19 Relatos infantiles que podrían asustar hasta al más escéptico de los adultos

Historias
hace 2 años

Para algunos pequeños, hablar sobre lo desconocido puede ser muy común. Según investigaciones preliminares, tener un amigo imaginario es común entre los niños de 3 a 11 años. A pesar de que esto es tratado con naturalidad por la psicología, y se aconseja a los padres y adultos a que lo vean como algo normal, es casi imposible no sentir escalofríos con ciertos relatos. Además de los amigos imaginarios, también hay otras historias que los usuarios de la red escucharon de sus hijos y que los hicieron estremecer.

¿Alguna vez tu hijo, primo o sobrino confesó tener un amigo imaginario? ¿Cuál es tu mejor historia sobre el asunto?

  • Cuando mi hija tenía 3 años, fuimos a visitar una exposición de cuadros. De repente, ella corrió en dirección a un cuadro y dijo: “¡Mira, mamá, nuestra casa!”. Respondí: “No, hija, no es nuestra casa”. Con todo, ella insistía: “Sí que lo es, mamá, en la otra vida, ¿no te acuerdas?”. En el cuadro, además de una casa, había una mujer y una niña tomadas de la mano, y ella continuó: “Mira, somos tú y yo, pero yo era la madre y tú eras mi hija, ¿lo olvidaste?”. Todos se quedaron mirando el cuadro, impresionados, inclusive yo, pero no pude comprarlo en ese momento porque no tenía el dinero que pedían. A la semana siguiente, conseguí el dinero prestado y volví al mismo lugar, pero el cuadro ya no estaba más allí y no pudieron localizarlo. Me sentí decepcionada, pero me fui. Un año después, se realizó una nueva exposición y, para mi sorpresa, estaba el cuadro y lo compré. Hoy, mi hija ya tiene 20 años. © Rosangela Cotrim / Facebook
  • Un día, estaba la cocina con mi hermana pequeña, en ese momento de 3 años. De repente, me abrazó diciendo que tenía miedo, y pregunté: “¿Miedo de qué? Está todo bien”. Entonces, ella me abrazó con más fuerza y susurró en mi oído: “Ella está aquí y nos está mirando”. Lo dijo mirando fijamente a la pared con los ojos llenos de lágrimas. Se me puso la piel de gallina al instante. Estábamos solas en la cocina ese día. Hoy, ella tiene 15 años. © Susi Susi / Facebook
  • Mi madre siempre cuenta que, cuando yo tenía 6 años, decía que quería volver a mi hogar. Mi mamá me decía: “Su casa es aquí”. Yo le respondía que no y me enojaba. Cierta vez, mientras miraba el noticiario, vi un reportaje sobre Italia y le dije a mi mamá que allí era mi hogar. Hasta hablé un poco en italiano, pero ella no le dio mucha importancia, pues como mi bisabuela era italiana, de Génova, tenía sentido que yo supiera esas palabras. Sin embargo, hoy hablo cinco idiomas, que aprendí sola y de manera natural. Fui a Italia en 2018 y todo me resultaba familiar. © Shonya Nunes / Facebook
  • Cuando mi hija tenía 2 o 3 años, vivía diciéndonos que había hecho muchos amigos mientras estaba en mi barriga, que hasta viajaban juntos en el autobús. También jugaban en el jardín o en el parque. Siempre me reía, pues lo encontraba tierno, hasta el día en que dijo: “Fue allí donde conocí a mi bisabuelo Jan”. Ella nunca llegó a conocer a su bisabuelo y nosotros nunca mencionamos su nombre cerca de ella. Desde entonces, creo que, tal vez, lo que ella llamaba mi barriga, era, en realidad, el lugar donde estuvo esperando antes de venir a este mundo. © Rosemary Pereira / Facebook
  • Cuando mi nieta tenía 3 años, estábamos jugando a la casita. Ella preparó la comidita y, cuando me dio un platito, dijo: “Come”. Le pregunté que era y dije: “Tú no sabes si esto me gusta o no”. Entonces, ella respondió: “Cuando eras bebé, te gustaba”. Le retruqué: “No me conocías cuando yo era bebé”. Y ella: “Sí que te conocía. Era tu mamá”. © Silvana Gnzrt Besp / Facebook
  • La hija de 4 años de mi compañero de trabajo siempre creyó que el ruido de los caños de agua en los armarios de la cocina eran “lobos blancos” y el sonido la asustaba. Un día, ella estaba sentada a la mesa de la cocina y dijo: “Los lobos blancos no son malos, ellos son nuestros amigos”. La madre la animó, diciendo: “¡Sí! Los lobos blancos nos están protegiendo. Ellos son nuestros amigos”. Entonces, la niña agregó: “Son nuestros amigos, pero el hombre que se arrastra por el suelo y se queda junto de mi cama, no”. © darinfjc / Reddit
  • Mi esposa fue a despertar a nuestro hijo de 2 años. Cuando le dijo “buenos días”, él la agarró de la blusa e inclinó la cabeza a un lado. Ella le preguntó qué estaba haciendo, a lo que él respondió: “Estoy buscando a mi hermanita en tu barriga”. Ella se rio, pues no pasaba de ser una imaginación infantil. Más tarde, descubrimos que, en ese momento, ella estaba embarazada de dos semanas y era, de hecho, una niña. © Jmersh / Reddit
