12 Errores que todos cometemos al viajar (algunos son verdaderas trampas para turistas)

Curiosidades
hace 5 horas

Desde cargar en la maleta ropa que no usamos ni en casa hasta darnos cuenta de que olvidamos un documento indispensable cuando estamos en la puerta de embarque. Ya sea por descuido, por no planificar lo suficiente o por desconocimiento, nadie está exento de equivocarse cuando está en “modo turista”. Para que esto no te ocurra a ti (o no te vuelva a ocurrir) te armamos una lista con errores muy comunes que parecen inocentes pero pueden traerte más de un dolor de cabeza. Solo evítalos y tu viaje de placer estará garantizado.

1. Elegir hoteles demasiado baratos

Cuando viajamos, solemos pensar que lo más barato siempre es mejor para cuidar el presupuesto. Sin embargo, alojarnos en un hotel de gama media o superior puede salirnos más económico a largo plazo. ¿Por qué? Porque muchos de estos hoteles cuentan con servicios que, en otro lugar, tendríamos que pagar por separado. Además, sus habitaciones son más espaciosas y a menudo incluyen cocina, lo que implica que no nos vamos a ver obligados a almorzar y cenar en bares y restaurantes todos los días.

En un hotel de categoría superior probablemente tengas incluido el desayuno, el café, agua embotellada, wifi de alta velocidad, artículos de tocador de calidad e incluso traslados al aeropuerto. En cambio, en un hotel más barato quizás el precio inicial sea menor, pero terminarás pagando aparte por cada uno de estos servicios.

Al final, lo que parecía un ahorro puede transformarse en un gasto mayor, y sin los mismos beneficios ni comodidades. Tenlo en cuenta para tus próximas vacaciones: no siempre un gasto inicial más bajo implica un ahorro real.

2. Sobrecargar el itinerario

El lógico que el entusiasmo nos empuje y al llegar a un lugar queramos visitar la mayor cantidad de sitios posibles, aunque solo nos quedemos allí unos pocos días. ¿El resultado? Terminamos estresados, corriendo el bus y pendientes del reloj, tal como estamos en nuestra ciudad durante todo el año.

Aquí te va a ser muy útil hacerle caso al dicho “el que mucho abarca poco aprieta” y simplemente aceptar que verlo todo de una vez es físicamente imposible. Menos es más. Viajar no es coleccionar destinos y fotos borrosas, es tomarse el tiempo para disfrutar. Si te gustó un lugar, quédate allí y recórrelo con calma. A veces, lo mejor es sentarse en un café local, mirar alrededor y dejar que el paisaje nos cuente su historia.

3. Elegir el calzado equivocado

Ese día que decidiste hacer senderismo en sandalias porque hacía calor... Resultado: ampollas, resbalones y arrepentimiento. Elegir el calzado adecuado es un requisito excluyente si tu idea es recorrer a pie una ciudad. Una ampolla es directamente incapacitante a la hora de recorrer y disfrutar de un nuevo lugar. No podrás seguir caminando aunque tengas toda la voluntad, y habrás perdido el día. Mejor invertir en unas buenas zapatillas antes de salir de casa.

4. Confiar ciegamente en Google Maps

Sí, Google sabe mucho. Pero a veces nos manda por “el camino más corto” directo a una calle sin salida o, peor, a una zona insegura. Aún hoy preguntar a un baqueano sigue siendo oro puro. Porque ningún algoritmo compite con el consejo de alguien que lleva años esquivando embotellamientos, que sabe dónde sirven el mejor café o qué callejón es mejor evitar al anochecer.

5. No revisar la política de equipaje de la aerolínea

Quisiste subir a la cabina del avión la misma mochila que en tu vuelo anterior porque en ese caso contaba como equipaje de mano pero esta vez, la compañía te cobró 70 dólares por el excedente. O quizás creíste que podías guardar en tu bolso la crema hidratante carísima que compraste en el free shop y te obligaron a deshacerte de ella al embarcar.

Es común que, al planear un viaje, asumamos que las políticas de equipaje de las aerolíneas son uniformes, especialmente si hemos tenido experiencias previas sin inconvenientes. Sin embargo, cada compañía aérea establece sus propias reglas respecto al tamaño, peso y cantidad de equipaje permitido, tanto en bodega como en cabina. Aunque te dé pereza o creas que es una pérdida de tiempo, leer la letra chica de tus pasajes aéreos te hará ahorrar dinero (y te evitará más de un dolor de cabeza).

