18 Personas compartieron cosas sabias que llegaron a comprender con los años

Visitar Turquía, aunque sea una sola vez, te hace sentir el colorido local. Este es un país de deliciosa comida, atardeceres coloridos y adorables gatos. Pero, ¿qué sabemos sobre las costumbres diarias de la población local? Algunas de ellas pueden dejar a los turistas boquiabiertos. Al final del artículo, te espera un bono sobre lo que puede suceder en un restaurante turco.
En Turquía, la gente está acostumbrada a vivir en el presente. Planificar, seguir horarios estrictos, vivir a un ritmo frenético, eso no es para ellos. Desde fuera, puede parecer que no tienen nada que hacer: beben té, se calientan al sol y chismorrean sobre los vecinos. Esta actitud se extiende también al mundo de los negocios: si no hay clientes, no importa. Nadie presiona a los empleados, exige cumplir con un plan o amenaza con despidos. La contrapartida de esta actitud zen hacia la vida es la impuntualidad. Acordar una cita con antelación puede ser complicado, y llegar tarde se considera algo normal.
Divorciarse en Turquía no es sencillo, ya que el proceso puede ser muy largo. Si los cónyuges no pueden llegar a un acuerdo sobre la división de bienes o la custodia, o si uno de ellos no quiere separarse, el procedimiento puede durar hasta cinco años. A menudo, las audiencias judiciales se posponen y se programan para meses más tarde.
No es ningún secreto que en este país se trata a los niños con mucho cariño. Sorprende a los visitantes ver que se mece a los bebés con los pies en lugar de en brazos. En lugar de llevar al niño en brazos durante horas, se coloca al bebé en una almohada sobre las piernas extendidas y se le mece suavemente con los pies. Este método realmente permite que el niño se duerma rápidamente, mientras las manos quedan libres para hojear una revista o pelar semillas.
Si planeas casarte con un turco, debes saber que tendrás que despedirte de tu nombre. En las familias turcas, los esposos se llaman entre sí con palabras como “aşkım” (mi amor), “güneşim” (mi sol), “canım” (mi alma), “meleğim” (mi ángel) y otros epítetos cariñosos, pero nunca por su nombre. Se considera que el nombre se utiliza para dirigirse a amigos o conocidos, mientras que el esposo y la esposa son personas más cercanas y no necesitan esas formalidades.
Postre “Ombligos de mujer”.
En Turquía, hay muchos platos cuyos nombres hacen reír incluso a los propios turcos. Si ves en el menú delicias como “Ombligos de mujer”, “Montaña de los infieles” o “El imán desmayado”, no dudes en pedirlos: saciarás tu apetito y mejorarás tu humor.
La mayoría de las mujeres turcas viven únicamente para limpiar y mantener la casa impecable. No importa cuánto te esfuerces en fregar suelos y paredes, un verdadero turco siempre encontrará algo que criticar. Una chica que se casó con un turco se quejaba en su blog: “Hasta ahora, me consideraba muy limpia. Hasta que empezaron a señalarme las gotas en el grifo del fregadero. Cuando nos quedamos unos días en casa de la madre de Tarik, cada día comienza con la limpieza. La pintura de la casa está descascarada, desayunamos en el suelo, la ducha gotea, pero la limpieza es lo primero”.
En Turquía, no es costumbre entrar en casa con zapatos. Se quitan antes de entrar, generalmente dejándolos en el portal o en la calle. En cada casa turca siempre hay varios pares de tenis para los invitados, pero también puedes traer las tuyas. Este comportamiento no sorprenderá a nadie.
Viajar a diferentes países es como un soplo de aire fresco. Recientemente, escribimos sobre cómo viven las personas en los Países Bajos. Y también amamos Japón con todo el corazón, ya que este país parece de otro planeta.