15 Personas que salvaron a un animalito y se ganaron un amigo para toda la vida

Historias
hace 4 años

La indiferencia es peor que la crueldad, porque la crueldad es rara y la indiferencia es común. Esta fue la reflexión de los clásicos de la literatura del siglo XIX, y desde entonces, poco ha cambiado en la sociedad. Hoy en día, una persona también es juzgada por su actitud hacia las mascotas, aquellas que se encuentran en una situación difícil. No ser cruel es la mitad del trabajo; ayudar, si tienes la posibilidad, es la otra mitad.

Genial.guru se conmovió con las historias en las redes sociales sobre personas que no fueron indiferentes ante la injusticia. Queremos que nuestros lectores también las conozcan. Al final del artículo, encontrarás una breve historia sobre cómo una niña pequeña conoció a una persona sin hogar.

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En el único mercado de nuestra ciudad, durante varios meses, desde el verano y hasta la temporada fría, había un perro con pelo muy enredado al que le costaba trabajo moverse.

Resultó que mi mamá fue la única que le prestó atención: nos lo llevamos, tratamos de cortar su pelo, pero no se pudo; existía un gran riesgo de dañar su piel. El pelo estaba enredado como si estuviera pegado a su cuerpo. Lo llevamos al peluquero canino, él arruinó varias de sus herramientas, pero lo logró. Incluso nos dio un descuento por que habíamos adoptado al perrito y habíamos hecho una buena acción. ¡El perro se veía tan bonito, incluso olía a perfume perruno!

Después, cuando paseábamos por la ciudad, todos lo admiraban constantemente: “¡¿De dónde sacaron a este guapo?!”. ¡De aquí mismo! El 90 % de las personas lo vieron, pero nadie hizo nada.

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Me dedico a rescatar animales vagabundos. Adoptan rápido a los bonitos, limpios y cepillados. Pero, evidentemente, los animales con lesiones no son tan bonitos. Gracias a Dios, mis finanzas me permiten mantener este ejército. Ahora, en casa me reciben unos lindos gatitos: con un ojo, sin una oreja, dos gatos que tienen 3 patas, dos gatos sin cola, una gata ciega, otra gata sin pelo (su cuerpo está lleno de quemaduras) y un vagabundo en silla de ruedas. ¡Mis favoritos, más queridos y tan bonitos!

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Soy una fanática del café. Entre los recreos de las clases, voy a una cafetería. Un día, me fijé en dos adolescentes que estaban pateando un gorro o guante. “Algunos no tienen nada que hacer: no tienen prisa ni para ir a clase, ni al trabajo”, pensé y seguí caminando. ¡Y luego, “el guante” hizo un sonido! ¡Me volteé y me puse tensa! ¡No era un guante, era un cachorro o un gatito! No puedo ver cómo maltratan a los animales y más aún si son pequeños.

— ¿Por qué están torturando a ese animalito?
— ¡Nadie te ha preguntado, chica!
— ¡¿Para qué lo pateas?! ¿Te puedo hacer lo mismo?
— ¿Quién? ¿Tú? — sin decir más, sentí un golpe en el hombro.

En pleno día, en la calle central de la ciudad, las personas tienen mucha prisa, estos pequeños sinvergüenzas estaban entretenidos y nadie les prestó atención. A excepción de una tonta como yo. En mi cara se nota que no crecí con chicos. El más pequeño de los bribones golpeó primero mi oreja y mi gorro salió volando. Dejé de hablarles cortésmente. El ofendido me gritó. El otro me dio un golpe en el estómago.

No quiero ni pensar en cómo habría terminado, si no fuera porque un hombre corpulento me ayudó. Los chicos salieron corriendo y el hombre me ayudó a levantarme. Al acercarme, vi que era un cachorro de Yorkshire terrier.

Llevé al cachorro al edificio universitario bajo mi abrigo. Lo lavé en el cuarto de baño, lo envolví en un suéter. A mi alrededor se juntaron estudiantes en el pasillo. ¿Sabes qué fue lo que más me sorprendió? Sus frases: “Aaah, yo vi cómo lo estaban pateando”, “¿Eso era lo que estaban pateando?”, “Míralo, es de raza, pensé que era uno sin raza”, “Ayy, ¿me lo puedo llevar a mi casa?”.

Veterinario: “Tiene lombrices, rotura de cola en varias partes, mucosidad excesiva. Unos dos meses para su recuperación, es muy pequeño todavía. Lo vamos a curar”.

