18 Situaciones cotidianas de algunas personas que pueden dejar perplejo a cualquiera

hace 11 meses

Aunque todos somos seres humanos, a veces nuestros colegas o seres queridos hacen cosas tan insólitas que te hacen dudar si realmente venimos del mismo planeta. La lógica de otra persona puede convertirse en un misterio sin solución.

Me involucré en una relación con un hombre. A los pocos meses, noté que estábamos gastando una cantidad enorme de dinero en comida. No es de extrañar, ya que cada vez que venía, yo lo alimentaba, y él era un verdadero gourmet. Así que le pedí que trajera algo de comida. Al día siguiente, apareció en la puerta con dos pequeños postres glaseados y un paquete de galletas. Luego se dirigió a la cocina y empezó a quejarse de que no había cena. Y eso que ni siquiera vivíamos juntos. Por cierto, después de la discusión, se llevó los postres, pero las galletas se quedaron conmigo.
Estaba en la calle, esperando a una amiga, sin molestar a nadie. De repente, un joven se acerca corriendo, me toma la mano y, tras inclinarse un poco, la besa. Me quedé paralizada del susto, pensando: “¡Por favor, que no sea un loco!”. Pero el chico, sin soltar mi mano, me dijo: “Milady, sus cejas se parecen a los bigotes de una cucaracha, ¡son encantadoras!”. Luego volvió a besar mi mano y se marchó, dejándome con un montón de preguntas.

Cuando estaba de baja por maternidad, mi exmarido apareció con un pastel de helado en forma de corazón. Lo abrí, y dentro había una cuchara desechable manchada de lápiz labial y un poco de helado comido en un borde. Cuando le pregunté, me dijo sin inmutarse que había sido su compañera. Por cierto, en ese momento trabajaba como patrullero.
Mi exnovio se volvía loco si el volumen del televisor estaba en 11; siempre lo cambiaba a 12. Solo aceptaba números pares. Pero con los múltiplos de 5 no había problema. © motherearthforprez / Reddit
Una vez, mi novio decidió regalarme un hermoso conjunto de lencería de encaje. Pero era completamente de “talla asiática”. Aunque me halagó que me viera 60 kilos más delgada, tuve que devolver el regalo.

Mi esposo, a veces, mientras trabaja, se sienta en cuclillas frente a la computadora en lugar de sentarse en la silla como cualquier otra persona. Es algo muy extraño: sus dedos de los pies se agarran al asiento, y me recuerda a una gárgola en el tejado. © Codydarkstalker / Reddit
Una vez, hablando con una colega sobre la época en la que decidió dejar a su pareja, me dijo algo como: “Y bueno, cuando él me dejó...”. La interrumpí y le dije: “Espera, ¿no fuiste tú quien lo dejó? Le dijiste que se fuera porque ya no lo necesitabas y no querías volver a verlo, ¿verdad?”. Ella respondió: “Sí, pero él fue quien se marchó después”.
Un joven encantador me regaló una vez un hermoso ramo de rosas rojas y una rama de coral sin blanquear para mi cumpleaños. Me pregunté si el coral olería a mar. Su reacción fue instantánea: me gritó que no lo acercara a mi nariz porque lo había encontrado junto a un basurero. No supe ni qué responder.

Recuerdo que viví un tiempo con un chico. Luego me fue infiel y se fue con otra. Pensé: “Bueno, está bien”. Seis meses después, recibo una llamada de mi ex. Lo primero que me vino a la mente fue que había olvidado algo en mi casa. Pero no. Me llamaba porque su madre iba a visitarlo. Sorprendida, le pregunté qué tenía que ver yo con eso. Él respondió: “Bueno, estoy en la casa de mi nueva novia como si fuera un invitado, y mi madre me avisó que vendrá. ¿Podría quedarse contigo un tiempo?”. Le dije que no.
Amo a mi novio, pero siempre huele como si llevara cebolla cruda bajo los brazos. Se ducha todos los días, pero dos horas después, el olor vuelve. Me dijo que no le gusta usar desodorante porque tiene químicos. No captaba las indirectas. Cuando finalmente le dije que olía mal, se sintió herido. Le compré un desodorante natural para nuestro viaje, pero ni lo tocó. ¿Qué hago? Amo a este hombre, pero no puedo estar con él sin tener las ventanas abiertas. © Legitimate_Catch_882 / Reddit
Un día, le pregunté a mi esposa dónde estaba el limpiador para el piso.
— Bajo el fregadero.
— ¿Algo más específico? Hay una docena de botellas aquí.
— Es la lila. Revisé las botellas: blancas, verdes, amarillas, negras. Incluso había una multicolor. Sin embargo, no vi ninguna lila.
— Amor, aquí no hay ninguna botella lila. Ella se acercó, sacó una de las botellas y me la entregó. Miré la botella desconcertado. Era blanca con una tapa azul.
— ¿En qué parte es lila?
— ¿Cómo que en qué parte? Pues por dentro, claro —me respondió sorprendida por mi “falta de inteligencia”. Miré dentro de la botella. El líquido era, efectivamente, de color lila.

