10 Secretos que Leonardo da Vinci escondió de todos en sus obras

Curiosidades
hace 4 años

Para entender por qué en la pintura Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci, la imagen de la mano casi no está distorsionada en la bola de cristal, los científicos de la Universidad de California en Irvine tuvieron que crear un modelo 3D del lienzo. Solo después de eso pudieron confirmar la intención del maestro. Esto habla una vez más del talento de da Vinci, quien incluso sin dispositivos ultramodernos logró crear obras maestras y hasta escondió en ellas tantos significados que incluso en la actualidad, los investigadores no paran de hacer conjeturas.

Genial.guru ya ha escrito sobre los secretos y peculiaridades de las obras de Leonardo, pero hay tantos que alcanzarían para hacer varios artículos. Aquí hay uno más.

1. Una manera de pintar que habla por sí misma

Leonardo da Vinci prácticamente no tiene ninguna obra en la que la persona representada esté sentada mirando hacia adelante o de perfil. Sus figuras siempre están a tres cuartos de perfil hacia nosotros, ya sea en sus pinturas más antiguas o las más recientes. Leonardo lo hacía a propósito. A través de esta pose más compleja trataba de darles vida a sus figuras, otorgándoles al menos un poco de dinamismo. Por esta postura característica, entre otras cosas, los investigadores pueden determinar si una pintura perteneció al pincel de da Vinci o si fue ejecutada por uno de sus artistas contemporáneos o estudiantes.

2. Detalles menores que importan más de lo que podría parecer

En esta obra, Madonna está representada contra un fondo de dos ventanas arqueadas, a través de las cuales puede verse un paisaje de cordilleras azules y el cielo. Exactamente la misma vista puede verse a través de las ventanas del refectorio donde Leonardo colocó a los personajes de otra de sus pinturas, La última cena, lo que puede indicar la conexión que da Vinci quería establecer entre estos dos eventos.

Hay 2 rasgaduras para la lactancia materna en el vestido de Madonna que estaban bien cosidas. Esto puede verse por la incisión sobre el pecho izquierdo. Sin embargo, las puntadas a la derecha están rotas. Esto puede indicar que Madona planeaba destetar al bebé. Por lo tanto, las rasgaduras se cosieron por ser innecesarias. Sin embargo, ella no pudo resistir el llanto del niño y volvió a rasgar el vestido.

El hecho es que desde 1300, las damas nobles en Europa dejaron de amamantar, contratando a otras mujeres para hacerlo. Pero muy probablemente, la madre de Leonardo sí lo amamantó. Después de todo, ella era una joven de clase baja, una campesina. Pero a los 5 años lo separaron de ella. El noble padre deseaba ver a su hijo ilegítimo a su lado. Esta probablemente sea la razón por la cual Leonardo incluyó con tanta ternura la imagen de una madre misericordiosa y amorosa en su obra.

3. Una opinión que no siempre coincidía con los deseos de los clientes

La Virgen de las Rocas es una de las primeras pinturas de Leonardo, y también una de las más escandalosas. Cumpliendo el pedido de unos monjes, da Vinci se apartó por completo de los cánones. Los héroes en la pintura se ven más como personas comunes y no como santos, y además, no están en un templo, sino en una gruta. El hecho es que la imagen representa una escena que está ausente en los evangelios canónicos, pero que se conoce por los apócrifos. Según el apócrifo Protoevangelio de Santiago, el bebé Jesús conoció a Juan mientras huía a Egipto (Herodes ordenó exterminar a todos los bebés varones), cuando María, José y Cristo, al igual que Juan y su madre, Isabel, se escondían en el desierto.

4. Un final que quizás no llegue nunca

Este, quizás, haya sido uno de los trucos favoritos del maestro. Prácticamente ninguna de sus obras está terminada. Podía hacer un par de pinceladas e ir a pasear por los valles de Lombardía, dedicarse a la creación de otro aparato, etc.

