10 Trucos para identificar imágenes generadas por inteligencia artificial

La inteligencia artificial avanza rápidamente y se ha convertido en parte de nuestra vida cotidiana. Muchas personas ya la utilizan tanto en el trabajo como para resolver problemas del día a día. Sin embargo, en algunos casos, las redes neuronales no facilitan las cosas, sino que las complican. Un ejemplo claro es la dificultad para diferenciar entre imágenes reales y aquellas generadas por IA. Por eso, hemos recopilado algunos consejos que te ayudarán a identificarlas con mayor facilidad.

¿Por qué es importante distinguir imágenes creadas por IA de las reales?

Los montajes fotográficos existen desde hace mucho antes de la inteligencia artificial. Antes, solo los profesionales podían modificar fotos o agregar elementos inexistentes mediante edición y retoques. Ahora, cualquier persona puede obtener una imagen “perfecta” simplemente introduciendo parámetros en un programa de IA. A simple vista, esto parece inofensivo; muchos lo hacen solo por diversión, desafiando a las redes neuronales con distintas peticiones.

El problema es que algunas personas usan esta tecnología con fines engañosos. Crean perfiles falsos en redes sociales, publican imágenes y videos manipulados con celebridades e incluso intentan influir en la opinión pública o estafar a los usuarios. Por eso, hoy más que nunca, es esencial poder diferenciar una foto real de una generada por IA. No es una tarea fácil, ya que la tecnología avanza constantemente y la calidad de estas imágenes mejora cada día. Un estudio reciente reveló que solo el 61 % de las personas puede identificar correctamente una imagen generada por IA. Y es que, a veces, basta con ver una foto de una chica sonriente o un niño con un pastel en el feed para preguntarse: “¿Cómo es que la gente sigue cayendo en estos engaños?”

Fíjate en los dedos y los ojos

La inteligencia artificial genera imágenes basándose en millones de fotos y descripciones disponibles en internet. Aunque las redes neuronales han mejorado mucho, todavía se pueden detectar ciertos errores en los detalles. Por ejemplo, la IA sigue teniendo problemas para representar con precisión los ojos y los lóbulos de las orejas. En la mayoría de las fotografías reales, estos elementos son nítidos y proporcionales, pero en las imágenes generadas pueden aparecer deformados o borrosos.

Uno de los errores más comunes en imágenes generadas por IA se encuentra en las manos. A menudo, basta con contar los dedos para detectar fallos evidentes. Pero incluso cuando la inteligencia artificial acierta con la cantidad, las uñas suelen verse poco naturales y los dedos pueden parecer demasiado largos, cortos o tener una forma extraña. Esto ocurre porque, en muchas fotos reales, las manos no siempre están completamente enfocadas, lo que dificulta su representación para la IA. Sin embargo, las versiones más recientes de algunos programas han mejorado en este aspecto, por lo que no conviene confiar únicamente en este criterio para identificar imágenes generadas por inteligencia artificial.

La IA tiene problemas al generar texturas y patrones

Cuando la IA crea imágenes, suele utilizar colores vivos y poco naturales. Sin embargo, esto no es un indicio definitivo, ya que colores brillantes también pueden encontrarse en la naturaleza. Lo que sí puede delatar a una imagen generada es la forma en que la IA representa texturas y patrones. A menudo, tiene dificultades para dibujar correctamente el pelaje de los animales, el cabello humano o las manchas de formas irregulares. También tiende a hacer las imágenes excesivamente simétricas o a difuminar en exceso las transiciones entre diferentes texturas, lo que puede darle un aspecto artificial a la imagen.

Las imágenes generadas por IA pueden imitar el estilo de una pintura famosa, pero hay un detalle que sigue delatándolas: la textura del lienzo. Aunque los modelos de inteligencia artificial pueden replicar pinceladas y copiar la técnica de un artista, no logran reproducir las grietas en la pintura ni otros signos del paso del tiempo en una obra de arte real.

