12 Hábitos diarios que podrían estar envejeciendo tu piel sin que lo sepas

Salud
Hace 1 semana

El envejecimiento de la piel no es solo cuestión de edad, sino también de nuestros hábitos diarios. No usar protector solar, no hidratarnos correctamente o exponernos constantemente a la contaminación pueden hacer que la piel pierda juventud más rápido de lo que pensamos. De hecho, hasta un 80% del envejecimiento cutáneo está ligado al estilo de vida. No es casualidad que muchos millennials parezcan envejecer más lento: han adoptado rutinas de cuidado más conscientes y acuden a especialistas en lugar de seguir consejos al azar. La buena noticia es que con algunos ajustes en nuestra rutina, podemos ayudar a que nuestra piel se mantenga saludable, firme y luminosa por más tiempo. Aquí te contamos cuáles son esos errores comunes y cómo corregirlos.

1. No protegerse del sol

Una de las principales causas de envejecimiento prematuro en la piel es la exposición solar sin protección. El sol no solo deshidrata, sino que afecta a tu piel. Protégela todos los días, no solo cuando vayas a la playa. Hay muchas formas de protegerse: usar protector solar resistente al agua y sudor de al menos 30 FPS, sombrillas de preferencia con protección UV, lentes o gafas de sol para evitar las famosas patas de gallo por entrecerrar los ojos y el efecto del sol, y vestir con gorros y ropa que cubran gran parte de tu cuerpo. ¡Ahora existe ropa especial con protección UV!

2. No hidratarse lo suficiente

Beber agua es esencial para el funcionamiento correcto de la piel, una hidratación deficiente o inadecuada puede llevar a una piel seca y con poca elasticidad, favoreciendo la aparición de arrugas. Evita estar mucho tiempo bajo el sol y limita tu consumo de bebidas que deshidratan tu piel, como el café, el agua siempre será tu mejor aliada. En adición, puedes usar productos que contengan ceramidas o ácido hialurónico que humectarán tu piel, es decir, ayudan a mantener la hidratación.

3. Dormir mal o poco tiempo

El sueño es importante para el crecimiento y la renovación de múltiples sistemas fisiológicos. La falta de sueño de calidad puede acelerar el envejecimiento celular y afectar la apariencia de la piel. Un estudio indica que la mala calidad crónica del sueño se asocia con mayores signos de envejecimiento intrínseco, disminución de la función de barrera de la piel y menor satisfacción con la apariencia. Mientras que otro estudio concluyó que el brillo, la descamación, la transparencia, la elasticidad y las arrugas de la piel se agravaron significativamente tras 1 día de privación de sueño. ¡Trata de dormir tus 8 horas completas y podrás notar cambios favorables!

4. Estresarse

Sabemos que el estrés afecta en muchos aspectos de la salud, pero ¿sabías que el estrés aumenta la producción de cortisol, afectando la elasticidad de la piel y acelerando su envejecimiento? El cortisol bloquea dos sustancias, la hialuronano sintasa y el colágeno, dos componentes clave para una piel firme y luminosa. Intenta realizar actividades relajantes. ¿Qué tal probar clases de yoga o dedicar unos minutos al día a la meditación? Tu piel (y tu mente) te lo agradecerán.

5. No cuidar la alimentación

Lo que comes se refleja en tu piel. Una dieta rica en azúcares y alimentos procesados puede acelerar la aparición de arrugas y flacidez. Esto ocurre por un proceso llamado glicación, donde las moléculas de azúcar dañan el colágeno y la elastina, reduciendo la firmeza de la piel y favoreciendo la aparición de líneas de expresión y manchas oscuras. Si quieres una piel joven por más tiempo, reducir el azúcar es clave. Opta por una alimentación rica en frutasverduras frescas, aporta antioxidantes, cuyo efecto antiedad ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.

6. Aplicarse productos de forma inadecuada

El uso incorrecto de productos puede irritar la piel y acelerar su envejecimiento. Exfoliarse con mascarillas, cremas o láser muy seguido puede poner en peligro la barrera cutánea y provocar daños a largo plazo. También, debes usar productos según tu edad, pues las necesidades no son las mismas a los 20, cuando se busca hidratación y prevención, que a los 40 o 50, cuando los ingredientes antiedad como el retinol se vuelve clave. Además, mezclar activos sin conocer su compatibilidad o aplicarlos en el orden incorrecto puede reducir su efectividad e incluso irritar la piel, primero van los más ligeros, como los sueros, y luego las cremas más densas.

7. No usar o consumir colágeno

Conforme pasa el tiempo perdemos colágeno, una proteína que contribuye a darle firmeza y flexibilidad a la piel, lo que puede provocar aparición de arrugas al aumentar la flacidez y el adelgazamiento de la piel. El uso de suplementos de colágeno, su consumo en alimentos como la gelatina o fresa, o su aplicación tópica puede contribuir a reducir o retrasar el envejecimiento de la piel. ¡Por algo el colágeno es el rey de la industria antienvejecimiento!

8. Descuidar la limpieza o no hacerse una doble limpieza

La mayoría de las mujeres admite que duermen con maquillaje, no limpian su rostro luego de hacer ejercicio o no cambian la funda de su almohada con frecuencia. Una limpieza inadecuada permite que la suciedad, el exceso de grasa y los contaminantes se acumulen en la piel, obstruyendo los poros y debilitando su barrera natural. Incluir en tu rutina una doble limpieza, que combina un limpiador a base de aceite para retirar el maquillaje y protector solar, seguido de uno acuoso para eliminar el sudor y la suciedad, ayuda a mantener la piel fresca y saludable.

9. Tocarse la cara

Tocarse la cara es un hábito inconsciente que ocurre hasta 800 veces al día, pero puede acelerar el envejecimiento de la piel. Al hacerlo, transferimos suciedad, grasa y bacterias, lo que provoca inflamación, acné y daños en la barrera cutánea, especialmente en zonas delicadas como el contorno de ojos. Reducir este hábito puede ayudar a mantener la piel más firme y saludable por más tiempo.

10. Usar toallas ásperas o frotar mucho la piel

Secar la piel con toallas ásperas o frotarla vigorosamente puede comprometer su barrera protectora, provocando irritación, sequedad y sensibilidad. Este daño facilita la pérdida de humedad y aumenta la susceptibilidad a factores externos, haciendo que tu piel se reseque y se descame. Es recomendable utilizar toallas suaves y secar la piel con ligeros toques en lugar de frotarla.

11. Vivir o estar en ambientes contaminados

La contaminación atmosférica no solo afecta la salud, sino también la piel. La exposición constante a partículas contaminantes acelera la inflamación cutánea, favoreciendo la aparición de arrugas y manchas. Además, estudios recientes han demostrado que la combinación de polución y radiación UV potencia aún más el envejecimiento prematuro. Incluso el ozono troposférico se ha relacionado con la formación de arrugas de forma independiente. Con el cambio climático y el aumento de la contaminación, proteger la piel con antioxidantes y una buena limpieza diaria es más importante que nunca.

12. Descuidar la piel en otras zonas del cuerpo

¿Nunca has notado personas con el rostro muy cuidado, pero con las manos, el cuello y el escote visiblemente envejecidos o manchados? La mayoría de personas suele preocupase solo por cuidar la piel del rostro, olvidando que el envejecimiento afecta todo el cuerpo. Un buen hábito es extender los productos del rostro a estas zonas o usar fórmulas específicas para su cuidado. ¡Algunas incluso incluyen protector solar para un cuidado extra!

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