17 Momentos de insensibilidad que dejaron a alguien en shock

Si tienes diabetes, es fundamental revisar tu nivel de azúcar en la sangre de manera regular. Sin embargo, también es importante hacerlo aunque no tengas esta condición, ya que los cambios en la glucosa pueden afectar tu salud a largo plazo. Aquí reunimos algunas señales comunes que tu cuerpo puede mostrarte si existe un desbalance en tu nivel de azúcar.
El contenido de este artículo es solo informativo y no sustituye la consulta médica. Consulta a tu doctor ante cualquier duda sobre tu salud o condiciones médicas.
Si tienes hipertensión además de diabetes, ambas condiciones pueden afectar la capacidad de los riñones para filtrar desechos y líquidos con el tiempo. Cuando el agua se acumula en el cuerpo, puedes notar hinchazón en manos y pies, lo cual es una señal de posible daño renal. Trabaja con un especialista en nutrición para mantener tu azúcar bajo control.
Sentir sed todo el tiempo es una señal clásica de diabetes y ocurre cuando hay demasiado azúcar en la sangre. Generalmente este síntoma va acompañado de ganas frecuentes de orinar, ya que los riñones trabajan más para eliminar el exceso de glucosa. También extraen más líquidos de los tejidos, por eso necesitas ir al baño más de lo normal. Para compensar esa pérdida de líquidos, debes beber más agua. Si no lo haces, puedes sentirte mareado y deshidratarte.
El cansancio y la fatiga extrema son síntomas comunes cuando el azúcar no está controlada. Si la glucosa permanece en la sangre y no llega a las células, los músculos no reciben la energía que necesitan. Esto puede hacer que te sientas solo un poco cansado o, en casos más graves, tan agotado que necesites dormir una siesta.
Sentirse mareado o tembloroso puede ser señal de un nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia). Esto puede suceder después de comer alimentos con muchos azúcares simples, saltarse una colación o una comida, comer más tarde de lo habitual, o tomar alcohol sin haber comido. No te saltes comidas si tienes diabetes, especialmente si usas productos para controlarla.
Muchas personas con altos niveles de glucosa descontrolada notan que sienten más hambre de lo normal. Sin embargo, aunque coman más, pueden bajar de peso sin razón aparente si el azúcar está muy alta.
En la diabetes tipo 2, el cuerpo no utiliza bien la insulina y no puede transportar la glucosa a las células. Como consecuencia, la glucosa se acumula en la sangre y el organismo obtiene energía quemando grasa y músculo de manera rápida, provocando una pérdida de peso inesperada.
Cuando el azúcar en la sangre está descontrolada, puede causar daño en los nervios, conocido como neuropatía diabética. Un síntoma frecuente es una sensación de hormigueo o entumecimiento en manos y pies. Algunas personas también sienten dolor en estas áreas, y suele empeorar durante la noche.
Aparición de ampollas, infecciones, sequedad, picazón, manchas o cambios en la piel pueden ser señales de alerta de un nivel alto de azúcar. Consulta con tu doctor si notas estos cambios en la piel.
Cuando el azúcar está fuera de control, los cortes, raspones, moretones y otras heridas tardan más en sanar. La diabetes provoca daño nervioso y afecta la circulación, sobre todo en piernas y pies, lo que retrasa la curación porque llega menos sangre a esas zonas. Incluso las heridas pequeñas pueden infectarse fácilmente, así que pon atención a cualquier lesión.
El azúcar alta y la hipertensión pueden dañar las estructuras sensibles de los ojos y poner en riesgo tu visión. También puedes notar dificultades en el trabajo, para conducir o sufrir dolores de cabeza frecuentes. Si experimentas estos síntomas, revisa tus ojos cuanto antes para evitar que tu visión se deteriore.
Las infecciones frecuentes o recurrentes pueden ser un signo de glucosa alta. Es posible presentar enfermedad de las encías, infecciones urinarias, infecciones bacterianas o fúngicas en la piel, y si eres mujer, infecciones por hongos. Aunque las infecciones por hongos pueden ocurrir sin tener diabetes, los niveles altos de azúcar aumentan el riesgo de padecerlas.
Presta atención a todas estas señales y consulta a tu médico si las presentas. Si tienes diabetes tipo 2, sigue el tratamiento indicado, toma tus productos, lleva una alimentación saludable y haz ejercicio para mantener tu glucosa bajo control. Recuerda revisar tus niveles de azúcar con frecuencia para asegurarte de que están dentro del rango recomendado.
Nuestro cuerpo puede mostrar aún más señales de alerta sobre la salud. Puedes leer más en nuestro artículo 5 pistas sutiles que podrían revelar problemas de salud ocultos.