5 Barcos cuya tripulación desapareció sin dejar rastro

Historias
hace 10 meses

Una espesa niebla se levanta sobre el océano mientras el sol se hunde lentamente en el horizonte. Es difícil ver más allá de unos metros, pero eso es suficiente para notar una forma descomunal y esquelética a la distancia. A medida que el barco se acerca a ella, tu corazón late más rápido, y entonces distingues los detalles de otro navío (abandonado, por lo que parece). Los barcos fantasma existen, y sus misterios no siempre se resuelven. Por ejemplo, el MV Joyita. Era un barco de madera construido en 1931 como yate de lujo. Sirvió a varias personas durante más de 20 años antes de que lo comprara un marinero samoano y se convirtiera en un barco mercante.

Pero en 1955, el servicio del Joyita llegó a un final abrupto y misterioso. El 3 de octubre, zarpó para otro viaje comercial que no debería haber durado más de 48 horas. Los retrasos ocurren en el mar, así que cuando el Joyita no llegó el 5 de octubre, como estaba previsto, no hubo mucha preocupación todavía. Pero entonces tampoco llegó al día siguiente. No hubo ninguna señal de socorro ni ningún otro signo de la presencia del Joyita en ningún lugar entre sus puntos de partida y de llegada. Se envió un grupo de búsqueda y rescate para encontrar el barco, y durante seis días estuvieron explorando la zona de casi 259.000 kilómetros cuadrados. El 12 de octubre, la misión regresó a la base con las manos vacías. Joyita desapareció sin dejar rastro.

Solo un mes después, otro buque mercante, el Tuvalu, se percató de que el barco desaparecido estaba lejos de su ruta, a la deriva en mar abierto y escorándose fuertemente. Los marineros abordaron el navío y descubrieron que toda la tripulación y los pasajeros, 25 personas en total, habían desaparecido junto con toda la carga que llevaba el barco. La radio estaba sintonizada en la frecuencia internacional de socorro, lo que significa que la tripulación intentó pedir ayuda. Pero no pudo comunicarse con nadie porque el cable de radio se había dañado, limitando el alcance a 3,2 kilómetros. También faltaban los botes salvavidas, lo que indicaba que las personas a bordo debían haber abandonado el barco. Por desgracia, parece que se llevaron el diario de navegación, lo que dejó al equipo de rescate sin saber qué había pasado.

Incluso hoy, el misterio del MV Joyita no se ha resuelto. Nadie sabe adónde fueron la tripulación y los pasajeros ni qué provocó que se fueran. El SV Carroll A. Deering no era un barco fantasma en el sentido habitual de la palabra: no se le vio en alta mar. En cambio, fue encontrado en la costa, pero las circunstancias de su encallamiento son un rompecabezas rodeado de misterio. El Carroll A. Deering se construyó en 1919 en Maine, y era un buque de gran tamaño hecho para viajes comerciales. Por desgracia, a pesar de su elevado costo de construcción, solo había prestado servicio durante un año antes de su último viaje. 19 de julio de 1920. El barco viajaba de Puerto Rico a Río de Janeiro vía Newport News para entregar un cargamento de carbón. Estaba casi a mitad de camino hacia su destino final cuando el capitán cayó gravemente enfermo. La tripulación regresó para dejarlos a él y a su hijo, y para sustituirlo.

El viaje transcurrió sin incidentes, pero cuando llegó a Barbados en diciembre para reabastecerse, hubo extraños ánimos entre la tripulación: el primer oficial no parecía estar contento con el nuevo capitán. Nadie le prestó mucha atención en ese momento, cuando probablemente debería haberlo hecho. El último avistamiento del Carroll A. Deering en el mar fue el 28 de enero de 1921, cuando un buque faro lo divisó frente a la costa de Carolina del Norte. Hubo cierto revuelo en el alcázar del barco, donde normalmente no se permitía a la tripulación. Luego, otro buque lo avistó, pero ya no había nadie en las cubiertas.

El 31 de enero, el buque mercante fue encontrado encallado en los Diamond Shoals, un lugar famoso por los numerosos naufragios que se han producido ahí durante siglos. Cuando el grupo de búsqueda y rescate abordó el barco, lo encontró abandonado, con el diario de navegación y los objetos personales de la tripulación desaparecidos, junto con los dos botes salvavidas. Todavía no hay respuesta a lo que ocurrió a bordo del Carroll A. Deering aquel mes de enero, aunque la versión más popular fue la de un motín. Sin embargo, tal vez nunca descubramos la verdad.

