16 Veces en que los ladrones regalaron un susto y una cómica historia para contar

Algunas veces, sin darnos cuenta, en detalle de nuestra apariencia puede hacernos parecer más grandes de lo que realmente somos. No solo se trata de las canas o las arrugas, hay algunos otros factores que pueden condicionar la percepción de nuestra edad. Tanto ciertos estilos de ropa como hábitos inadvertidos, cada uno de estos elementos nos añade o resta frescura a nuestra imagen.
A medida que envejecemos, el nivel de estrógeno, la hormona responsable de la juventud y la salud de nuestra piel y cabello, disminuye gradualmente. Como resultado, no solo nuestro cabello, sino también nuestras pestañas sufren: se vuelven más cortas, más claras y más frágiles.
Cómo prevenirlo:
Por la misma razón, nuestras cejas se adelgazan, sus pelos pierden su brillo y color característicos. Como resultado, casi se pierden en el rostro y la mirada se vuelve menos expresiva.
Como prevenirlo:
Las canas son, sin duda, uno de los signos más claros del envejecimiento. Pero además del color del cabello, el grosor y la estructura del mismo también cambian con la edad. El cabello se vuelve más fino y claro, y muchos folículos dejan de producir nuevos cabellos. Como resultado, el cabello es más fino y el cuero cabelludo se hace más visible.
Cómo prevenirlo:
Por extraño que parezca, la razón por la que nuestras narices aumentan de tamaño no se debe a su crecimiento: todo es culpa de la gravedad. El hecho es que la gravedad hace que las alas de nuestra nariz se “hundan” con los años. Como resultado, la parte más prominente de nuestro rostro cambia de forma y tamaño.
Cómo prevenirlo:
A medida que envejecemos, nuestros labios se adelgazan y su contorno se desdibuja. Esto ocurre porque con el tiempo nuestro cuerpo empieza a producir menos colágeno, la sustancia responsable de la fuerza y la elasticidad de la piel y de dar forma a los labios. La luz ultravioleta también desempeña su papel en este proceso, ya que tiene un efecto perjudicial para la piel en su conjunto.
Cómo prevenirlo:
Las investigaciones demuestran que la pelvis se encoge con la edad. Al principio, los huesos de esta parte del cuerpo crecen, pero una vez que la mujer alcanza el pico de su fertilidad, el proceso se invierte. Así, la pelvis de las mujeres mayores de 70 años es un 8% más estrecha que la de las mujeres de mediana edad.
Cómo prevenirlo:
Los cambios hormonales relacionados con la edad provocan un engrosamiento de la capa córnea de nuestra piel. Además, el tejido graso subcutáneo se adelgaza con los años. Como resultado, la piel se vuelve seca y tirante. Esto es más evidente en la zona de los pies: se vuelven ásperos y agrietados.
Cómo prevenirlo:
Las rodillas son una de las partes más móviles del cuerpo, por lo que no es de extrañar que la piel de las mismas sea la que más se estire. Además, con el tiempo, los músculos y ligamentos de las rodillas se debilitan, lo que no solo afecta el aspecto de las piernas, sino que también provoca dolor y molestias.
Cómo prevenirlo:
Otro indicador de la edad es la zona de las axilas. La piel de esta zona es muy sensible, por lo que es una de las primeras en perder elasticidad.
Cómo prevenirlo:
Con el tiempo, los pequeños músculos que controlan el movimiento de las pupilas también se debilitan, lo que provoca una reducción del tamaño de las mismas. La constricción de la pupila es la principal razón por la que las personas de 60 años necesitan 3 veces más luz para leer cómodamente que las de 20 años. También es la razón por la que la capacidad de ver en la oscuridad disminuye gradualmente.
Cómo prevenirlo:
El tiempo avanza para todos, pero pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia en la forma en que nos perciben los demás. ¿Cuáles de estos detalles habías notado antes? ¿Crees que la forma en que nos vestimos o cuidamos influye más que la edad misma?.