A la IA le cuesta generar fondos realistas

Uno de los puntos débiles de la inteligencia artificial es la creación de fondos en las imágenes. Normalmente, los modelos se centran en el objeto principal, dejando el fondo con menor detalle o difuminándolo demasiado. Si observas con atención los objetos y figuras en segundo plano, notarás que muchos de ellos tienen proporciones extrañas o parecen fuera de lugar. Como solemos enfocarnos en el protagonista de la imagen, estos errores pueden pasar desapercibidos a primera vista.

Revisa los textos dentro de la imagen

Las redes neuronales no solo generan imágenes modernas, sino que también pueden recrear fotos antiguas en blanco y negro con un aspecto convincente. Sin embargo, hay un detalle en el que aún fallan: el texto. Carteles, letreros, anuncios o cualquier otra inscripción en una imagen suelen verse extraños en las imágenes generadas por IA. En muchos casos, las letras forman combinaciones sin sentido o aparecen deformadas, lo que es una señal clara de que la imagen no es real.

Los pequeños detalles delatan las imágenes generadas

La inteligencia artificial puede crear imágenes de documentos históricos y artefactos antiguos. A simple vista, pueden parecer muy realistas, pero ciertos detalles las delatan. Por ejemplo, las redes neuronales no siempre aplican efectos de envejecimiento a los objetos y pueden omitir arrugas, grietas o desgastes en la superficie. Además, algunos atuendos históricos, inscripciones y jeroglíficos pueden parecer más una interpretación artística que una recreación fiel.

La IA a menudo utiliza la luz de manera incorrecta

Uno de los errores más comunes de la IA es la iluminación de la escena. Las redes neuronales pueden colocar las fuentes de luz en posiciones ilógicas o proyectar sombras en direcciones inconsistentes. Si al analizar una imagen notas que los objetos proyectan sombras en distintas direcciones o que los reflejos se ven artificiales, es muy probable que la imagen haya sido generada por inteligencia artificial.

Curiosamente, la IA ha mejorado tanto en la representación de alimentos que muchas personas prefieren estas imágenes a las fotos reales. Sin embargo, los investigadores han comenzado a advertir sobre un detalle preocupante: las redes neuronales tienden a representar los alimentos con un aspecto más calórico y poco realista, lo que podría influir en la percepción de la comida.

Las imágenes creadas por IA suelen parecer visualmente impecables. El agua luce increíblemente lisa y los árboles muestran hojas de un color exageradamente vibrante. Sin embargo, si observas con detenimiento, podrías notar errores en los reflejos del agua, que no coinciden correctamente con los objetos circundantes, o sombras en las ramas de los árboles que caen en ángulos poco naturales.

Cuantas más personas haya en una imagen, más errores aparecen

Mientras que la IA puede generar correctamente una sola persona, al añadir más personajes en una imagen, la calidad del resultado tiende a decaer. Es común encontrar errores en extremidades que parecen fusionarse, accesorios deformados o personajes del fondo que son copias de otros en la misma imagen. Estos detalles pueden ayudarte a identificar si la imagen fue creada artificialmente.

La IA comete errores al colocar objetos en una escena

Dado que la inteligencia artificial no comprende las leyes físicas del mundo real, a menudo se equivoca en la disposición de los objetos. Por ejemplo, en algunas imágenes generadas se pueden ver objetos blandos con una apariencia rígida, manos atravesando la comida o sosteniendo tazas de forma poco natural, e incluso bolsos que parecen estar flotando en el aire sin estar sujetos por nadie.

Si aún tienes dudas, usa herramientas especializadas

Distinguir una imagen generada por IA de una fotografía real se vuelve cada vez más difícil a medida que esta tecnología avanza. Por eso, si necesitas verificar la autenticidad de una imagen, lo mejor es recurrir a programas especializados. Estas herramientas analizan los píxeles y patrones de la imagen para detectar irregularidades y determinar si fue creada artificialmente.

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