Esto se debe a que Leonardo percibía el tiempo de manera diferente. Entre sus contemporáneos fue el primero en argumentar que la Tierra era más antigua de lo que comúnmente se creía, y que una vez hubo mares en lugar de montañas. Por lo tanto, era común que se tomara décadas para pintar un cuadro. ¿Qué es eso comparado con la edad de la Tierra?

Da Vinci llevó a la famosa Mona Lisa con él hasta el final de su vida, agregando constantemente algo al retrato. En total, la pintó durante 16 años.

5. Referencias a una historia que todos olvidaron

De hecho, imágenes similares a las de da Vinci se encuentran en los primeros frescos cristianos, en las catacumbas romanas. Antes del reconocimiento oficial del cristianismo, los creyentes se veían obligados a ocultar su religión. Estas cuevas fueron redescubiertas durante la vida de Leonardo da Vinci, quien posiblemente se inspiró o incluso volvió a dibujar casi por completo un par de las imágenes que había en ellas.

Así, la Virgen María pintada en una de las paredes de las catacumbas es muy similar a Madonna Litta. Y junto a ella está Juan el Bautista, cuyo gesto es sospechosamente similar al representado en la famosa pintura de Leonardo San Juan Bautista. Si pones ambas obras una al lado de la otra, obtendrás algo muy similar a esta pintura de las catacumbas romanas.

6. El ángulo desde el cual hay que mirar La última cena

Pocas personas miran este fresco desde este ángulo, y fue para eso que Leonardo lo creó. Planeaba adaptar armoniosamente su trabajo al entorno circundante. El espacio real se funde suavemente con el espacio representado. Las sombras de los platos y el pan indican que La última cena está iluminada desde la izquierda. Hay ventanas a la izquierda en la habitación. Los platos y manteles también fueron pintados de la misma manera que en el refectorio. Como resultado, se crea la sensación de que estás sentado, comiendo, mientras la acción de la obra se desarrolla en la mesa de al lado.

Otro detalle interesante. Para realzar la ilusión, Leonardo tapió una puerta en la pared donde debía estar el fresco. La comida de la cocina era llevada a través de esa puerta, pero ahora, los monjes se veían obligados a dar una vuelta. Sin embargo, más tarde, la puerta fue abierta nuevamente, y las piernas de Cristo fueron cortadas por la nueva abertura. La ilusión no era tan importante como la comida caliente.

Por cierto, sobre la comida. Los apóstoles tienen más que solo pan en su mesa. El vegetariano da Vinci eliminó la carne del menú de los santos, pero agregó un poco de comida cercana a su propio estómago: los espectadores atentos pueden ver anguila asada en los platos.

La pintura tiene otro detalle interesante. ¡Los restauradores descubrieron que Leonardo no pintaba las sombras en gris o negro, sino en azul! Esto era impensable hasta mediados del siglo XIX, cuando los impresionistas comenzaron a pintar sombras en distintos colores. En la reproducción no es tan claramente visible, pero la composición de la pintura habla por sí misma (cristales azules de acetato de cobre).

7. Mona Lisa, que puede no ser La Gioconda en la que todos piensan

Cualquiera puede tener dudas sobre esto. Basta con leer la descripción del retrato de Giorgio Vasari, contemporáneo de Leonardo da Vinci:

  • “Los ojos tienen ese brillo y la humedad que generalmente se ven en una persona viva... Las cejas no podrían ser más naturales: el cabello crece espeso en un lugar y con menos densidad en otro. La boca, ligeramente abierta, con los bordes conectados por labios escarlatas. Mona Lisa era muy hermosa... la sonrisa es tan agradable que parece que estás contemplando un ser divino en lugar de uno humano”.

Al momento de describir el retrato, Lisa no tenía más de 25 años. La mujer en la pintura del Louvre es claramente mayor. Vasari también habló de cejas que no están en la imagen. Sin embargo, esto puede atribuirse a una restauración deficiente. Según una versión, se borraron debido a una limpieza mal realizada. Pero los labios rojos con la boca abierta están completamente ausentes en el retrato del museo.

