20 Mitos que por fin puedes desmentir a tus amigos

Curiosidades
hace 9 meses

Los dibujos animados retratan algo diferente, pero a los ratones no les gusta tanto el queso. Este mito nació durante la Edad Media. En aquella época, muchos alimentos que les gustan a las ratas y los ratones más que el queso estaban fuera de su alcance. Por ejemplo, la gente guardaba los cereales en frascos o dejaba la carne colgada. Pero los quesos solían madurar escondidos en armarios o cobertizos. Las ratas y los ratones podían llegar fácilmente a estos lugares, así que la gente solía encontrarlos allí, comiendo no lo que más les gustaba, sino lo que estaba a su alcance. Los perros no ven el mundo en blanco y negro. Pueden distinguir los colores, pero no tan bien como nosotros. Nosotros tenemos tres tipos de conos en los ojos, mientras que los perros solo tienen dos. Los conos son fotorreceptores especiales que nos ayudan a percibir los colores. Los perros pueden ver ciertos colores (como el azul y el amarillo) mejor que el resto, y apenas pueden ver el rojo y el verde.

La boca de los perros no es para nada más limpia que la de los humanos: tiene más de 600 tipos de bacterias. Y su saliva no tiene propiedades curativas. Tampoco es cierto sudan por la lengua. Cuando los perros jadean, su lengua cuelga. Por eso, la gente cree que así es como sudan. Pero, en realidad, la mayoría de las glándulas sudoríparas se encuentran en las almohadillas de las patas y por todo el cuerpo. Jadean para evaporar la humedad extra de sus fosas nasales, la lengua y el revestimiento de los pulmones. El jadeo es también otra forma de refrescarse.

Las zarigüeyas tienen algunas habilidades muy interesantes. Tienen buena memoria e inmunidad al veneno de la mayoría de las serpientes. También son muy sociables. Pero, contrario a la creencia popular, no duermen colgadas de su cola. Tienen colas fuertes, es cierto, y eso las hace excelentes trepadoras. Pero no cuentan con la estructura muscular necesaria para mantener esa posición durante mucho tiempo. Los murciélagos no son ciegos. Son animales nocturnos, y puede que no vean bien durante el día, pero su visión es tres veces mejor que la nuestra por las noches. Carecen de receptores de color, pero los humanos tampoco pueden distinguir colores con poca luz. Por otro lado, los murciélagos utilizan la ecolocalización (que consiste en localizar cosas gracias a las ondas sonoras que reflejan) para detectar pequeños insectos en el aire.

Los camaleones tienen la capacidad de cambiar los colores de su cuerpo, pero no la usan solo para mimetizarse con su entorno. Lo hacen para comunicarse con otros de su especie o para regular la temperatura corporal, no para camuflarse. Cuando estos animales se encuentran en la naturaleza, se asemejan sobre todo a ramas u hojas. Tal vez parezca que sí, pero los cuernos de los rinocerontes no están hechos de hueso. Se componen de queratina, el mismo material que se encuentra en las uñas y el cabello. Los cuernos no están unidos al cráneo del rinoceronte. En lugar de eso, son como una masa de pelo muy, muy comprimida. Crecen a lo largo de la vida del animal, al igual que nuestras uñas y cabello. El cuerno podría parecer algo que el rinoceronte utiliza para defenderse, pero no siempre es así. Algunos animales utilizan sus dientes para protegerse de sus enemigos; no es de extrañar que los dientes de sus mandíbulas inferiores estén tan afilados.

Si presionas el botón de postergación de la alarma por las mañanas, no vas a conseguir 10 minutos extra de sueño. Puede que te sientas bien posponiendo la hora de despertar y quedándote en tu cama acogedora, pero, en lugar de proporcionarte un descanso extra, ese botón te cansará más. Tu cerebro cree que va a volver a dormirse, así que despertar te costará cada vez más a medida que la alarma suene por segunda o quinta vez. A largo plazo, el botón de postergación de la alarma puede interferir con tu capacidad de conseguir un sueño profundo y de calidad. Hablemos de ciertos tipos de pastel. Adoro el de chocolate. Oh, espera, me equivoqué. Comencemos de nuevo.

Hablemos de tipos de desiertos. La mayoría piensa en interminables zonas arenosas, calientes y secas, pero no se definen por las temperaturas, sino por la falta de precipitaciones. Si bien la mayoría de los desiertos conocidos en todo el mundo son cálidos, algunos son extremadamente fríos. Por ejemplo, existen desiertos polares en el norte de Groenlandia. ¿Podemos hablar un poco más sobre el chocolate? ¿No? De acuerdo. Aquí hay otro mito: “¡Un rayo no cae dos veces en el mismo lugar!”. No es cierto. De hecho, los rayos pueden caer en el mismo lugar repetidamente, y a menudo lo hacen. Así que, si se desata una tormenta eléctrica, será mejor que mires a tu alrededor. En lugar de esconderte donde ya ha caído un rayo, intenta buscar refugio. Y evita tocar cualquier cosa metálica.