El SS Baychimo es, quizá, uno de los botes fantasma más notables de la historia. Este gran barco de vapor de carga se construyó en 1914 en Suecia, y siguió su camino diligentemente durante más de 16 años, intercambiando provisiones por pieles con las tribus nativas de Alaska y Canadá.

Pero el 1 de octubre de 1931, el Baychimo quedó atrapado en el hielo. Al principio parecía que la tripulación podría esperar y continuar su ruta, porque el barco se liberó en un par de días. Pero en menos de una semana volvió a quedar atrapado, esta vez definitivamente. En una semana más, se envió un grupo de rescate para recoger a 22 de los tripulantes, mientras que otros 15 se quedaron para esperar durante el invierno si era necesario y recuperar el barco. Pero un mes más tarde, después de que una fuerte ventisca azotara su campamento, los marineros salieron de sus refugios y descubrieron que el barco había desaparecido. Por suerte, unos días más tarde, un cazador nativo les dijo que el Baychimo no se había perdido todavía: lo había visto a unos 72 kilómetros de donde estaban. Consiguieron localizarlo, pero decidieron que no sobreviviría al invierno, así que tomaron la carga más valiosa de su bodega y lo abandonaron.

Aunque se equivocaron. El SS Baychimo sobrevivió a ese invierno, y a muchos otros que le siguieron. Cuando el hielo se rompió, se alejó por sí solo, a la deriva por las costas de Canadá y Alaska. Hubo numerosos avistamientos del barco fantasma, a veces a la deriva en mar abierto y otras atrapado de nuevo en el hielo. La gente intentó abordarlo y rescatarlo, pero las condiciones meteorológicas o la falta de equipo siempre se lo impidieron. El SS Baychimo fue visto por última vez por los nativos de Alaska en 1969, 38 años después de su abandono. Se desconoce qué fue de él posteriormente.

La historia del SS Ourang Medan es una de las más desconcertantes y angustiosas historias de barcos fantasma del siglo XX. Ni siquiera se sabe con certeza si existió. No estaba registrado en el Lloyd’s Shipping, el registro internacional de buques, lo que lo convierte en un cuento chino o en un buque que evitó ser registrado oficialmente por razones turbias. En cualquier caso, los relatos sobre lo que le ocurrió varían. Según la mayoría de los informes, este transportaba una carga desconocida en aguas indonesias cuando recibió una llamada de socorro de otro barco en las proximidades. El oficial de guardia escuchó un mensaje de SOS, pero su contenido es diferente según los relatos.

El mensaje no se repitió y la tripulación del Medan no respondió a ningún intento de contactar con él. El barco que recibió la llamada de socorro se apresuró a rescatarlo, pero no llegó al buque hasta el día siguiente, cuando ya estaba a la deriva y ligeramente escorado. Cuando los socorristas subieron al barco, comprobaron que ninguno de los tripulantes había sobrevivido. Sin embargo, faltaba un bote salvavidas, lo que implicaba que había al menos un miembro de la tripulación que había logrado escapar. Lo que ocurrió con el resto de las personas a bordo sigue siendo un misterio hasta el día de hoy. Sin embargo, no hay datos concretos sobre esta historia, por lo que es posible que nunca lleguemos a saber si el SS Ourang Medan fue un barco real y no una cosa de ficción.

SV Zebrina era una barcaza de tres mástiles construida en 1873 para viajes comerciales fluviales en Sudamérica. Sirvió durante más de cuatro décadas, demostrando ser un barco fuerte y fiable. Más tarde fue trasladado a Europa, donde siguió cumpliendo bien su cometido. Pero entonces, en octubre de 1917, el Zebrina zarpó a un viaje regular solo para ser encontrado en tierra varios días después. Misteriosamente, aunque estaba perfectamente intacto, toda la tripulación de cinco personas y el capitán habían desaparecido. No hay pruebas directas ni datos concretos sobre lo que realmente ocurrió aquel día. La teoría más convincente es que la tripulación fue arrastrada de la cubierta a causa de una explosión submarina, y luego el barco siguió adelante sin ella. Pero la verdad, como siempre, sigue siendo desconocida.

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