7 Tipos de olor corporal que podrían alertarte sobre problemas de salud

Salud
hace 17 horas

¿Alguna vez has notado un cambio en tu olor corporal? Aunque el olor del cuerpo es algo natural, en ciertos casos puede ser una señal de que algo no anda bien en tu organismo. Desde lo que comes hasta el funcionamiento de tus órganos, tu olor natural puede darte pistas sobre tu estado de salud. En este artículo, exploraremos 7 señales que el olor corporal podría estar enviándote y lo que podrían significar para tu bienestar.

ESTE CONTENIDO ES SOLO INFORMATIVO Y NO SUSTITUYE EL CONSEJO MÉDICO. ANTE CUALQUIER DUDA SOBRE TU SALUD, CONSULTA A TU MÉDICO.

Olor dulce o afrutado

Un olor afrutado y dulce —especialmente en el aliento— puede ser una señal de cetoacidosis diabética (CAD), una complicación grave de la diabetes. Esta condición ocurre cuando hay una deficiencia de insulina, lo que hace que el cuerpo utilice grasa como fuente de energía. Al hacerlo, se generan cetonas, entre ellas la acetona, responsable de ese olor afrutado.

Aunque es más evidente en el aliento, también puede notarse en el sudor. Se trata de una emergencia médica que suele venir acompañada de síntomas como cansancio extremo, sed excesiva y ganas frecuentes de orinar. Detectarlo a tiempo y recibir tratamiento es fundamental para evitar complicaciones graves. Mantener los niveles de azúcar bajo control es esencial para reducir este riesgo.

Olor a pescado

Un olor corporal persistente a pescado puede deberse a la trimetilaminuria (TMAU), un trastorno metabólico genético poco común. En esta condición, el cuerpo no logra descomponer la trimetilamina, un compuesto que se forma a partir de alimentos como pescado, huevos y legumbres.

Como consecuencia, la trimetilamina se libera a través del sudor, la respiración y la orina, generando un olor fuerte y desagradable similar al pescado. Aunque no representa un riesgo físico, sí puede causar un fuerte impacto emocional y social. Su tratamiento incluye una dieta baja en colina, antibióticos, y suplementos como el carbón activado. También puede ser útil acudir a terapia psicológica para manejar el impacto emocional.

En el caso de las mujeres, un olor similar puede estar relacionado con la vaginosis bacteriana (VB), una infección que, en algunos casos, también se asocia con una higiene inadecuada. Mantener el pH vaginal equilibrado es clave para evitar infecciones que provocan olores desagradables.

Cuando se altera el equilibrio natural de la flora vaginal, pueden aparecer distintos tipos de olores, comúnmente descritos como a pescado, húmedos o simplemente molestos. Una buena higiene íntima y evitar productos irritantes ayudan a reducir el riesgo de vaginosis y otros trastornos que provocan mal olor.

Olor a ajo

Cuando estás bajo estrés, tu cuerpo activa las glándulas sudoríparas apocrinas, que se concentran en zonas como las axilas, la ingle y el cuero cabelludo. Estas glándulas secretan un sudor espeso y rico en proteínas, que las bacterias en la piel descomponen.

Esa descomposición bacteriana produce compuestos volátiles de azufre (CVS), algunos de los cuales pueden oler como ajo o cebolla, dependiendo de tu microbioma cutáneo.

Olor a amoníaco

Un aliento con olor a amoníaco o a cloro puede ser una señal de insuficiencia renal. Esto sucede cuando los riñones dejan de filtrar correctamente la urea del torrente sanguíneo.

Este olor suele intensificarse después de hacer ejercicio intenso o al seguir una dieta alta en proteínas. Si el olor a amoníaco es persistente, es importante hacerse un análisis de sangre y pruebas de función renal para descartar complicaciones.

Olor agrio o a vinagre

Si tu sudor huele a vinagre, podría deberse a cambios hormonales relacionados con la pubertad, la menopausia o el ciclo menstrual.

También puede ser una señal de diabetes mal controlada. Cuando el organismo no logra usar la glucosa de forma eficiente, recurre a las grasas como fuente de energía, lo que produce metabolitos como la acetona. Esta se elimina a través del sudor y la respiración, y su olor puede describirse como dulce, afrutado o incluso similar al del vinagre.

Además, condiciones como la hiperhidrosis (sudoración excesiva) pueden intensificar este tipo de olor.

Olor a moho o humedad

Un olor a humedad o moho puede ser indicio de una enfermedad hepática avanzada. Esta condición se conoce como fetor hepaticus y está relacionada con la acumulación de sulfuro de dimetilo en el aliento y el sudor. Suele aparecer en etapas avanzadas de enfermedades del hígado como la cirrosis. Esto ocurre porque el hígado dañado no puede eliminar adecuadamente las toxinas, que terminan pasando al torrente sanguíneo y son liberadas a través de la piel o la respiración.

Otros síntomas pueden incluir ictericia (color amarillento en la piel y ojos), fatiga y acumulación de líquido en el abdomen. Detectar este olor inusual puede llevar a un diagnóstico temprano. El tratamiento incluye controlar la función hepática y evitar un mayor daño mediante cambios en el estilo de vida y medicación.

Olor dulce o a jarabe

Un olor corporal dulce, parecido al jarabe, puede ser un signo del síndrome de orina con olor a jarabe de arce (MSUD, por sus siglas en inglés), un raro trastorno metabólico hereditario. Esta condición impide que el cuerpo procese ciertos aminoácidos, lo que provoca la acumulación de toxinas con un olor característico similar al del jarabe de arce. Aunque generalmente se detecta en la infancia, los casos leves pueden aparecer más tarde. Si no se trata, puede ser potencialmente mortal.

Los síntomas pueden incluir poca alimentación, somnolencia y convulsiones. El manejo estricto de la dieta es clave para controlar la enfermedad. Un olor corporal dulce debe evaluarse médicamente si va acompañado de signos neurológicos.

Nuestros cuerpos constantemente nos envían señales sobre nuestra salud, y el olor corporal es una de ellas. Así como los dolores de cabeza a menudo se consideran simples molestias, en algunos casos pueden advertir sobre problemas más graves. Según los especialistas, ciertos tipos de dolores de cabeza pueden aparecer después de los 50 años y merecen atención médica.

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