14 Historias en donde aplica la frase: “Con esos padres, ¿para qué quieres enemigos?”

No todos tienen el don de ser buenos padres. Algunos no solo no se esfuerzan por amar y educar a sus hijos, sino que parece que hacen todo lo posible para no recibir ni siquiera un vaso de agua en su vejez.

• Recientemente fui a visitar a mi mamá. Estábamos sentadas conversando cuando salió el tema de la cocina. Le comenté que a mi esposo le daba igual si había comida en casa o no; si hacía falta, él mismo cocinaba, pedía a domicilio o íbamos a un restaurante. Ambos trabajamos y ambos nos cansamos. Ante esto, mi mamá empezó a gritar y a indignarse: “¡Con tu papá no era así! Cuando él llegaba de un viaje, tenía que haberle preparado el primer plato, el segundo y hasta el jugo. Por eso me iba al mercado y cargaba con todo para cocinarle”. Le pregunté qué tenía que ver eso conmigo. No obtuve una respuesta coherente, pero se notaba que era resentimiento y envidia. Papá lleva diez años muerto, pero constantemente me echa en cara lo terrible que soy, según ella.

• Mi hermana le prometió a su hijo de 10 años que iría a un campamento de verano. El niño vivía emocionado con el viaje, le contaba a todos lo feliz que estaba y contaba los días en el calendario. Mi hermana cambió de opinión, aunque el costo del campamento era mínimo y ni siquiera dio una razón.
• Tenía 25 años. Nos detuvimos junto a un lago de montaña sobre el cual el guía turístico contó una historia de que quien se lavara con esa agua rejuvenecería y embellecería. Las mujeres del autobús corrieron a lavarse, yo me quedé sentada. Mi mamá me dijo: “Lávate también, a ver si te pones bonita”. Le respondí que ya era bonita. Debería haberle dicho que me envidiara en silencio.
• Una señora venía a nuestra cafetería todos los días, a veces varias veces al día. Siempre pedía un frappuccino gigante con jarabes adicionales y porciones de espresso. A menudo, también pedía bollería y sándwiches. Su bebida costaba 7 dólares y todo junto alrededor de 15. Su hijo siempre venía con ella, pero nunca le pedía nada porque “era demasiado caro”. El chocolate caliente para niños costaba 2.75 dólares. © Unknown author / Reddit

• Visité a mi mamá y ella estaba conversando con una amiga. Empezó a preguntar si mi novio podría recogerlas de la casa de campo en coche, ya que “de todas formas está de paso”. Le expliqué que él llegaría tarde a casa, alrededor de las 9 o 10 de la noche, y que la casa de campo estaba a 15 km de la ciudad por un camino feo. Mi mamá empezó a presionarme, diciendo que mi papá siempre llevaba a todos. Enfurecida, le expliqué que después de tres días de trabajo físico y un largo viaje, hacer que alguien conduzca más es inhumano. Si tanto quiere pasear en la casa de campo, puedo llamar un taxi. Al final, mi mamá se ofendió porque soy una mala hija, aunque solo le negué una vez: cada año la llevamos a la casa de campo y de regreso.
• El diario de mi amiga fue leído por toda su familia durante una celebración. Cuando llegó a casa, los encontró riéndose de cada página. Cuando pidió que se lo devolvieran, se burlaron y se rieron. Tenía 10 años. Solo su abuelo materno la defendió, le devolvió el diario y regañó a los demás. Su madre no le habló durante una semana: “¡Eres una niña malcriada y caprichosa, has hecho que enfadé con mi papá!”

