15 Comentarios divertidos de niños que hicieron sonrojar a sus padres

Al tratar de eliminar una infección, el organismo aumenta la temperatura corporal. Frecuentemente, al no tener conocimiento sobre esto, intentamos eliminar el síntoma. Pero el consejo de nuestras abuelas sobre envolvernos en una cobija y tomar una taza de té caliente, en tal caso, solo puede empeorar la situación.
Con la llegada del otoño y los cambios en las condiciones climáticas, algunas enfermedades se vuelven muy comunes. Genial.guru averiguó que errores frecuentemente cometemos al intentar reducir la fiebre.
Al tener un aumento en la temperatura de 1 grado, el intercambio de sustancias en el organismo se acelera, por eso es obligatorio comer. Un alimento “fuerte” (grasoso, picante) no será buena idea, porque crea para el sistema digestivo un trabajo adicional e impide al organismo luchar contra la infección.
Opción correcta:
Científicos descubrieron que un aumento en el nivel de glucosa en el organismo reduce la cantidad de leucocitos, los cuales son responsables de la destrucción de las células infectadas. En pocas palabras, no conseguirás deshacerte de la fiebre rápidamente.
Opción correcta:
La calentura deshidrata el organismo, por eso necesitamos consumir líquidos, pero de la manera correcta. Un té caliente o un vaso de leche provocará un aumento de calor, y la temperatura incrementará. Por otro lado, debe mencionarse que no se recomienda tomar café, ya que tal bebida deshidratará de manera intensiva el organismo.
Opción correcta:
En la composición de los productos lácteos se encuentra la proteína caseína, la cual, bajo el efecto de la fiebre, se compacta. Como resultado, en el estómago se producen papillas de “goma”, las cuales son muy difíciles de digerir.
Opción correcta:
Al tener temperatura mayor a 38 ºC, las proteínas que se encuentran contenidas en la leche con la que las madres alimentan a sus hijos, se espesan. Debido a esto, el sabor de la mezcla cambia y el bebé puede rechazar la leche materna. Además, tal leche se digiere con dificultad y a veces provoca un trastorno con la materia fecal.
Opción correcta:
La aspirina baja la temperatura, pero en grandes cantidades, estrictamente está contraindicada al tener fuertes problemas respiratorios y de corazón. A los niños menores de 16 años, en general, no se les recomienda consumir aspirinas, porque pueden provocar el síndrome de Reye (inflamación pulmonar y cerebral).
Opción correcta:
Por sí solo, el paracetamol es seguro y efectivo, sin embargo, tiene un efecto hepatotóxico, es decir, afecta el hígado. Si tomas un par de pastillas, no pasará nada. En caso de combinarlas con alcohol, el golpe en el hígado será doble, además, hay posibilidades de tener consecuencias desagradables en forma de náuseas y urticaria.
Opción correcta:
El agua caliente aumenta el flujo sanguíneo y refuerza el aumento de la temperatura. Es beneficioso realizar inhalaciones al tener un resfriado común o dolor de garganta, ya qué no son capaces de bajar la temperatura, sino, por el contrario, la aumentan. Lo mismo aplica para los baños calientes.
Opción correcta:
El aire seco y estancado es un ambiente propicio para la reproducción de bacterias y virus. Puede desencadenar un resfriado y malestares. Por eso, la recámara en la que se encuentre una persona con temperatura alta necesita tener circulación del aire. La ventilación no solamente aliviará el estado del paciente, sino también ayudará a no contagiar a otros miembros de la familia.
Opción correcta:
Un drástico enfriamiento ayudará a bajar la temperatura, pero en un corto plazo. Este es un método extremo de “tratamiento” y utilizarlo es peligroso: al congelarse, el sistema inmunológico se debilita, lo que significa que al organismo le resulta más difícil luchar contra la infección.
Opción correcta:
Al meternos en las cobijas o vestirnos con ropa caliente, aumentamos más la temperatura, lo que provoca una mayor presión en el corazón y los vasos sanguíneos. Si permaneces mucho tiempo en tal “sauna”, pueden surgir variaciones en la presión y falta de aire.
Opción correcta:
Y tú, ¿cómo luchas contra la fiebre?