Nunca verás a un búho girar su cabeza 360°, por más que parezca que sí. En lugar de globos oculares, los búhos tienen “tubos oculares”. Estos tubos se adentran en sus cráneos. En otras palabras, los búhos tienen los ojos fijos. Por eso tienen que girar la cabeza cuando quieren ver lo que ocurre a su alrededor. No pueden hacer un círculo completo con sus cuellos, pero se acercan mucho: 270°, tres cuartos de una rotación completa. No está mal. Los gatos no solo ronronean cuando están felices: también pueden hacerlo si están enfermos, asustados o incluso enfadados.

A pesar de todos los estereotipos, estos felinos no aterrizan con gracia sobre sus patas cada vez que se caen. Es cierto que tienen el llamado reflejo de enderezamiento. Se trata de un aparato vestibular dentro de su oído interno, que es el sistema de equilibrio natural que utilizan para orientarse. Con la ayuda de este sistema, un gato puede averiguar rápidamente cómo girar la cabeza para que el cuerpo la acompañe. Así es como cae de pie, pero este reflejo no siempre funciona.

Los elefantes no utilizan su trompa como popote. Cuando un elefante tiene sed, se lleva un poco de agua a la trompa. Después se lleva la trompa a la boca y traslada el agua hacia el interior. En otras palabras, cuando bebe agua, no lo hace a través de su trompa, de la misma manera que las personas no beben por la nariz. Bueno, la mayoría de las personas. Los elefantes tienen unas orejas enormes, pero también pueden “escuchar” con las patas. Cuando quieren examinar algún ruido lejano, se quedan inmóviles y se inclinan hacia delante, de modo que la mayor parte de su peso recae sobre las patas delanteras. A veces hasta levantan una de estas patas. Al hacer esto, se valen de la comunicación sísmica, lo que significa que detectan las ondas sonoras que no viajan por el aire, sino por el suelo.

Hay muchos mitos acerca de tu cerebro. Por ejemplo, que el hemisferio derecho es creativo y el izquierdo es lógico. Pero no funciona así. No está dividido en partes que se ocupan exclusivamente un área, como la lógica, la creatividad u otra cosa. Las acciones que realizas y las experiencias que vives son el resultado de la actividad de todo tu cerebro. La corteza cerebral es una parte que consta de dos mitades, pero ambas están conectadas con muchas otras áreas que conforman el resto del cerebro. Por lo tanto, las neuronas de la parte izquierda no te convertirán en un genio de la informática, y las de la mitad derecha no te convertirán en un poeta.

Tal vez creas que tu cerebro se apaga cuando te duermes, pero no es así. Tiene un ritmo de actividad lento cuando estás en un descanso profundo y se vuelve más activo cuando estás soñando. Durante esta etapa, la actividad de tu cerebro es casi la misma que cuando estás completamente despierto. No quiero asustarte, pero no ves con los ojos, ni oyes con los oídos, ni sientes con la piel. Supongamos que estás lavándote la cara. Tu piel no tiene sensores de humedad. Tu cerebro utiliza una combinación de múltiples fuentes de información, como la temperatura, el tacto o tu experiencia anterior. Por eso sientes que tu cara está mojada: tu cerebro crea esa sensación tras analizar varios tipos diferentes de información. En realidad, el cerebro no reacciona a las cosas que suceden a tu alrededor. Tal vez parezca que sí: ves un lindo cachorro y te hace sonreír. Tu amiga hace una broma tonta y te sonrojas.

Pero las neuronas de tu cerebro no se limitan a esperar a que ocurra algo para reaccionar. Al contrario, intentan adivinar lo que puede llegar a pasar todo el tiempo. Tu cerebro comienza a analizar tus acciones y las experiencias que has vivido incluso antes de recibir datos de tus oídos, nariz, ojos y otros órganos. Tu cerebro siempre está trabajando para predecir cómo será el mundo en el momento siguiente y qué harás tú en este mundo. Así que, si bien en realidad no estás reaccionando al mundo, este proceso de predicción está ocurriendo con tanta facilidad y rapidez que te parece que sí. Continuemos. Técnicamente hablando, Júpiter no orbita en torno al Sol. Cuando un objeto espacial más pequeño rodea a otro más grande, no viaja formando un círculo perfecto. En lugar de eso, ambos objetos siguen sus respectivas órbitas elípticas alrededor de un baricentro, que es su centro de gravedad común.

La Tierra es mucho más pequeña que el Sol, así que el baricentro que comparte con él está muy cerca del centro del Sol. Por eso no podemos ver que la órbita de nuestro planeta está un poco desviada. Pero Júpiter es el planeta más grande del sistema solar. Su peso es más del doble que el del resto de los planetas, asteroides, lunas y cometas juntos. Debido a esto, el baricentro de Júpiter y el Sol está un poco más lejos del centro de la estrella, a unos 48 300 km por encima de la superficie. Bien, ¿podemos volver al chocolate? Bueno, tal vez la próxima.

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