6. Cambiar divisas en el aeropuerto

Aunque pagar con tarjeta suele ser lo más cómodo y seguro al viajar, muchos países tienen transporte, tiendas o restaurantes que solo aceptan efectivo. Lo ideal es conseguir las divisas locales antes del viaje, preferiblemente en un banco, y pedirlas con al menos una semana de anticipación.

Si no logras cambiar antes de partir, puedes retirar efectivo en los cajeros automáticos al llegar o cambiar divisas. Pero en ese caso ten en cuenta estos consejos: avisa a tu banco que estarás en el extranjero para evitar bloqueos de tus tarjetas y evita cambiar dinero en los aeropuertos. Allí las tasas de cambio son tan desfavorables que podrías cubrir con ellas una noche extra de hotel.

7. No comprobar el precio de un taxi antes de subirse

Está muy bien subir a un taxi y dejar que nos lleve a donde le pidamos sin la incomodidad y las vueltas que da un transporte público. Pero esto puede ser quizás una buena idea si estás en tu país, no si estás de viaje en modo turista.

No des por hecho que se usará el taxímetro o que el precio será razonable. Lo que para ti es un trayecto corto, para algunos conductores es una oportunidad de oro. Un momento de atención antes de arrancar puede evitar que termines pagando un taxi al aeropuerto más caro que tu pasaje de vuelta a casa. Mejor siempre pregunta antes de subirte cuánto te saldrá el recorrido o, mejor aún, usa una app confiable.

8. Comer en puestos playeros o callejeros comida que no acostumbras a probar en tu país

Claro que esas ostras que ofrecen en un lugarcito de la playa son tentadoras, pero podrían arruinarte los días que te quedan de vacaciones. Uno de los errores más comunes al viajar al extranjero es lanzarse a probar comida callejera o platos típicos en lugares con bajos estándares de higiene. Aunque es parte esencial de la experiencia cultural, hacerlo sin precauciones puede llevarte a sufrir una intoxicación o la temida diarrea del viajero.

Para evitarlo, asegúrate de que los alimentos estén bien cocidos, evita el hielo y las verduras crudas y no consumas nada en sitios que no parecen limpios y seguros. Probar sabores nuevos es parte de la aventura, pero para disfrutarla al máximo necesitas estar sano.

9. Ignorar las costumbres locales

Cuando viajamos, no solo llevamos una maleta: también cargamos con nuestras costumbres. Pero ojo, lo que es normal en tu país, puede ser una falta de respeto (o incluso un delito) en otro. Por ejemplo, en Singapur está prohibida la goma de mascar —y no es un mito urbano—; en Egipto, sacar fotos de edificios gubernamentales o monumentos sin permiso puede traerte más problemas que likes; en Japón, clavar los palillos verticalmente en el arroz se asocia con rituales funerarios; y en México, rechazar comida ofrecida puede considerarse una ofensa personal. Mejor googlea antes de llegar.

10. Elegir vuelos nocturnos para viajar con niños

Viajar de noche con un niño pequeño puede sonar como la mejor idea: “Seguro duerme todo el vuelo y llegamos descansados”. Pero la realidad suele ser muy diferente. Muchos padres descubren, después de intentarlo, que el plan termina siendo una pesadilla.

Los niños pueden tener problemas para conciliar el sueño en un espacio reducido, rodeados de ruido y movimiento y con la excitación típica del viaje. Al final, lo que empieza como una estrategia para ahorrar tiempo termina en agotamiento general: el niño cansado e irritable y los padres igual, o peor.

11. Ir solo a lugares turísticos

Ya lo dice el dicho: “Donde va Vicente va la gente”; y es innegable que los lugares icónicos son imperdibles. Pero los mejores recuerdos muchas veces están en el callejón de al lado. Es en ese pequeño bar sin nombre donde probaste el mejor café del viaje, o en esa tienda escondida donde un artesano local te contó su historia. El alma de un lugar está en esos sitios perdidos, secretos o alejados de los folletos turísticos. Caminar sin rumbo, salir del mapa, ahí está la clave de un viaje inolvidable.

12. Comprar souvenirs en las típicas tiendas para turistas

Este puede ser uno de los errores más comunes (y caros) al viajar. Las tiendas de souvenirs que están al lado de monumentos famosos o en las calles más emblemáticas y céntricas de una ciudad suelen tener los precios inflados y además ofrecen productos que no siempre reflejan verdaderamente la autenticidad del lugar.

Aunque resulte tentador y más fácil comprar allí, lo mejor es alejarse unos 10 o 15 minutos caminando; a esa distancia, seguramente encontraremos lo mismo (y hasta mejores cosas) a precios más bajos.

Cuéntanos, ¿cuál fue tu último viaje? ¿Has cometido algún error, descuido u olvido que ahora sí recuerdes? 🌍🚀

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