Cómo la infidelidad en una relación puede destruir la estabilidad de los hijos
Los psicólogos sugieren que una estructura familiar saludable es un entorno ideal para la educación de un niño, y que la acciones de sus padres pueden arruinar su vida adulta para siempre, especialmente cuando son jóvenes. Según un estudio, en más de un tercio de los matrimonios, las parejas han admitido haber tenido una infidelidad, y el 35 % de estos que fueron infieles a sus parejas, afirmaron que volverían a hacerlo. A veces, los padres pueden no darse cuenta de los efectos que sus acciones tienen en sus familias y que sus decisiones pueden arruinar la vida de sus hijos a largo plazo.
En Genial.guru hemos hecho algunas investigaciones y aprendimos cómo la infidelidad de uno de los cónyuges puede afectar la psicología de un niño para toda la vida.
1. Se culpan a sí mismos
Los niños tienden a culparse a sí mismos cuando ven que su familia se desmorona. Esto se debe a que carecen de madurez emocional y no pueden separarse como personas de sus padres, por lo tanto, consideran los errores de estos son como si fueran suyos.
Se sienten indignos de amor y afecto porque sus padres no muestran esos sentimientos entre sí. Esto se convierte en una norma para ellos, y continúan absorbiendo la culpa a medida que crecen, sintiendo que la retirada del cariño en su familia es algo que ellos mismos han causado.
2. Se convertirán en adultos infieles
Los niños siguen los pasos de sus padres la mayor parte del tiempo, e incluso repiten las malas decisiones que toman porque eso es con lo que están más familiarizados. Según un estudio clínico psicológico, el 55 % de los chicos cuyos padres fueron infieles también cometieron infidelidades en su vida familiar adulta. Esto se debe a que ellos ven a sus papás como sus héroes y modelos a seguir. En sus mentes, todo lo que hace un padre es lo “correcto”, así que crecen sintiendo que la infidelidad es un comportamiento aceptable, incluso si saben que no lo es.
3. Miedo al abandono
Un niño tiene una perspectiva única para la dinámica familiar, y a pesar de las diferencias que los padres tengan entre sí, cuando un papá es infiel a su cónyuge, el niño sentirá que ha traicionado a toda la familia. Por lo tanto, los pequeños que experimentan este abandono crecen temiendo que suceda lo mismo en sus relaciones adultas. Terminan alejando a otras personas para evitar perderlas.
4. Enfrentando la peor traición
A los niños no les importa lo suficiente la traición de amigos porque tienen un vínculo especial con su familia y esta realidad evita que sean lastimados. Una traición entre sus padres, por otro lado, puede afectarle profundamente. Esto se debe a que sienten que se ha roto el vínculo especial que tenían con ellos, y aumenta el temor además de la incertidumbre.
Comenzarán a cuestionar la verdad y se sentirán inseguros sobre el futuro. Los niños sentirán que no podrán encontrar la comodidad de la familia que alguna vez tuvieron, y esa es la peor traición que alguien puede experimentar a una edad tan temprana.
5. Problemas de confianza
Según un estudio sobre psicología clínica, el 70 % de los niños que experimentan infidelidad en la relación de sus padres desarrollan problemas de confianza en sus vidas personales como adultos. Creen que debido a que uno de sus papás fue engañado, también ellos sufrirán eso. Les resulta difícil confiar en sus parejas y se vuelven muy posesivos con respecto a las personas que significan mucho para ellos, y esto hace que la mayoría de sus relaciones fracasen.
6. Incredulidad en el amor
Aproximadamente, el 80 % de los niños con padres divorciados crecen sin creer en el amor cuando se convierten en adultos. A una edad temprana, se asocian tanto con sus padres que cuando crecen se sienten condenados a fallar también en sus vidas amorosas, por lo que desarrollan un comportamiento destructivo.
Como adultos, “saben” que sus relaciones no durarán. Esto lo hacen tan inconscientemente que sabotean el amor cuando les llega por medio de engañar primero a la pareja. Preferirían tener relaciones casuales que no duren en lugar de tener una que les haga cuestionarse constantemente si su pareja los ama o si los engaña tal y como sucedió con sus padres.
7. Sentirse obligado a elegir bandos
Los hijos de padres divorciados o separados sienten que cuando uno de estos está herido, tendrán que elegir de qué lado estarán, ya que piensan que esa es la mejor manera de apoyar a la víctima. En sus pequeñas mentes, quieren mantener a todos felices y se sienten divididos en el medio. Aunque aman a sus padres, sienten que uno podría necesitar más apoyo que el otro, por lo que comienzan a distanciarse del que fue infiel.
Lo que es más importante es estos casos es tratar de mantener a los niños separados de esta situación, y ambos padres deben tratarse con respeto durante la separación para evitar que sus hijos se sientan culpables por algo que no es culpa suya.
A veces, el divorcio y la separación son inevitables en las relaciones, y no hay garantía de que el matrimonio dure para siempre. En muchos casos, las parejas que se divorcian debido a las diferencias personales logran criar a sus hijos perfectamente juntos. Sin embargo, es extremadamente importante que los adultos piensen responsablemente antes de iniciar una “aventura” que podría arruinar las vidas de sus familiares para siempre.
¿Has experimentado infidelidad de niño o de adulto? ¿Qué recomendarías a otros padres? ¡Por favor, haznos saber en los comentarios a continuación!