  • Cuando mi hija tenía alrededor de 4 años, vivíamos en una casa que había sido convertida en tres apartamentos separados. Vivíamos en la parte del sótano. Debido a la manera en que los dueños reformaron la casa, el espacio que quedaba debajo de las escaleras se había transformado en un pequeño armario en la habitación de la pequeña. Una noche, mientras ella estaba preparándose para dormir, la escuché conversando con alguien en su cuarto. Asomé la cabeza y le pregunté si me estaba llamando. Sus palabras: “No. Estaba hablando con el niño que vive dentro del armario”. © TaffetaDarling / Reddit
  • Mi hija se hizo amiga de otra niña durante un viaje. Terminamos haciéndonos amigos de sus padres también. Al final del año, ellos vinieron a visitarnos a nuestra ciudad. Ellos son de la capital. Durante el viaje en avión, la madre de la pequeña, en ese momento de 4 años, le dijo lo bueno que era haberse hecho amiga de una niña que vivía tan lejos. Ella le contó a su madre que las dos ya sabían que se iban a encontrar. Que lo habían arreglado todo en el cielo. © Mauricio Biazus / Facebook
  • Mi nieto, de 6 años, siempre nos dice: “Voy a ser padre y el nombre de mi hijo será Juan Pedro”. Lo dice desde los 5 años. Cuenta que el nombre de su esposa va a ser María y, que cuando está en el parque, se queda mirando a los niños y dice: “Mi hijo, Juan Pedro, va a jugar aquí también”. © Simone Nascimento / Facebook
  • Tengo un sobrino de 3 años y, seis meses atrás, él estaba conmigo en el auto. Mientras yo conducía, él conversaba en la parte trasera. Le pregunté con quién estaba hablando y me dijo que, a su lado, había un bicho muy grande que estaba haciendo tanto barullo que no lo dejaba dormir. En ese momento, me dio mucho miedo. © Monique Mello / Facebook
  • Mi primo más pequeño (tenía alrededor de 5 años en esa época) dibujó un monstruo negro, me miró y dijo: “Él me pidió que lo dibujara. Está detrás de ti, mirándote. Es mejor que te escondas”. © Nilliak / Reddit
  • Cuando mi hija era pequeña, tenía unos “recuerdos” y uno de ellos apareció en Navidad. Estábamos todos contentos y, de repente, ella se enfureció. No entendí y la llevé a otro lugar de la casa. Entonces, sentada en mi regazo, comenzó a hablar: “Mami, discúlpame por actuar así, es que no me gustan estas fechas. Yo no tenía cariño y sufría mucho. Era muy vieja y vivía allí (al otro lado de la calle)”. En serio, hasta su semblante cambió. En ese momento, ella tenía 3 años. © Cris Braz / Facebook
  • Hay cosas realmente inexplicables. Estábamos todos en la casa de la playa, a punto de salir a pasear en lancha. Entonces, mi sobrino de 5 años, dijo: “El abuelo Everaldo dijo que no vayamos porque se va a levantar una ventisca y lloverá mucho hoy”. Y nosotros: “Pero, ¿dónde está el abuelo Everaldo, que nadie lo ve?”. Él: “Está parado allí”. Bien, nadie salió en lancha y, a la tarde, hubo un enorme temporal con viento, y muchos barcos tuvieron que buscar abrigo para no naufragar. © Adila Ferreira / Facebook
  • Mi hijo tenía 4 años y, a la hora del almuerzo, me habló así: “¡Muchas gracias por la comida! Lo mejor de ser tu hijo es que nunca más voy a pasar hambre”. Lo miré y dije: “¿Qué es eso, hijo? ¿De dónde sacaste esa idea?”. Me respondió: “Es verdad. Mis otros padres no me daban de comer”. Entendí la historia, me alejé de él y me puse a llorar. Mi hijo come absolutamente todo, hasta hoy. Ahora, tiene 9 años. © Aline Cabral / Facebook
  • Mi hija comenzó a hablar muy temprano y tenía una amiga imaginaria que se llamaba Luidi. Cuando quería algo, decía: “Mi Luidi es quien quiere”. Así es que, un día, le compramos una muñeca. Cuando la vio, sonrió, abrazó el juguete y dijo: “Mi Luidi... ¡Qué bueno que llegaste!”. Nos recorrió un escalofrío al saber que la amiga imaginaria se había vuelto real. Hoy, ella tiene 18 años y Luidi está guardada, tanto la imaginaria, como la muñeca. © Silvia Egea da Silva / Facebook
Imagen de portada Jmersh / Reddit

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Mi hermano menor cuando tenía 4 años cuando empezó a decir que tenía un jefe (imaginario) y le pregunte como se llamaba y el me respondió marco tulio lo curioso es que es el nombre de nuestro abuelo el cual murió un año antes de que el naciera y antes de eso no lo mencionábamos...
Actualmente el tiene 6 años y ahora no me quiere decir el nombre de su jefe y no solo eso si no que ahora tiene un laboratorio secreto :v

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