15 Tips para orientarte cuando no sabes cómo comenzar en terapia

Psicología
hace 4 horas

¿Estás pensando en agendar una cita con el psicólogo o ya tienes una en puerta? Es completamente normal sentir nervios antes de la primera sesión de terapia. Después de todo, abrirse emocionalmente ante alguien que no conoces puede ser intimidante. Además, es común que surjan dudas que aumenten los nervios, como: ¿de qué vamos a hablar?

Si te identificas con esta situación, te presentamos 15 consejos que te ayudarán a resolver esa incógnita con una guía para que sepas de qué hablar en tu primera sesión, así te sentirás con tranquilidad y confianza.

¿Qué esperar de la primera sesión?

Una de las ideas erróneas más comunes que existen alrededor de la terapia es que el terapeuta se encargará de resolver todos tus problemas, sin embargo, su labor no es decirte qué hacer ni mucho menos señalar errores. En su lugar, un psicólogo o profesional de la salud mental, será un guía que te ayude a redirigir la atención hacia ti mismo, de forma que puedas tener una mejor comprensión de tu persona, tus elecciones, tus emociones y de cómo puedes mejorar tu bienestar mental.

Tu primera sesión será en gran parte una entrevista. Tu terapeuta te hará algunas preguntas sobre tu historia personal, cómo afrontas los desafíos cotidianos, síntomas y preocupaciones, así como las motivaciones que te hicieron tomar la decisión de buscar ayuda psicológica y establecer objetivos a seguir sesión con sesión.

Este momento será clave y es una buena oportunidad para evaluar si el terapeuta que elegiste es la mejor opción para ti, pues lo más importante es que te sientas cómodo durante tu proceso.

¿De qué hablar en terapia?

Antes de comenzar, debes tener en cuenta que cada sesión en terapia será distinta para todas las personas, pues cada una es personalizada, así que en realidad puedes comenzar hablando de cualquier cosa que llegue a tu mente.

Por lo general, en este primer encuentro, los psicólogos directamente hacen algunas preguntas relacionadas a tu estado emocional actual para guiar la conversación como: ¿Cómo estás? O ¿Qué te trae por aquí? Sin embargo, para ayudarte a encontrar algunos puntos de partida, estos son algunos de los temas que puedes tratar en la primera sesión:

  • Tu día a día: puedes comenzar hablando sobre lo que hiciste ese día o lo que normalmente haces durante la semana, resaltando algunos puntos como aspectos que te gustaría cambiar de tu rutina, circunstancias que te han generado estrés o malestar o cómo te relacionas con las personas que forman parte de tu vida diaria. Esto ayudará a tener una mejor comprensión de ti y tu contexto.
  • Tus emociones: la terapia es también un camino de sanación y autodescubrimiento. Hablar sobre cómo te has sentido últimamente puede ser un gran punto de partida para conocer mejor tu estado emocional actual. Para llegar a ello, puedes preguntarte a ti mismo qué es lo que te hace feliz, molesto o triste en este preciso momento de tu vida.
  • Tus pensamientos: un buen punto de partida es explorar tus pensamientos, especialmente aquellos que se repiten con frecuencia o que has notado que te generan malestar. En este sentido, puedes incluir preocupaciones actuales, recuerdos, ideas sobre ti mismo y todos aquellos pensamientos repetitivos que siempre llegan a tu mente.
  • Tus relaciones: hablar sobre tus relaciones personales, ya sea familiares, románticas o de amistad, puede ayudar a entender mejor cómo te afectan y a detectar si existen situaciones no resueltas que se podrían trabajar. Puedes comenzar preguntándote a ti mismo: ¿Me cuesta abrirme con los demás? ¿Me siento apoyado en mi entorno? ¿Qué desearía que los otros hicieran por mí?
  • Cambios y retos de vida: la vida está llena de cambios, y muchas veces es eso lo que nos lleva a querer tomar terapia. Cualquier transición es importante, desde un cambio de gimnasio hasta un nuevo empleo o una mudanza. Incluso los cambios más positivos pueden despertar emociones inesperadas en nosotros y qué mejor que la terapia para explorarlas.
  • Eventos difíciles del pasado: si bien es común centrarse en el presente durante las sesiones, explorar el pasado también es fundamental para comprender nuestras emociones, sentimientos y patrones de comportamiento. Adentrarnos en nuestras experiencias pasadas no resueltas es un tema relevante, pues en muchas ocasiones influye en cómo afrontamos la vida en la actualidad.
  • Tus razones para buscar terapia: en tu primera sesión darle respuesta a qué te llevó a dar ese paso puede darle al terapeuta un panorama general de un problema en específico, una emoción persistente o simplemente la motivación que sientes por crecer personalmente y conocerte mejor. Además, abordar tus motivos también ayudará a enfocar las sesiones en lo que realmente necesitas.
  • Tú y tu historia de vida: compartir detalles sobre tu persona, tus intereses y tu historia de vida ayudará a que tanto tú como tu terapeuta puedan indagar en el contexto de tus emociones y experiencias para tener una mejor comprensión de ellas. No tienes que contar todo de inmediato, pero sí ofrecer una visión general.

Qué evitar hacer:

  • Ponerte una barrera emocional: la terapia solo funcionará si te permites participar activamente en el proceso. Aunque algunos temas son difíciles de abordar, lo mejor es tratarlos poco a poco en vez de evitarlos. Abrirse puede ser sumamente retador al principio, pero con el tiempo, confiar en tu terapeuta y compartir tus pensamientos y emociones, hará que las sesiones sean más efectivas.
  • Mentir: el consultorio de un profesional de la salud es un lugar seguro en el que puedes permitirte ser completamente honesto y sin temer a ser juzgado. Sin embargo, muchas personas llegan a minimizar sus problemas u ocultarlos. Mentir en tus sesiones podría retrasar tu progreso, así que ser honesto hará que el proceso sea más efectivo y además tendrás más herramientas para resolver lo que te aqueja.
  • Hacerle preguntas personales a tu terapeuta: es completamente normal sentir curiosidad por la persona con la que estás compartiendo tantos aspectos íntimos de tu vida, pero recuerda que este es un espacio para ti, y que los profesionales deben mantener límites claros para garantizar que la relación entre ambas partes se centre en tu bienestar y comodidad.

Qué sí hacer:

  • Reflexiona sobre ti y tus comportamientos: la terapia no solo se trata de hablar, sino de desarrollar una mayor autoconciencia. Debes saber que después de tus primeras sesiones, tu terapeuta te hará cuestionar algunos comportamientos y patrones de pensamiento, que te inviten a hacer cambios en tu vida y tener una perspectiva diferente.
  • Sé amable y paciente contigo: llevar un proceso terapéutico puede llegar a ser emocionalmente intenso y es normal que en las primeras sesiones experimentes emociones abrumadoras, pero siempre recuérdate a ti mismo que la decisión que tomaste fue valiente y que estás haciendo un gran esfuerzo para trabajar en tu bienestar. Siempre ten en mente que tu proceso de crecimiento no será lineal y que cada paso que des, por pequeño que sea, es un avance significativo.
  • Lleva un diario: intentar llevar un diario te ayudará a aplicar lo que abordas y aprendes en el consultorio, prestando atención a tus emociones y comportamientos. En él puedes registrar tus pensamientos y sentimientos, así como los desafíos que has enfrentado y cómo lo has hecho. Después podrás leerlo y darte cuenta de todo el progreso que has logrado.
  • Dale tiempo a la terapia: quizá la primera sesión no sea tan transformadora como lo esperabas, pero eso está bien y es completamente normal, pues la terapia es un proceso que requiere de tiempo y compromiso. No dejes que el no ver avances inmediatos te desanime, pues conforme avances en las sesiones, comenzarás a notar cambios y a obtener herramientas valiosas para tu día a día.

Dar el primer paso hacia la terapia es sin duda un acto de valentía y autocuidado. Si bien la primera sesión puede ser desafiante, también es el inicio de un viaje de transformación. Recuerda que no estás solo en este proceso y que cada sesión es una oportunidad para conocerte mejor y fortalecer tu bienestar emocional.

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