No soy una fundación: me negué a dejar que mi madrastra viviera gratis en la casa que heredé

Crianza
hace 4 meses

Cuando hacemos la maleta para un vuelo, solemos prepararnos para unas horas de relativo aburrimiento: descargamos películas, nos llevamos un libro o planeamos simplemente dormir. Pero a veces la vida nos depara tramas que no se le ocurrirían a ningún guionista. Un vuelo normal y corriente se convierte durante unas horas en un plató de cine, donde se desarrolla una comedia o un auténtico drama.
Parece que comprar un billete de avión es siempre una lotería. Después de todo, uno puede dormir plácidamente durante todo el vuelo junto a la ventanilla, o puede convertirse en participante involuntario de una comedia, un melodrama o incluso una película de suspenso.











