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¿Te cuesta dormir bien aunque estés agotada? No estás sola. Entre el trabajo, las responsabilidades y la mente que no para, descansar profundamente puede parecer un lujo. Pero dormir bien no debería ser opcional, ¡es tu súper poder natural! En este artículo descubrirás cómo alcanzar la fase REM —la etapa más reparadora del sueño— con hábitos simples pero transformadores. Prepárate para decirle adiós al insomnio y despertar cada mañana con más energía, claridad mental y buen ánimo. Porque dormir como un bebé sí es posible, y aquí te contamos cómo lograrlo.
El sueño REM es una fase esencial del descanso nocturno, donde ocurren los sueños más vívidos y tu cerebro trabaja intensamente en consolidar recuerdos. Fue descubierto en los años 50 al observar que los ojos de los bebés se movían rápidamente mientras dormían. Este movimiento ocular dio nombre al “sueño REM” (Rapid Eye Movement).
El sueño REM no solo te hace soñar, también es clave para tu equilibrio emocional, memoria y desarrollo cerebral. En esta fase, tus sueños son más intensos, tu cerebro organiza lo que aprendiste en el día y decide qué recuerdos conservar. Además, ayuda a procesar emociones profundas, gracias a la activación de la amígdala, el centro emocional del cerebro. ¿Sabías que también estimula el desarrollo cerebral? Por eso, los bebés pasan gran parte de su tiempo durmiendo en REM.
3. Transforma tu habitación en un refugio de paz: Para dormir profundamente, mantén tu cuarto fresco, oscuro y silencioso. La luz en la noche dificulta que te duermas, así que evita pantallas brillantes antes de acostarte. Usa cortinas oscuras, tapones para los oídos o un ventilador para crear el ambiente perfecto. Además, dedica unos minutos a actividades relajantes como un baño tibio o técnicas de respiración para preparar tu cuerpo y mente para un sueño reparador. Así, despertarás lista para conquistar el día.
4. Domina tus siestas para que tu sueño nocturno sea imparable: Las siestas largas durante el día pueden afectar tu descanso nocturno, así que limita tus siestas a máximo una hora y evita dormir tarde en la tarde. Si trabajas de noche, una siesta antes del turno puede ayudarte a recuperar energías. Controlar bien tus descansos diurnos te ayudará a tener noches más profundas y despertar llena de vitalidad.
5. El movimiento es tu aliado del descanso: Hacer ejercicio con regularidad mejora la calidad de tu sueño y te ayuda a dormir más profundo. Eso sí, evita ejercitarte justo antes de acostarte, ya que puede activarte demasiado. Aprovecha también el aire libre durante el día: la luz natural ayuda a regular tu reloj interno. Muévete, respira y recarga tu cuerpo —tu descanso lo agradecerá.
6. Despídete del estrés antes de dormir y despierta en paz: Las preocupaciones no tienen lugar en tu almohada. Antes de dormir, escribe lo que te inquieta y déjalo para mañana. Organizar tu día, priorizar y delegar tareas puede ayudarte a reducir el estrés. Practicar meditación o respiración consciente también calman la mente. Libérate de la ansiedad nocturna y permite que el sueño te renueve por dentro y por fuera.
Dormir bien no es un lujo, es parte de tu bienestar diario. Empieza hoy con pequeños cambios y verás grandes resultados. ¿Tienes algún tip que te funcione o dudas sobre tu descanso?
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