14 Personas cuyas expectativas de unas relajadas vacaciones se alejaron drásticamente de la realidad

A todos nos ha pasado: estamos en el parque, en el banco o en una reunión familiar y de pronto nuestro hijo (o el de alguien más) comienza a llorar. Lo primero que se nos viene a la mente es decirle “no llores”. Pero aunque no sea una reacción malintencionada, puede tener un impacto mucho mayor de que imaginamos. En este artículo, exploraremos justamente el peso que esta frase puede tener en la vida de los niños y qué cambios podemos hacer al respecto.
Antes de profundizar en el tema, debemos entender que el acto de llorar es mucho más complicado de lo que parece. Para empezar, el sistema nervioso, que se encarga de regular el llanto, se divide en dos partes (simpático y parasimpático) y cada parte tiene una función diferente. Por ejemplo, cuando nuestros hijos nos piden una galleta y les decimos que no, puede que empiecen a llorar. Esto es porque el sistema simpático tomando el control. Pero a medida que el niño se va calmando y disminuye el llanto, esto es porque el sistema parasimpático toma el control y hace la transición de una respuesta más agresiva a una de entendimiento y en la cual se procesan las emociones.
Además, debemos tener en cuenta que llorar es una respuesta normal a un estímulo externo. Contrario a lo que muchas veces se nos ha dicho, la mayor parte del tiempo no es una estrategia de manipulación por parte de los niños, sino que es una forma de aliviar el estrés de la situación y también parte del proceso de las emociones. Es decir, que aunque el llanto haya sido por un berrinche, sí tiene un propósito. La presencia de las lágrimas puede indicar que el niño o niña está en el proceso de aceptación y necesita de nuestra ayuda para poder continuar con ese proceso.
Por supuesto, las razones por las cuales un niño llora pueden ser muy variadas, y en la mayor parte de los casos nos pueden parecer insignificantes y hasta absurdas. Pero para un niño en sus primeros años de vida, toda causa de llanto es importante y no debemos minimizarla. Lo que debemos hacer es trabajar en reconocer los detonantes del llanto y aprender a controlarlos:
Como mencionamos antes, llorar es una respuesta natural de nuestro cuerpo y puede ser un indicador de que los niños están en el proceso de aceptación. Decirles que no lloren, puede jugarnos en contra. La psiquiatra Dra. Willough Jenkins, menciona que este tipo de mensajes les dice a nuestros hijos que sus sentimientos no son válidos. Al contrario, menciona que lo recomendable es decirles que está bien sentirse tristes e invitarlos a hablar sobre ello, en vez de pedirles que se callen. Adicionalmente, los expertos aseguran que llorar no solo ayuda a los niños a calmarse, sino que el hecho de mostrar una actitud compasiva hacia las lágrimas de nuestros hijos también les ayudará a tener una mejor regulación de sus emociones y fortalecerá el lazo que tenemos con ellos.
Asimismo, terapeutas del Instituto Gottman sugieren que una buena forma de lidiar con el llanto de nuestros hijos es ayudarles a reconocer los detonantes. Es decir, que después de un episodio de llanto nos sentemos con ellos y les preguntemos, con calma, qué sucedió antes de que se pusieran a llorar. También ayudarles a etiquetar sus emociones (si es tristeza o frustración, por ejemplo) y reconocer las señales físicas de su frustración. Posterior a esto, lo que podemos hacer es discutir con ellos cómo responder a esos detonantes y hasta enseñarles ejercicios para afrontarlos, como contar hasta diez o respirar profundamente.
El desarrollo emocional en nuestros hijos es de suma importancia en su crecimiento, ya que este puede tener un impacto directo en varios aspectos de sus vidas, como las interacciones sociales, el éxito académico y en su bienestar emocional en general. Por ejemplo, un niño con un desarrollo emocional fuerte estará más preparado para formar relaciones saludables, cooperar con otros y resolver conflictos, así como ser más empáticos con las personas que los rodean. Esto, a su vez, también les ayuda a tener un mejor desempeño en sus estudios, ya que tendrán mejores herramientas para manejar el estrés diario y así podrán tener una participación más activa en sus clases. Además, un buen desarrollo emocional les permite enfrentar mejor los desafíos que la vida traiga y los hace más propensos a aprovechar situaciones de crecimiento.
Si deseas que tus hijos puedan tener un buen desarrollo emocional y contar con todos estos beneficios a lo largo de sus vidas, acá te dejamos unos cuantos consejos que puedes poner en práctica en tu hogar:
Como padres, tenemos muchas cosas en nuestra cabeza y el llanto de nuestros hijos puede empeorar el sentimiento de frustración. Pero antes de decirles que dejen de llorar, debemos recordar que ellos no han tenido la oportunidad de procesar adecuadamente sus emociones y que es nuestra responsabilidad que lo hagan. Entender las emociones no es un proceso lógico o intuitivo, sino que se desarrolla a medida que vamos creciendo y según la crianza a la que estemos expuestos. Así que la próxima vez que uno de nuestros hijos esté llorando, sin razón aparente, evitemos decir “no llores”. Mejor respiremos hondo y hablemos tranquilamente con ellos para ayudarles a procesar lo que sienten. De esta manera, podremos criar una nueva generación de personas con un buen desarrollo emocional.
¿Te imaginabas que el llanto era tan importante? Cuéntanos en los comentarios si has cambiado la forma en que respondes al llanto de tus hijos. ¿Qué estrategias te han funcionado mejor para validar sus emociones? Tu experiencia puede inspirar a otros.
Este artículo tiene fines meramente de entretenimiento. No garantizamos la integridad, exactitud, fiabilidad ni seguridad del contenido. Cualquier acción que se tome con base en la información de este artículo es bajo el propio riesgo del lector. No asumimos ninguna responsabilidad por pérdidas, daños o consecuencias derivadas del uso de este contenido. Se recomienda a los lectores que ejerzan su propio criterio, tomen las precauciones necesarias y busquen asesoramiento profesional si intentan reproducir cualquier parte del contenido.