A este pequeño “guante” lo llamamos Pirata. Es solo un mes menor que mi perro grande. Es un cachorrito valiente. No me gustan los perros pequeños, pero Pirata es un perro audaz en el cuerpo de un pequeño “guante”.

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Salvamos a unas pequeñas ardillas al último minuto. Una iba a ser la cena de unos gatos, otra el desayuno de unos perros. Son demasiado pequeñas para regresar a casa sin sufrir por otros animales. © henlodan

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Le permití a mi hijo adoptar un gato del refugio. El gato era tímido. Le pregunté a mi hijo por qué eligió a este gato. Él me respondió que este le pareció especial. © aspencer80 / imgur

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Mi mamá entró al refugio de animales y gritó: “¿Quién quiere ser mi gato?”. Y Gomez, un gato siamés, fue el único que comenzó a maullar como loco. Estuvo con nosotros durante 9 años. Fue el gatito de mi infancia y siempre lo recordaré. © MissShayla

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Vivimos en una zona de casas privadas en los suburbios. Ayer, mis hijos y yo fuimos a tirar la basura, y cuando íbamos de regreso, nos encontramos a nuestro vecino:

— ¿No han visto a los gatitos allí?
— No, ¿dónde?
— Estaban en una bolsa, maullando. La rompí y estaban allí.

Regresamos y encontramos la bolsa. Mis hijos me preguntaron: “¿Mamá, por qué les hicieron eso?”. Tirar así a dos criaturas que no tienen nada de culpa, como si fueran basura vieja. No sé qué les pasa a las personas, ni siquiera les pude responder a mis hijos.

Yo crío e incubo gallinas, mi esposo me llama en broma “la mamá de los pollitos”. Ahora soy la “mamá de los gatitos”.

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Durante mucho tiempo, sufrí de pesadillas. No sabía qué hacer. Hace poco, rescaté un gato: lo bañé, curé sus patas heridas y le di de comer. El gato es completamente negro, peludo y tiene unos ojos verdes, pero con carácter... Odia a todo el mundo, pelea y muerde. Solo se deja acariciar por mí y duerme solo conmigo, o más bien, encima de mi cabeza. Se acuesta de tal manera que rodea mi cabeza como si fuera un gorro. Lo más sorprendente fue que dejé de tener pesadillas, pero mis familiares se ríen de nosotros. Ahora tengo un atrapador de sueños viviente.

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Encontramos a nuestra gata bajo un techo durante una tormenta de nieve. Cuando la vimos, prácticamente estaba congelada. Ahora, después de un año, ¡ella ama la nieve! Mi novio tenía una gata que murió. ¡La nueva se parece mucho a ella! ¡Ella es perfecta para nuestra pequeña familia, nuestra gatita linda! © agarci_0504

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En nuestro vecindario viven muchos gatos callejeros. En el invierno, mi esposa hace casitas especiales para que no se congelen. © Cabalagent1

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Mi amigo se llevó a este chiquito de un refugio, esta foto es todo lo necesitamos ver hoy. © themindmd / Reddit

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Mi amiga adoptó un gato y se dio cuenta de que a este le costaba trabajo acostumbrarse a su nueva casa. Por eso, ella simplemente decidió acostarse y dormir cerca de él en el suelo, en el lugar que él escogió. © Abortivora

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Hoy comencé a llorar en el refugio de animales porque una gata me abrazó y puso su carita en mi cuello. © Flowwwerr / Reddit

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Hace unos días fue el Día del Gato Negro, y recordé que la gente casi nunca quiere adoptar gatos negros de los refugios. Mi esposa y yo “adoptamos” a esta niña de 7 años como nuestra primera gata. ¡Es maravillosa! © KevdogFTW

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Un niño ruso de 9 años, Pavel Abramov, dibuja retratos de animales, pero no los vende. Los cambia por comida y medicamento para animales que luego dona a los refugios. Una pequeña persona con un gran corazón.

Bono: “A mi hija de 3 años se le acercó una persona que no tenía hogar. Olía mal y estaba sucio. Ella tocó su rostro y le dijo: ’Todo está bien’. Este hombre lloró, le agradeció y se bajó en la siguiente parada”

La vida de toda criatura viva es valiosa. Vale la pena recordar que, a veces, es importante no ser indiferente. ¿Alguna vez has escuchado o experimentado una historia de rescate de un animal?

Imagen de portada aspencer80 / imgur

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Preciosa a historia del niño tímido y el gato de refugio

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