• Mi madre nos echó de casa a mi hermano y a mí cuando cumplimos 18 años, diciendo que los hijos adultos no deberían vivir con los padres y que debíamos trabajar y no vivir de ellos. Esto a pesar de que ella vivió a expensas de sus maridos durante 30 años. Ahora, tras la muerte de su segundo esposo, casi sin dejarle herencia, decidió mudarse conmigo, prometiendo ayudar con mi hijo de 2 años. Me negué. Resulta que antes de venir a mí, vivió un tiempo con mi hermano. Acordaron que ella ayudaría con los niños, pero en lugar de eso, fue grosera con su esposa, se comportó con arrogancia y los enfrentó entre sí. Y cuidaba a los niños tan mal que uno desarrolló un sarpullido por el pañal porque ella esperaba horas para que la esposa de mi hermano lo cambiara. © DifferenceUnique3618 / Reddit
• Mi madre adoraba hacerme llorar, creo que era su forma de controlarme. Después de tres años consecutivos sintiéndome al borde de un colapso nervioso en mi cumpleaños por su culpa, le dije a mi padre que quería pasar al menos un cumpleaños sin hablar con ella. Bastaba con no contestar el teléfono, ya que vivo en otro país. Mi padre se enfadó y me llamó desagradecida, patética, dijo que lo había decepcionado. Me dijo que lamentaba que estuviera viva. Simplemente colgué el teléfono, sin decir nada más. Bloqueé sus números y direcciones de correo, eliminé mis redes sociales. Con el tiempo, le agradezco por decirme todas esas cosas horribles, ya que me di cuenta de lo mucho mejor que es la vida sin mis padres. © CrazySnekGirl / Reddit
• Durante años no me di cuenta de que era anormal sentir ansiedad simplemente al escuchar la puerta de la entrada abrirse. Día tras día sentía esto cada tarde, cuando mi madre volvía del trabajo. © LimitlessTheTVShow / Reddit

• Elegía mi vestido de novia y de repente me di cuenta de que solo miraba vestidos holgados y totalmente cubiertos porque no quería que mi padre hiciera comentarios groseros sobre mi apariencia en la boda. La idea de que él me llevara al altar me ponía físicamente mal. Y pensé: “No lo invitaré”. Así lo hice, y mi esposo y yo caminamos juntos al altar. No he hablado con mi padre desde 2019, y mi vida es mejor. © ShlugLove / Reddit
• Mi hijo en la escuela primaria tenía un amigo que le gustaba quedarse a dormir en nuestra casa durante las vacaciones escolares. No me importaba, pero siempre le pedía que llamara a su madre para pedir permiso. Después de que su amigo se quedara nueve días seguidos, decidí llamarla para confirmar, y ella me gritó: “¡Él ya me llamó y le dije que sí!”. Pero lo que más me sorprendió fue que ella me dijo directamente que estaba convencida de que su hijo tomaría un mal camino. Y el niño era bastante obediente, solo le faltaba una rutina diaria, ya que en su casa reinaba el caos. © femsci-nerd / Reddit

• Mi madre siempre gritaba si cerraba la puerta de mi habitación o usaba la cortina en la ducha. Pero el circo no terminó cuando me mudé. Una vez vino de visita y, estando aún en la entrada, preguntó:
  — ¿Qué escondes de mí? Resulta que notó dos pequeñas manchas de polvo en una estantería dejadas por mis zapatos de pole dance. Siempre los guardaba antes de su llegada para evitar un escándalo tipo “te vas a romper una pierna”. Por supuesto, tras la primera pregunta, vinieron 125 más sobre “¿No confías en tu madre?”
• Le pedí a mi madre que hiciera un pastel para el cumpleaños de mi hija. A ella le encanta el pastel de su abuela. Me gusta cómo cocino, pero tengo una terrible náusea y cocinar ahora es un suplicio. La abuela aceptó, tomó el dinero para los ingredientes, pero al llamarla el día antes del cumpleaños para preguntar cómo iba el pastel, me dijo que se había ido a la casa de campo con sus hermanas, tenían una parrillada y no iba a hornear nada. Dijo: “Arréglenselas ustedes mismos”. Me quedé perpleja: tenemos la tradición de soplar las velas por la mañana y ya era tarde para comprar un pastel en la tienda. Empecé a hornear, pero me sentí mal. La ayuda llegó de donde no esperaba: mi esposo volvió del trabajo, vio mi sufrimiento, se cambió de ropa, se lavó las manos, me echó de la cocina y siguiendo una receta de internet, horneó un pastel para nuestra hija. Fue su primera vez horneando. El pastel quedó delicioso y a mi hija le encantó.

Hay situaciones en las que ya no se pueden tolerar las acciones de los familiares. Los protagonistas de esta historia compartieron lo que puede ser la gota que colme el vaso en las relaciones con los seres queridos.