Intenté terminar con mi novia en una ocasión. Llevábamos saliendo alrededor de dos meses y durante ese tiempo me di cuenta de que no había futuro para nosotros, así que decidí anticiparme. La invité a dar un paseo, pasamos el día juntos por última vez, y al final le dije: “Alejandra, creo que deberíamos terminar”. Ella me miró como si estuviera loco y respondió: “¡Está bien! Pero solo si puedo seguirte viendo”.
Una vez, mi exnovio me preguntó qué quería para el Día Internacional de la Mujer. Le señalé un juego de vajilla de 45 piezas en una tienda. Todavía recuerdo que era transparente con amapolas rojas. Él se alegró porque no era caro. Al final, me trajo un juego de 25 piezas con un diseño amarillo y rosa, diciendo: “¡Mira, salió más barato!”.

Mi esposo tiene la mala costumbre de dejar todas las puertas de los armarios y cajones abiertos cada vez que entra a la cocina. Trabaja hasta tarde en la noche, y a veces me duermo en la silla esperándolo. Me despierto cuando llega a casa y descubro que está cocinando, con todas las puertas de los armarios abiertas, incluso aquellas de las que no necesitaba nada. Antes, esto me molestaba mucho, pero luego me di cuenta: si esto es el peor “problema” que tenemos, ¡somos increíblemente afortunados de tenernos el uno al otro! © Franny___Glass / Reddit
Mi esposo tiene una manía: cuando llega del trabajo, me pide que le caliente la comida. Le digo: “No eres un niño, caliéntala tú mismo”. Se enfada y me amenaza con hacer sándwiches y no comer comida de verdad. Para mí, esto es una tontería infantil, y me resisto. Pero él insiste: “Para mí, esto es importante, es una muestra de amor”. Aun así, me niego a calentársela, y él sigue enfadado. No sé si soy demasiado terca o si él es un niño caprichoso.
Hace tiempo que dejé de hacerle regalos a mi esposo. Noté que empezó a temer mis regalos. Antes le compraba cosas geniales, pero luego vi que las evitaba, aunque fueran de su talla y color preferidos. Le pregunté qué pasaba y su respuesta me dejó sin palabras: resulta que su madre le había insinuado que tal vez le había hecho un hechizo con esos regalos. Le pregunté si realmente lo creía, después de tantos años juntos y con todo lo que habíamos logrado. Él solo parpadeó y se quedó en silencio. Bueno, al menos ahora es más fácil para mí: ya no le regalo nada. A fin de cuentas, a nuestros 65 años, ya no esperamos grandes emociones en los cumpleaños.

A mi esposo le encanta recoger los pequeños paquetes de pimienta molida de los restaurantes de comida rápida y vaciarlos en nuestro pimentero, aunque ya tengamos suficiente pimienta en casa. © officesloth / Reddit
Hace un par de años, después del trabajo, empecé a llevar a una colega a casa. Vivía a un par de cuadras de mí, así que no me costaba nada hacerlo. Terminábamos de trabajar a la misma hora, no tenía que desviarme de mi ruta, y además la conversación hacía el viaje más ameno. Así que durante cinco meses la llevé a casa casi todos los días. Un día, pasé por su oficina, donde también estaba un amigo nuestro, para charlar. Mi compañera comentó que había horneado un pastel el día anterior. En broma, le pregunté por qué no me había traído un trozo. No obtuve respuesta. Al día siguiente, ni siquiera me saludó, y mi amigo me dijo que ella me había llamado avaro. Así fue como descubrí que soy un tacaño.

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