19 Pruebas de que, con perseverancia, los sueños sí pueden hacerse realidad

La perfección, en muchos casos, es imposible, pues depende de algo totalmente subjetivo. Lo que podría ser perfecto para una persona, para otra, no lo es tanto. Pero lo cierto es que esta autoexigencia puede tener consecuencias como ansiedad, baja autoestima y, frecuentemente, depresión. Después de todo, se trata de un pensamiento irracional que muchas veces, en lugar de ayudar a alguien a alcanzar una meta, lo aleja de ella.
En Genial.guru, sabemos que el perfeccionismo puede gestionarse sin sacrificar el equilibrio mental y emocional, y te contamos cómo en este artículo.
Según una investigación, el perfeccionismo implica un deseo irracional de lograr la exigencia más alta, que conlleva a ser demasiado crítico con uno mismo y con los demás. Esto quiere decir que las personas perfeccionistas tienen expectativas educativas, profesionales, emocionales, etc., poco realistas para ellas mismas.
Sin embargo, un perfeccionismo radical tiene como consecuencias niveles muy altos de agotamiento, estrés y adicción al trabajo, entre otras. Una persona perfeccionista no solo evalúa rigurosamente su propio desempeño, sino que también tiene muchas expectativas para otras personas en su vida.
Aunque intentar conseguir lo mejor de lo mejor podría ser válido para mejorar constantemente y tener resultados superiores, los expertos dicen que hay que tener cuidado con los siguientes rasgos, que en lugar de ser actitudes positivas, llevan al fracaso.
El perfeccionismo es solo un rasgo de la personalidad, por lo que puede trabajarse y sobreponerse de forma gradual con algunos consejos.
No existe nada que sea considerado perfecto, pero podemos estar orgullosos de hacer lo mejor que podemos. ¿Qué otros consejos añadirías para quienes intentan hacer las cosas al cien?