  • La Gioconda del Prado sí podría encajar en la descripción. Se prestó poca atención a esta versión hasta 2012, cuando un día, los restauradores limpiaron el fondo negro y encontraron una sorpresa: debajo de la pintura oscura había una copia exacta del fondo de la obra del Louvre.

  • Flora del Hermitage, otra candidata al título de la verdadera “Mona Lisa”, se ajusta aún más a la descripción. Además, el autor de la pintura, Francesco Melzi, la llamaba Gioconda. Aunque hay un argumento en contra: es poco probable que un esposo hubiera permitido que su esposa posara con un seno desnudo.

  • Mona Lisa de Isleworth es la candidata final. Este retrato fue revelado al público hace unos 100 años. Según una versión, esta es la verdadera “Mona Lisa”. Además, es precisamente la que no está terminada, con el fondo apenas marcado.

En este caso, el origen de la obra del Louvre se explica por el hecho de que Leonardo la pintó más tarde y para él mismo, tomando como base la imagen familiar de la “Signora del Giocondo”. Y de hecho, se ve como si la misma mujer hubiera sido retratada con una diferencia de 10 o 15 años.

8. Protección que demuestra que los generadores de contraseñas aún tienen mucho por aprender

Se encontraron alrededor de 7 000 páginas de los diarios de Leonardo en diferentes colecciones. Hasta el siglo XIX, los diarios del maestro no despertaron el debido interés, y su faceta de inventor no era conocida. Y esto se debe en gran parte a que, incluso si los investigadores pudieran entender su escritura a mano, todavía no podrían comprender la esencia de los inventos. Da Vinci cometía errores en los dibujos deliberadamente para evitar, usando el lenguaje actual, el espionaje industrial. Es por eso por lo que muchos secretos del genio aún no han sido revelados.

9. Detalles que le recordaban a su hogar

Las pinturas de Leonardo da Vinci muestran cientos de especies de plantas y árboles. En sus cuadernos describió trufas, moras, nueces, colmenas, cardos, acónito y ajenjo. Al crecer en el campo, nunca perdió la oportunidad de representar una parte del mundo vegetal en sus obras. Incluso la artesanía tradicional de su lugar nativo, el tejido de cestas de mimbre (Salix viminalis), fue reflejada en el intrincado tejido de las trenzas en el boceto de Leda.

En el Retrato de Ginevra de’ Benci, Leonardo da Vinci volvió a utilizar plantas. Este da testimonio de los sentimientos del cliente, el diplomático veneciano Bernardo Bembo. Esto se evidencia en el escudo de plantas en la parte posterior de la pintura. La rama de enebro, que simboliza a Ginevra (ginepro, de “enebro” en italiano, un juego de palabras), está rodeada por una corona de ramas de laurel y palma, que forman parte del escudo de armas de Bembo.

10. En realidad, el centro de esta pintura está descentrado

Anunciación: en esta pintura, el primer detalle que llama la atención del espectador es la mano derecha de María. Su hombro parece estar dislocado, y su codo está volteado. A primera vista, esto parece ser un error producto de la inconsistencia del joven Leonardo. Sin embargo, esta fue una elección deliberada del artista. La pintura estaba en la sacristía de la iglesia de San Bartolomeo, en Monte Oliveto, y Leonardo sabía perfectamente que el punto de vista era un par de metros a la derecha y un par de metros más abajo. Si cambiamos la perspectiva, el codo estará perfectamente alineado, al igual que todas las líneas en el lado derecho del lienzo.

Leonardo también pintó las alas del ángel de una manera extremadamente realista. Por primera vez en las artes visuales, parecían un par de alas reales de un verdadero pájaro, listas para volar. Incluso la elección de los árboles en la imagen (pinos, olmos y cipreses) se debió al hecho de que los árboles alrededor del monasterio eran así. El artista no los inventó.

¿Sobre qué secretos de Leonardo da Vinci has oído hablar tú?

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