plazos firmes y confírmalos por escrito.
  • Pídele cuentas en público (sin ser grosero).
  • Si no cumple los plazos, deja que la dirección se encargue.
  • Deja de hacer el trabajo por esta persona.

8. El compañero que interrumpe

“Siempre que hablaba en las reuniones, mi compañero Steve me interrumpía en cuestión de segundos. Se puso tan mal que empecé a evitar hablar. Por fin, durante una gran presentación, me interrumpió en mitad de una frase y decidí que ya era suficiente.
Le dije tranquilamente: ‘Steve, me encantaría terminar primero mi intervención y luego escuchar tu punto de vista’. Parecía atónito, pero dejó de interrumpirme. Después, me acostumbré a seguir hablando cada vez que intentaba interrumpirme”.

Cómo manejarlo:

  • Utiliza frases firmes pero educadas:
    “Me gustaría finalizar mi punto de vista antes de continuar”.
    “Me encantará escuchar lo que piensas una vez que haya terminado”.
  • Mantén el contacto visual y sigue hablando.
  • Si es en una reunión, pide apoyo: Pide al moderador que se asegure de que todo el mundo tiene un turno de palabra.

9. El Rey/Reina del drama:

“Mi compañera de trabajo, Rachel, convertía cualquier problema menor en un desastre. Si alguien cometía un error tipográfico, actuaba como si eso arruinara todo el proyecto. Si un correo electrónico no recibía respuesta en una hora, entraba en pánico y empezaba a llamar a todo el mundo.
Una día, entró corriendo en mi despacho diciendo: ’¡Tenemos una emergencia!’. Me preparé para recibir malas noticias, pero descubrí que la ‘emergencia’ era que la impresora se había atascado.
Entonces me di cuenta de que no buscaba soluciones, sino que le encantaban el drama y el caos. Así que dejé de alimentarlo. La siguiente vez que reaccionó de forma exagerada, le respondí con calma y objetividad. Cuando vio que no me dejaba llevar por el pánico, encontró a otra persona con la que dramatizar”.

Cómo manejar la situación:

  • Mantén la calma y no alimentes su pánico — Cuando empiece a exagerar, responde en un tono comedido:
    “Te escucho. Busquemos una solución en lugar de centrarnos en el problema”.
    “Entiendo que estés frustrado, pero veamos lo que podemos controlar”.
  • Vuélvelo a centrar en los hechos: en lugar de dejar que entre en barrena, redirige la conversación:
    “¿Qué importancia tiene esto realmente?”.
    “¿Qué es lo peor que podría pasar? Y si ocurre, ¿cuál es nuestro siguiente paso?”.
  • Pon límites si es necesario — Si te meten constantemente en un drama, sé directo:
    “No tengo tiempo para esto ahora mismo, tengo que centrarme en mi trabajo”.
  • Evita reaccionar emocionalmente: les encanta el drama. Si no lo alimentas, acabarán encontrando a otra persona a la que agitar.

10. El bromista inapropiado

“Al principio, pensaba que mi compañero de trabajo, Dave, era simplemente ’ese chico’, el que siempre tenía un chiste para todo. Pero con el tiempo, sus bromas se volvieron más incómodas.
En las reuniones decía cosas como: ’Cuidado, no dejes que Sara haga las matemáticas, al fin y al cabo es una mujer’. Hacía comentarios fuera de lugar sobre el aspecto de las personas y se reía de ellos como si fueran bromas inofensivas.
Un día hizo una broma sobre mi origen étnico y decidí que ya era suficiente. Le miré tranquilamente y le dije: ‘Eso no tiene gracia. Te agradecería que fueras más profesional’. Se rio torpemente, pero no volvió a hacer un comentario así”.

Cómo manejar la situación:

  • Abórdalo directamente (pero con calma) — La mejor manera de acabar con una broma inapropiada es llamar la atención en el momento:
    “No tiene gracia. Seamos profesionales”.
    “No creo que sea apropiado para el trabajo”.
  • Si lo interpreta como una broma, mantente firme: algunas personas intentarán hacerte creer que estás exagerando. Si te dicen: “Tranquilo, solo era una broma”, responde:
    “Puede que para ti sea una broma, pero para mí no lo es”.
  • Escala si eso continúa — Si el comportamiento inapropiado no cesa, documéntalo e informa a Recursos Humanos.
  • Crea una cultura de respeto: si te das cuenta de que alguien está siendo objeto de bromas inapropiadas, actúa como un aliado:
    “No creo que sea justo decir eso de [nombre del compañero de trabajo]”.

11. El ladrón de comida

“Llevaba mi almuerzo casero al trabajo todos los días, hasta que me di cuenta de que desaparecía de la nevera. Al principio pensé que me lo estaba imaginando, pero un día sorprendí a mi compañero comiéndose mi almuerzo etiquetado en su mesa.
Me enfrenté a él y se rio. ’¡Uy! Pensé que era mío. Además, tú siempre traes las mejores comidas’.
Fue entonces cuando decidí ponerme creativa. Al día siguiente, traje un sándwich con demasiado wasabi. Después de eso, mi comida dejó de desaparecer por arte de magia”.

Cómo manejar la situación:

  • Etiqueta tu comida con claridad — Escribe tu nombre en letras grandes y en negrita, para que no haya “confusiones”.
  • Abórdalo directamente — Si sabes quién te está robando la comida, di con calma:
    “Oye, me he dado cuenta de que me ha desaparecido comida. ¿La has visto?”.
    “Agradecería que todo el mundo respetara las pertenencias de los demás en la sala de descanso”.
  • Utiliza un truco de “ingrediente secreto ”: algunas personas dejan de robar comida cuando se dan cuenta de que es arriesgado. Añade una cantidad excesiva de salsa picante o ajo extra para disuadir de nuevos robos.
  • Guárdalo en un lugar diferente: guarda tu almuerzo en una bolsa isotérmica en tu escritorio en lugar de en la nevera común.
  • Si se trata de un hábito, intensifícalo: si alguien sigue robando después de varias advertencias, comunícalo a tu jefe o a Recursos Humanos.

Tratar con personas difíciles puede ser agotador, pero a veces el verdadero reto no es solo la persona, sino el entorno que crea. Si te encuentras constantemente caminando sobre cáscaras de huevo o sintiéndote agotado por la negatividad, podría ser el momento de considerar un enfoque diferente.

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas