16 Historias sobre personas tacañas cuyo lema de vida es “¡Ay, olvidé la cartera en casa!”

Historias
hace 2 años

El hábito de planificar los gastos es algo bueno. Pero algunas personas no siempre consiguen detectar la fina línea que separa el ahorro de la avaricia. Así es como nacen las historias sobre los tacaños que, teniendo cama, duermen en el suelo, y de la gente que siempre está dispuesta a enriquecerse a costa de los demás.

  • Una vez, trabajé en una pequeña empresa: éramos ocho personas en la oficina. Nuestro director celebraba su cumpleaños y decidió organizar una fiesta en una cafetería con su propio dinero. Todos pidieron básicamente un platillo de comida principal y un té o café. Pero hubo un colega que pidió casi todo lo que había en el menú, y estos no eran platillos sencillos. Por supuesto, no fue capaz de comerlo todo, solo probó un poco de cada plato. Creo que todos nos morimos de vergüenza ajena ese día.
    Más tarde, se jactó ante un conocido de la cantidad de “regalos” que recibió de arriba, y se reía de sus colegas, que habían sido tan tontos como para llevarse solo una ensaladita cada uno. Al final, nuestro jefe sacó sus conclusiones y no volvió a hacer más “bufés” de este tipo. © VLuki / Pikabu
  • Mi padre me regañó una vez por encender los limpiaparabrisas del coche cuando llovía mucho. Según él, así se desgastaban muy rápidamente. © Gossip_Man / Reddit
  • ¿Sabes lo que es la codicia? Es cuando tienes una membresía ilimitada en un salón de bronceado y, con un calor de 29 grados, primero vas por ese bronceado “falso” y solo después sales a tomar el sol. ¡Todo porque te mueres si no justificas el dinero invertido y no “exprimes” la membresía al máximo! © Oído por ahí / Ideer
  • Mi suegro es un hombre muy rico. Un día, lo vi llenando de agua un frasco de kétchup vacío. Le pregunté: “¿Qué está haciendo?”. Hubo una pausa.
    “Todavía queda algo”, dijo con vacilación. Resulta que mi suegro siempre limpia con agua las últimas gotas de condimento del recipiente y luego lo añade a los platillos. Puedo entender que la gente haga eso con el champú. Pero, ¿qué sentido tiene verter agua de kétchup sobre la comida? Es desagradable. © Lucas Gavin Hawking / Quora
  • Conocí a una mujer que abría los tubos de pasta de dientes vacíos para raspar lo que quedaba ahí. Y también a un hombre que, por decirlo suavemente, se duchaba de una manera original: abría el grifo para mojar rápido su cuerpo, luego lo cerraba, se enjabonaba, lo abría de vuelta y se enjuagaba a velocidad de la luz. © Michael J. McFadden / Quora
  • Mi esposo estuvo en un viaje de negocios durante seis meses en el que él y sus colegas ganaron un buen dinero (estamos hablando de unos cuantos miles de dólares). Pero entre ellos había un tipo famoso por su increíble codicia. Comía las sobras de los platillos de sus compañeros para “llenarse” el estómago al máximo, llevaba la misma ropa durante años e intentaba no gastar en nada, incluso teniendo un sueldo soñado. Luego llegó la hora de volver a casa. Todo el mundo estaba comprando regalos para sus parejas e hijos. Uno de los colegas compró un reloj de Apple. Así que este señor, avaro a más no poder, rogó por la caja del reloj para llevársela de regalo a su hija de 4 años. ¡Y eso es todo lo que le llevó! ¡Aquí, cariño, juega con esta linda caja! © Oído por ahí / Ideer
  • Mi madre lava y reutiliza el papel de aluminio, las bolsas de plástico con cierre y todo tipo de popotes. He intentado explicarle que gasta más dinero en productos de limpieza, pero no lo entiende. © Floppie7th / Reddit
  • Vi demasiado de eso cuando era niña... Vivía en el campo y los velorios eran parte de nuestra vida, desgraciadamente. Así que, en cuanto todo el mundo empezaba a irse a sus casas, los más “astutos” con las bolsas se abalanzaban sobre la mesa y se llevaban todo, diciendo: “Para el gato, para el gato”. Al final, toda la comida parecía terminar en el estómago de ese animal voraz: pescado ahumado, embutidos, quesos y restos de bebidas. © slashka91 / Pikabu
  • No puedo evitar sonreír cuando lo recuerdo. Cuando era estudiante, alquilé un pequeño departamento a través de unos conocidos. Enseguida descubrí que tenía una vecina muy nerviosa. Había un rincón oscuro, de un metro por otro, en el pasillo que compartíamos con esa señora. La luz de la bombilla iluminaba mi puerta, pero no llegaba a la suya. Esta mujer iba de un lado a otro, enfadada por no poder ver bien la cerradura de su puerta, y suspiraba teatralmente, como diciendo que no tengo conciencia de su “tragedia” y me niego a ponerle una iluminación en su puerta. ¡¿Y qué tenía que ver yo en todo eso?! Era una chica de 20 años que trabajaba, mantenía su casa y tenía un gato. Andaba ocupada y sus “penas” me importaban poco. Hasta un momento.
    Era un domingo por la mañana, 7:00 a. m. Alguien empezó a golpear a mi puerta y presionar el timbre. Me desperté, salí, ¿qué pasa? Estaba ella de pie, enfadada, agitando los brazos. Dijo que, después de todo, puso la luz en su puerta de entrada. “Entonces, ¿qué quiere de mí?”, le pregunté bostezando. La señora jadeó furiosa y siguió gritando que se le había quemado la bombilla, que había que cambiarla. “¡Tú también vives aquí!”, afirmó indignada y se marchó a su casa dando un portazo. © gamping / Pikabu
  • Mi esposo siempre ha sido superahorrativo. Le gustan todas las cosas baratas y gratuitas, sin importar si las necesitamos o no. Hoy nos ha llegado una caja enorme desde China con juguetes, en su mayoría para niños a partir de 8 años, y zapatos para casi la misma edad. ¡Pero nuestro hijo tiene 2 años! Ahora no está claro dónde vamos a guardar todo eso. Curiosamente, para las cosas que sí necesitamos, jamás saca un billete. © _fiddle-sticks_ / Reddit
  • Hace poco fui dama de honor en una boda que resultó ser, por decir poco, un fiasco porque los novios eran demasiado tacaños. Los recién casados decidieron no gastar un centavo en comida y bebida, por lo que los invitados se marcharon justo después de la ceremonia. © CrackPipeQueen / Reddit
  • A un vecino mío le encantaba hornear galletas y ofrecérselas a todo el mundo. Pero pronto se descubrió que “tomaba prestados” todos los ingredientes. En una casa pedía la harina, en otra el azúcar y en una tercera la mantequilla. De hecho, las galletas le salían gratis. También se llevaba las bolsitas de kétchup y mayonesa de los establecimientos de comida rápida y luego las exprimía en su botella en la casa. © Brian Gilbert / Quora
  • Si algo se rompe, mi madrastra lo “arregla” con cinta adhesiva o pegamento. También ahorra dinero en repelente de hormigas y arañas. ¿Por qué malgastar el dinero cuando puedes esparcir los posos del café por toda la casa? Seguro que funcionará, porque alguien se lo dijo en Facebook. © Dawn Gordon / Quora
  • La madre de un conocido se pasó toda la vida vendiendo cosas de Turquía, tenía un puesto de venta en un mercado. Siempre se quejaba de que le faltaba dinero, ahorrando en todo, rara vez compraba carne para la casa. Recientemente, su hijo recibió la herencia y resultó que la señora tenía varios departamentos en diferentes ciudades. En un departamento de tres habitaciones había un depósito y una bolsa llena de oro que valía varios miles de dólares. El otro departamento resultó ser un “almacén” de electrodomésticos: televisores, microondas y aspiradoras.
    Le dije: “Ahora eres rico”. Me contestó que por supuesto que se alegraba, pero ¿por qué ella tuvo que ser así? Su madre nunca ayudó a sus hijos y tampoco vivió para sí misma. © Kubanoyd / Pikabu
  • Uno de mis compañeros de trabajo no compra su propio café por principio. El tema es que lo invité un par de veces y el tipo se malacostumbró. Ahora solo va a una cafetería si alguien está dispuesto a pagar su pedido. © CarpeMeme / Reddit
  • Una de mis amigas se casó y de repente se volvió muy tacaña, aunque sus ingresos eran los mismos. Un día, nosotras con nuestras parejas decidimos reunirnos para hacer una parrillada en una casa de campo. A mí me tocó traer las ensaladas, a la otra pareja las bebidas, y a los avaros, la carne. Trajeron algo medio podrido que compraron de oferta, se lo comieron ellos mismos porque los demás no querían arriesgarse. Pero por la mañana nos pasaron la factura de la carne a cada pareja. Hasta ese día, nunca pensé que la avaricia podría destruir la amistad. © Oído por ahí / Ideer

¿Alguna vez te has encontrado con gente así?

Imagen de portada Oído por ahí / Ideer

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